H icimos hace unos días en Catedral la ceremonia de los ritos de recepción en la Iglesia a los catecúmenos. Siete candidatos venidos del paganismo -entre ellos un ex mormón- tocaron a nuestras puertas pidiendo ser admitidos para formar parte de la comunidad católica. En diversas parroquias de la diócesis sucedió lo mismo: personas que naufragaban en las aguas de la muerte se bautizaron en la noche de la Pascua para subir a la barca de la Iglesia y navegar hacia la salvación traída por Jesucristo. Los que tenemos el privilegio de haber sido bautizados jamás nos cansemos de dar gracias a Dios por pertenecer a esta Iglesia que Jesús compró a precio de su sangre. Jesús ha resucitado y ha abierto las puertas del cielo para aquellos que lo seguimos. En nuestro camino hacia la Pascua eterna del Cielo nos llena la esperanza de ser recibidos por los santos. ¿Y quiénes nos recibirán en la gloria? En primer lugar saldrán a nuestro encuentro aquellos que crucificaron a Jesús en el Calvario; n...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos