miércoles, 10 de agosto de 2016

Guerras religiosas

“El mundo está en guerra, la guerra en pedazos. Hubo la de 1914, con sus métodos, a continuación, la de 1939-1945 y ahora esta”. Son palabras que el papa Francisco pronunció durante el vuelo a Cracovia para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, la semana pasada. El asesinato en Francia de un sacerdote pasado a cuchillo por un sicario del Estado Islámico mientras celebraba la Eucaristía, detonó el comentario del pontífice.

El asesinato del anciano sacerdote francés es expresión del odio del Estado Islámico hacia Occidente y concretamente hacia el cristianismo, madre de la cultura occidental. Hay que dejar claro que la mayoría de los musulmanes no son personas que interpretan el Corán en términos de guerra religiosa. Suelen ser gente pacífica y tranquila. Solamente una pequeña parte de los seguidores de Mahoma afirman que los que no somos musulmanes somos los infieles y quieren nuestro exterminio.

No me cabe duda de que el islam es una falsa religión. Sin embargo me duele reconocer que si comparamos la moralidad de los países islámicos con la moralidad de occidente, salimos perdiendo. Los musulmanes que observan a las sociedades occidentales inmersas en el mundo de la diversión donde abunda el abuso del alcohol, las drogas, la promiscuidad sexual y toda clase de desenfreno; y si además observan las facilidades para divorciarse, para abortar y los matrimonios del mismo sexo, terminan escandalizados.

Ellos asocian el Occidente con el cristianismo y llegan a la conclusión de que la religión fundada por Jesucristo ha sido incapaz de construir una sociedad moralmente sólida. Sabemos que el cristianismo no es el culpable de la degradación moral que existe en nuestras sociedades. El culpable es el mismo hombre que, empleando su libertad de manera equivocada, deja de buscar a Dios y vive fuera de sus leyes divinas. El cristianismo, cuando se toma en serio y es guiado por el Espíritu Santo, transforma a las personas induciéndolas a vivir en una vida moral altísima. Mientras que el islam hace personas buenas, el cristianismo hace personas santas.

El Islam está haciendo la guerra a los cristianos en Europa porque percibe en ellos una cultura débil, cerrada a la vida y suicidándose por su propio egoísmo. O Europa recupera sus raíces cristianas, o será dentro de unos años un continente islámico. Y habiendo conquistado Europa, tengamos la seguridad que los hijos de Mahoma se lanzarán contra América para derribar iglesias y construir mezquitas.

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