Misa exequial concelebrada (Padres Eduardo Hayen, Alberto Castillo, Oscar González, Salvador Magallanes y Juan Manuel Orona) A yer día de Navidad nuestra familia tuvo grandes contrastes. Celebramos la Nochebuena con cena y fiesta, dimos gracias a Dios por la unidad de nuestra familia y por tantas bendiciones derramadas. Hicimos una bella meditación sobre la importancia de Jesús como parteaguas de nuestra historia y de nuestras almas. Pocas horas después nos enterábamos de la muerte de nuestro abuelo que se despedía de este mundo para entrar en la eternidad. Qué inmenso contraste. Celebrábamos en la noche de Navidad un nacimiento, y la mañana de Navidad estuvo marcada por la muerte de mi abuelo. Cánticos al niño Dios y después la Coronilla de la Misericordia por un difunto. Así de contrastante es la liturgia que hoy celebramos de san Esteban, primero de los mártires. Ayer la Iglesia proclamaba la paz y el amor con cánticos de ángeles del cielo; hoy parece que se proclama la pe...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos