Algunas personas me han externado su preocupación y temor por los eventos que vive la humanidad en este momento. Por si la pandemia, que ha sembrado desolación y muerte en algunas regiones del mundo fuera poco, en días pasados tuvimos un movimiento telúrico de poca monta en esta frontera de México y Texas, lo que vino a liberar aún más el miedo colectivo. ¿Se acerca el fin del mundo?, es una pregunta que flota en el aire. La peste del coronavirus, además de que nos prepara para darle batalla y a vivir la solidaridad con los más vulnerables, es una llamada para que aprendamos a contemplar este mundo como efímero y pasajero. La peste del coronavirus está despertando en muchos no creyentes la pregunta sobre Dios, y nos está haciendo recordar nuestra condición de viajeros que navegan por los tormentosos mares del tiempo y se dirigen hacia la vida inmortal y eterna. Un virus nos doblega y hemos de aprender a ser humildes. Durante años hemos puesto nuestra confianza en las ciencias y ...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos