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Mostrando las entradas de junio, 2016

El arte de discernir

U no de los grandes legados de san Ignacio de Loyola son los Ejercicios Espirituales. Publicados en 1548, los ejercicios son un manual de instrucciones, lleno de consejos y técnicas, para hacer un retiro de un mes. El propósito del ejercitante es encontrar a Dios en su vida y tomar la decisión de vivir, en medio del trabajo en el mundo, en oración, en libertad y desapego de los bienes materiales. En una palabra, ser un contemplativo de Dios en la acción haciendo la voluntad de Dios. Antes de la publicación de los Ejercicios, san Ignacio pasó 15 años de su vida orando, leyendo y reflexionando. Se forjó como un maestro del discernimiento de espíritus para enseñar a seguir las mociones del Espíritu Santo y rechazar lo que viene del demonio. Entendió que el mal espíritu puede disfrazarse de ‘ángel del luz’, bajo el aspecto del bien, dando sensaciones que parecen venir de Dios. La vida espiritual del papa Francisco brota de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Como buen jesuita, el S...

Saludable descentralización de la Iglesia

E l último documento del papa Francisco ha puesto nerviosas a algunas personas. Amoris Laetitia (AL) –La alegría del amor–, que trata sobre el matrimonio y la familia, es un texto extraordinario, en el sentido de que se sale de los esquemas tradicionales de los escritos papales. Amoris Laetitia deja cuestiones abiertas y esto ha hecho que algunas personas, que esperaban que el Santo Padre presentara claramente puntos firmes de doctrina y normas para los divorciados vueltos a casar, se sientan un poco confundidos. Después de escuchar a los sínodos de obispos, los papas antes presentaban sus propias reflexiones en las que aclaraban o explicaban la doctrina y la práctica existente de la Iglesia. Amoris Latitia se sale de este esquema. Párrafos enteros son citas de las aportaciones de los obispos durante el sínodo, lo que nos habla de que se trata del fruto de un diálogo, de un consenso de todo el episcopado. En AL no sólo el papa, sino toda la Iglesia ha hablado. Se trata, pues, de u...

Mujeres trabajando

H ace unos días un taxista que me llevaba por la Ciudad de México se lamentaba –con un lenguaje abundante de groserías– de que el gobierno de Miguel Ángel Mancera promoviera la unión de parejas del mismo sexo. “Para mí no hay como la mujer, mi jefe –decía con su marcado acento capitalino–: bonita, fea, flaca, gorda, alta, chaparra, arreglada, desarreglada, rica, pobre, joven o vieja. Como me la pongan, para mí la mujer es la mujer”. El taxista, ignorante de la investidura sacerdotal de su cliente, me sugería visitar la calle Sullivan, muy cerca de Reforma, para obtener las caricias de alguna muchacha por la noche. Es penoso que muchos sigan viendo a la mujer como una mercancía de compraventa. A propósito de prácticas sociales que degradan a la mujer, el papa señala: “No se terminan de erradicar costumbres inaceptables. Destaco la vergonzosa violencia que a veces se ejerce sobre las mujeres, el maltrato familiar y distintas formas de esclavitud que no constituyen una muestra de fuer...