U no de los grandes legados de san Ignacio de Loyola son los Ejercicios Espirituales. Publicados en 1548, los ejercicios son un manual de instrucciones, lleno de consejos y técnicas, para hacer un retiro de un mes. El propósito del ejercitante es encontrar a Dios en su vida y tomar la decisión de vivir, en medio del trabajo en el mundo, en oración, en libertad y desapego de los bienes materiales. En una palabra, ser un contemplativo de Dios en la acción haciendo la voluntad de Dios. Antes de la publicación de los Ejercicios, san Ignacio pasó 15 años de su vida orando, leyendo y reflexionando. Se forjó como un maestro del discernimiento de espíritus para enseñar a seguir las mociones del Espíritu Santo y rechazar lo que viene del demonio. Entendió que el mal espíritu puede disfrazarse de ‘ángel del luz’, bajo el aspecto del bien, dando sensaciones que parecen venir de Dios. La vida espiritual del papa Francisco brota de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Como buen jesuita, el S...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos