El 21 de noviembre dos sujetos entraron en una vivienda de la colonia Ampliación Felipe Ángeles, donde atacaron a golpes a tres hermanitas de 10, 11 y 12 años, para violarlas y estrangular a una de ellas. Por la brutalidad de los delitos y la fragilidad de las víctimas, estos hechos conmocionaron a nuestra ciudad y suscitaron olas de indignación y repudio. Los acontecimientos llaman, a quienes habitamos esta frontera, a hacer un examen de conciencia. Los individuos que cometieron estos delitos pertenecen a una categoría que hoy podemos llamar 'muertos vivientes’, personas que no tienen sentimientos ni estructura moral. Es doloroso decirlo, pero se trata de personas que han perdido el alma. Para ellos la vida no vale nada, ni la propia, ni la de los demás. Lo mismo resulta matar que no matar. La única gloria a la que aspiran es disfrutar el momento a través de sus instintos más básicos, aunque para ello se pise o se tenga que quitar la vida a otras personas. Asusta la banalid...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos