martes, 27 de mayo de 2025

De la costilla de Adán


El feminismo actual acusa a la cultura cristiana –particularmente a la Iglesia Católica– de haber creado el sistema patriarcal de Occidente, donde la mujer es vista como criatura inferior al hombre. Existe una falsa percepción en el mundo feminista de que, desde el judaísmo y después con el cristianismo, la mujer ha vivido oprimida, subordinada y dependiente del varón.

Con esta narrativa que hoy predomina sobre buena parte de nuestra cultura, las mujeres son fácilmente manipuladas a la rebelión permanente contra el el sexo opuesto. Exigen el aborto como derecho, la paridad de cuotas de género en todos los ámbitos, así como leyes gravemente punitivas a lo que llaman "violencia de género", que siempre será tal mientras el hombre sea el agresor.

La antropología de la Biblia revela la falsedad de la tesis feminista. El texto del libro del Génesis (2, 22), que relata la creación de Eva formada de la costilla de Adán, expone de una manera metafórica y figurativa la igual dignidad de los sexos. San Juan Pablo II enseña en la Teología del cuerpo que la creación de Eva, a partir de la costilla de Adán, indica que ambos son seres homogéneos, es decir, son de la misma humanidad pero cada uno con sus características propias.

La masculinidad y la feminidad son dos maneras de estar en el mundo, dos modos de ser cuerpo humano hecho a imagen de Dios. Ambas se complementan mutuamente. Son dos modos complementarios de tomar conciencia del significado del cuerpo.

Contrario a la tesis feminista y a otras visiones religiosas que degradan a la mujer, el cristianismo proclama con gozo la igual dignidad de los sexos. Después de que Adán puso nombre a los animales –los animales no son personas– se dio cuenta de que estaba solo como persona en el mundo. Pero al ver el cuerpo de la mujer, exclamó extasiado: "Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne" (Gen 2,23), como diciendo "¡Esta sí es una persona con la que puedo vivir en comunión!"

La admiración, el asombro y el júbilo del hombre por la mujer –y viceversa– aunque quedó expresado magníficamente en aquel primer grito de Adán "¡Está sí es carne de mi carne"!, tendrá una nueva resonancia en el encuentro entre los amantes del Cantar de los Cantares: "¡La voz de mi amado! Ahí viene, saltando por las montañas, brincando por las colinas" (Ct 2,8). Finalmente, el Nuevo Testamento nos llevará a la culminación del asombro en las palabras de Pablo: "Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella" (Ef 5,25).

La costilla de Adán, de la que fue formada la mujer, nos invita, como cristianos, a contemplar y agradecer a Dios por esta maravillosa complementariedad entre hombres y mujeres, obra de su sabiduría y dato esencial en la Divina Revelación. La narrativa feminista y toda forma de machismo –ambas como fruto podrido del pecado– han llevado a una inútil guerra de sexos, con graves daños para las familias y el tejido social. Descubrir y valorar las riquezas del sexo contrario es piedra fundamental para la armonía de las familias y la estabilidad social.

lunes, 26 de mayo de 2025

Apuntes sobre Teología del Cuerpo: la creación del cuerpo


La creación del cuerpo


1.- Un viaje que nos lleva a Jesús
Vamos emprendiendo un largo viaje, una aventura. El signo que nos guiará hacia el encuentro con el Señor, así como la estrella guió a los reyes magos hacia Belén, para nosotros será el cuerpo, y nos conducirá al gran Misterio de Cristo. Seguir a Jesús es una gran aventura llena de experiencias externas e internas.

2.- Jesús habla únicamente de dos géneros
Mientras que el mundo dice que hay muchos géneros, Jesucristo dice que “en el principio” Dios los hizo hombre y mujer para unirse en una sola carne. Nuestro mundo, deformado por el pecado, habla hoy de un sinnúmero de géneros mientras que, en realidad, la palabra “género” significa “hacer nacer”, engendrar. Cristo devuelve al género su significado original: los hizo varón y mujer.

3.- Jesús viene a restaurar nuestras vidas
Aunque nacimos en el pecado, Cristo no acepta nuestra humanidad caída como algo normal, sino que viene a restaurar la creación a la pureza de sus orígenes. Aunque todos nacimos “con las llantas ponchadas” por el pecado, no nos acostumbremos a conducir de esa manera nuestras vidas. Cristo ha venido “a inflarnos las llantas”.

4.- Las experiencias originales de Adán y Eva
No sabemos cómo Adán y Eva vivieron la experiencia de su sexualidad antes del pecado. Sin embargo existen “ecos” de esa experiencia dentro de nosotros: la soledad original, la unidad original y la desnudez original. Hay que descubrir esos “ecos” dentro de nosotros.

5.- La soledad original: superioridad del hombre

La soledad original significa que el hombre se descubre distinto de los animales; tiene la libertad para hacer una alianza, primero con Dios y después con otra persona. Adán le pone nombre a los animales y gracias a ello Adán se descubre como un “yo” que tiene vida interior, lo que indica su superioridad sobre el resto de la creación. El hombre fue dotado de libertad, y su libertad es para amar. Esta relación de amor con Dios es lo que define la soledad original del hombre. Probando el amor de Dios, el hombre anhela compartir una alianza de amor con otra persona como él.

6.- La unidad original: el hombre llamado a hacer alianza
La unidad original significa que el hombre descubre en la mujer –y viceversa– un llamado a hacer una alianza. Por esta unidad con su pareja, el hombre supera su soledad personal. Mientras que los animales viven su vida sexual “copulando”, los seres humanos están llamados a superar sus instintos y a vivir su sexualidad amando libremente como personas creadas a imagen de Dios. El sexo es, entonces, una realidad no sólo biológica sino teológica.

7.- El hombre y la mujer, unidos, son imagen de Dios
El hombre y la mujer se encuentran para construir una comunión de personas a imagen de la comunión de las tres divinas Personas de la Trinidad. El sexo no sólo son cuerpos que se unen sino que es comunión de personas. Entregándose, el hombre y la mujer hacen visible en la tierra la comunión invisible de las tres Personas divinas. San Juan Pablo II, con esta idea, hace dar un salto al pensamiento cristiano: el hombre no sólo es imagen de Dios por su ser espiritual y racional, sino por la comunión de personas.

8.- La desnudez original: la mirada interior
La desnudez original significa que en el “principio” –antes del pecado original– no había vergüenza por la desnudez de los cuerpos. Adán y Eva tenían una “mirada interior” de uno hacia el otro para amar como Dios ama. Ellos veían el plan de Dios inscrito en sus cuerpos; tenían la fuerza para amarse como Dios ama. Eran capaces de ser regalo el uno para el otro… hasta que vino el pecado y entró la lujuria. De esa manera nació la mentalidad de que el sexo es algo sucio.

9.- El significado esponsal del cuerpo
El cuerpo tiene una fuerza especial para expresar el amor en entrega total. Es lo que llamamos el “significado esponsal del cuerpo”. El ser un don para el otro llena de sentido la vida. Descubrimos quiénes somos cuando aprendemos a amar como Dios ama: “Amaos unos a otros como yo os he amado” (Jn 15,12). ¿Y cómo nos ama Cristo?: “Esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros” (Lc 22,19). Expresamos la realidad del amor en el cuerpo. Este misterio está inscrito en nuestros cuerpos, en nuestros sistemas reproductores que son complementarios. “Sed fecundos y multiplicaos” (Gen 1,28) no sólo es un mandato sino un llamado de Dios para amar a su imagen y semejanza, y así llenar de sentido nuestra existencia.

10.- Dos vocaciones: matrimonio y celibato por el Reino
Dios llama a unos al matrimonio y a la procreación. A otros Dios los llama al celibato por el Reino de los Cielos. Cualquiera de las dos vocaciones se vive con el significado esponsal del cuerpo. Toda vocación es un llamado a participar en el amor de Dios y a compartirlo con los demás. Si tenemos pureza en el corazón podremos descubrirlo como algo inscrito en nuestro cuerpo y en nuestra sexualidad. Y aunque el significado esponsal de nuestros cuerpos sufra muchas distorsiones, siempre estará en lo más profundo de nuestro ser como signo de la imagen de Dios.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Apuntes sobre Teología del Cuerpo, Introducción


Resumen de las ideas más importantes de la primera lección sobre Teología del Cuerpo

Tesis de Juan Pablo II

“El cuerpo y sólo el cuerpo es capaz de hacer visible lo espiritual y lo divino, capaz de hacer visible lo invisible. Ha sido creado para trasladar a la realidad visible del mundo el misterio escondido desde la eternidad en Dios, y así ser signo del él”.

1. El cuerpo nos revela el significado y el fin de la vida 
Hay un itinerario: el cuerpo está hecho para la comunión en una sola carne con otra persona del sexo contrario. Este misterio nos lleva a la comunión entre el misterio de Cristo-Esposo y la Iglesia-Esposa. Y esta comunión nos transporta a participar de la comunión entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

2. El cristianismo aprecia el cuerpo 
Es el diablo quien distorsiona la bondad de la creación, haciéndonos creer que el cuerpo es malo. La verdadera espiritualidad cristiana no desprecia la materia: “Dios todo lo hizo bueno”. Somos una religión encarnada. Es el diablo quien ha distorsionado la gloria del cuerpo a tal grado que causa la separación alma-cuerpo a través de la pornocultura en que vivie el mundo: fornicación, pornografía, etc. Cristo entró en la carne para salvar la carne y llevarla a la gloria.

3. Dios es bueno y el cuerpo es bueno 
A pesar de que nuestros cuerpos sufren por enfermedades, accidentes, traumas y confusiones sexuales, lo que podría llevarnos a dudar del amor de Dios, Dios nos ha mostrado su amor en Cristo crucificado. A pesar de que podemos dudar de la bondad de nuestros cuerpos debido a su descomposición, enfermedad y envejecimiento, el cuerpo es bueno intrínsecamente ya que está llamado a compartir la Resurrección de Jesucristo. Abracemos nuestros cuerpos con sus heridas ya que ellos narran la historia de la muerte y resurrección de Cristo.

4. Dios se comunica con nosotros a través de la materia 
El catolicismo es religión de los sentidos. Dios utiliza la materia de los sacramentos para comunicarse con nosotros y compartirnos sus misma vida divina. Entre toda la materia creada en el universo, el cuerpo del hombre y de la mujer es el signo más bello que Dios ha creado. Somos su imagen en la tierra llamados a la comunión con lo divino.

5. Tu cuerpo eres tú 
Tu cuerpo no es un caparazón en el que habitas. Tampoco es cualquier cuerpo. Tu cuerpo visibiliza en el mundo tu alma invisible. Lo que haces con tu cuerpo te lo haces a ti mismo. El cuerpo humano es el signo más poderoso de la creación para señalar el misterio divino. Con el pecado el hombre pierde su capacidad de ver su cuerpo como separado de su dimensión espiritual y divina, y lo vemos sólo como una “cosa”.

6. El Misterio escondido desde la eternidad ha sido revelado 
Este misterio se refiere al plan de Dios para la humanidad: Dios no es un tirano ni un legislador, sino un misterio de comunión de amor entre tres divinas Personas, y nos ha destinado para compartir este intercambio. Este misterio está inscrito en nuestros cuerpos. Así nos lo ha revelado Jesucristo, el Verbo encarnado.

7. La Biblia narra una historia de matrimonio 
La historia de la salvación es una historia nupcial que inició en la creación, luego la caída en el pecado, la Encarnación del Hijo de Dios, la Redención de Cristo y, finalmente las Bodas del Cordero del Apocalipsis. El Cantar de los Cantares es el libro del Antiguo Testamento que habla de un amor erótico y nos descubre que Dios se quiere casar con nosotros. Esta es la clave de interpretación de toda la Biblia. Los profetas Isaías, Ezequiel y Oseas hablan de la relación de Dios con su pueblo en términos nupciales. En nuestra relación con Dios hay “eros” y “ágape”, que son dos componentes del amor. El eros es un amor de atracción; el ágape es un amor de comunión y sacrificio.

8. Dios quiere casarse contigo 
El cuerpo humano narra una historia de amor en la lógica de Dios: primero es el amor; luego es el matrimonio; después son los bebés (la familia). Es decir, Dios te ama, quiere casarse contigo y después quiere fecundarte para que concibas la vida divina (la vida eterna) dentro de ti. Mira a la Virgen María como una imagen viva del misterio nupcial; se dejó fecundar con Dios y concibió en ella al que es la Vida Eterna: Cristo. María ilumina el cuerpo de la mujer como lugar donde Dios habita. Su cuerpo es signo del cielo en la tierra. El cuerpo del hombre es un llamado a entrar en las puertas del cielo, a entregar su vida ahí, a entregarse por completo. El cuerpo del hombre es imagen de ese derramamiento de vida eterna que Dios Padre realiza.

9. Nuestra vocación suprema es el desposorio místico con Dios
Cuando hablamos de nuestra realidades terrenas para hablar de Dios, nos quedamos siempre cortos ante el misterio divino. Aún así las analogías tienen una cierta penetración del misterio. Observa cómo en la Cruz está Cristo, el nuevo Adán. Al pie de la cruz está María, la nueva Eva. Ella es la Madre de todos los vivientes en la vida espiritual. La sangre y el agua que brotan del costado de Cristo es como el flujo seminal que fecunda a la Esposa y las palabras “Mujer, ahí tienes a tu hijo” se refiere al fruto de la Iglesia que es Juan, el hijo.

10. La diferencia sexual es importantísima; lo vemos en la Eucaristía y en el matrimonio 
En toda Eucaristía hay un hombre en la cruz y una mujer al pie de la cruz representada por al Virgen. Dios es el Esposo y la humanidad es la esposa. Esta humanidad debe recibir, primero, el amor de Dios. El cuerpo de la mujer narra la historia de recibir el amor divino, mientras que el cuerpo del varón narra la historia de ofrecer ese amor. Por eso sólo el varón puede ser sacerdote, ya que representa a Cristo, quien pone la semilla. La mujer no puede recibir la ordenación sacerdotal, porque ella no es la que pone la semilla sino que es su receptora. El mundo insiste en tener mujeres sacerdotisas, lo que es imposible porque no puede haber una relación de esposa a esposa durante la Misa, ni durante el matrimonio. Por eso la diferencia sexual hombre-mujer es importantísima en la Eucaristía como en el matrimonio.

11. El demonio profana el misterio nupcial y Dios nos llama a la batalla 
El enemigo de Dios lanza sus dardos más venenosos hacia lo más sagrado del mundo, que es la unión sexual como signo de la comunión con Dios. Lo más sagrado del mundo es lo más violentamente profanado. El pecado y sus consecuencias provoca que el hombre no pueda ver claramente su cuerpo como signo sagrado. Si no vemos las diferencias sexuales entre hombre y mujer llamados a la comunión, no entenderemos lo que es distingue a Dios del hombre y su llamado a la comunión. Así caemos en una vida separada de Dios y de los demás. Por eso Dios nos llama en Efesios 6 al combate espiritual. Queremos ser libres para amar de Verdad.

12. Jugar con el plan de Dios sobre la sexualidad es muy peligroso 
 La vida social, económica y cultural dependen en su estabilidad y armonía de los debates sobre el sexo, el género y el matrimonio. Si vivimos confundidos existe el peligro de confundir la tendencia básica de la humanidad, el camino de la raza humana. El sexo se entrelaza con todo. Es la columna vertebral de la humanidad. El equilibro de la humanidad está determinado por quién tiene sexo con quién y cómo. Si las uniones sexuales se orientan al amor y a la vida, se construyen familias y culturas fuertes, que viven en la verdad del amor y la vida. Cuando las uniones sexuales se orientan contra el amor y la vida, se engendra la cultura de la muerte.

13. Respetar el significado del sexo y del amor es la base de la cultura de la vida 
No es el placer el objetivo de las relaciones sexuales. Si así fuera, la sociedad se vuelve utilitarista: si las personas sirven para la lujuria, son aceptadas. Si no sirven para la lujuria son ignoradas y descartadas. Cuando se acepta la experiencia del sexo y del amor en su verdadero significado, y la manera en que están intecontectados, se ponen las bases para construir una cultura de la vida.

14. San Juan Pablo II nos invita a descubrir la verdad de nuestra sexualidad y a prepararnos para amar de verdad 
Las verdades que enseña Juan Pablo se enfocan en la realidad de la familia. No hacen fuerza a nadie para que acepte estas enseñanzas, sino que invita a la reflexión y a confrontar nuestras experiencias personales con la teología del cuerpo. El mensaje del papa es de sanación sexual, no de condenación. Nos invita a pasar del legalismo a la libertad, a vivir la verdad de la sexualidad para prepararnos para amar de verdad. Este curso de Teología del Cuerpo nos llevará a descubrir lo que significa ser hombre, ser persona humana.

Plan de la obra para las siguientes lecciones:

1. La creación del cuerpo (nuestro origen).
2. La redención del cuerpo (nuestra historia marcada por el pecado).
3. La resurrección del cuerpo (nuestro futuro en la vida eterna).
4. El celibato como vocación cristiana.
5. El sacramento del matrimonio como regalo divino.
6. El matrimonio como signo humano del amor divino.
7. Una “ética del dormitorio” como consecuencia de esta visión de la sexualidad.

Cristianismo púrpura o rosado


Hoy celebramos en México a san Cristóbal Magallanes y sus compañeros mártires que derramaron su sangre al grito de "Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe". El cristianismo es una fe combativa. Hay cristianos que eso no nos gusta. Preferimos un Cristo más rosado y no con color púrpura; un Cristo que mortifique menos y sea más complaciente con nuestra carne; un Cristo más humano y tolerante con el mal, y menos divino y exigente.

Me desconcierta ver que algún feligrés, a veces durante la homilía, se pone de pie y sale del templo en el momento en que el sermón toca cuestiones políticas. Son personas que creen estar casadas con Cristo pero, en realidad, viven en adulterio porque tienen como amante alguna ideología del mundo y no la pueden soltar. Les gusta que el templo huela a incienso pero también queman incienso a los ídolos del mundo. Es un cristianismo que ha perdido su sabor y ha dejado de salar la tierra.

En el combate espiritual recordemos que lo primero son las luchas interiores contra nuestras malas pasiones, pero después la lucha se proyecta en el ambiente social. San Cipriano y San Agustín decían que este combate es reñido y angustioso. Puede llevarnos a la esclavitud si no vencemos. "Ninguno duerma -decía santa Teresa- nos toca primero la batalla y sólo después la paz".

lunes, 19 de mayo de 2025

Trigo y cizaña


Belleza que cautiva

Hace unos días, millones de personas creyentes y no creyentes fueron testigos de ceremonias de particular importancia en la Iglesia Católica como los funerales del papa Francisco, el cónclave para elegir a un nuevo pontífice, el saludo de León XIV desde el balcón de San Pedro a los fieles en la plaza sampetrina y la inauguración del pontificado. Las ceremonias litúrgicas, el orden, el decoro, el respeto, los ornamentos, la música, el arte de la Capilla Sixtina y la arquitectura de los escenarios cautivaron, desde el punto de vista estético, a las generaciones jóvenes. Con su despliegue de belleza en sus protocolos y construcciones, la Iglesia Católica es la religión que tiene más atractivo estético en el mundo.

El cuidado de la estética y el orden en la Iglesia no es sólo un menester decorativo, sino que es parte fundamental del mensaje cristiano: Dios es la Belleza, la Verdad y el Bien que salva. Mientras que el mundo postmoderno ha optado por la fealdad en el arte, la Iglesia debe de continuar conservando la belleza como un elemento civilizador.

Retomar el Canto gregoriano
El Pontificio Instituto de Música Sacra ha lanzado una iniciativa titulada “Let’s Sing with the Pope” (Cantemos con el Papa), una serie de tutoriales en video diseñada para acercar el canto gregoriano a todos los fieles a través de las redes sociales.

Desde su elección, León XIV ha mostrado una marcada preferencia por la tradición litúrgica latina. Su participación activa en las celebraciones pontificias no solo incluye el uso habitual del latín, sino también su entonación personal de piezas de canto gregoriano.

En el capítulo VI, numeral 116 de la Sacrosanctum Concilium, se establece que el canto gregoriano es el canto propio de la liturgia romana y debe ocupar el primer lugar entre los demás cantos, especialmente en las celebraciones solemnes, siempre que se adapte a las necesidades de la acción litúrgica. Se destaca su valor espiritual y su capacidad para elevar la oración. Se fomenta su uso en las partes que corresponden al pueblo, promoviendo la participación activa de los fieles (n. 117).

La misma Sacrosanctum Concilium afirma que en las Misas con pueblo, se puede dar un lugar adecuado a la lengua vernácula, pero se debe procurar que los fieles puedan recitar o cantar en latín las partes del Ordinario de la Misa que les corresponden (por ejemplo, el Gloria, el Credo, el Sanctus).

Muchos hemos olvidado el canto en latín pero recordemos siempre que el Concilio Vaticano II valora altamente el canto gregoriano como el canto litúrgico por excelencia, y promueve la conservación del latín en la liturgia, pero abre la puerta al uso de lenguas vernáculas para fomentar la participación activa de los fieles, buscando un equilibrio entre tradición y adaptación pastoral.

Acertado reemplazo de León XIV

Me alegra profundamente que el papa León XIV haya dado de baja a monseñor Vincenzo Paglia como Gran Canciller del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios del Matrimonio y Familia –en el cual tuve el honor de estudiar una licenciatura–, y en su lugar haya nombrado al cardenal Baldassare Reina.

El nombramiento de Monseñor Paglia por el papa Francisco en 2016 había sido un desastre. El declive comenzó con el despido de grandes profesores de teología moral que seguían la línea original de san Juan Pablo II para adoptar una corriente más sociológica. Luego monseñor Paglia se vio envuelto en otras controversias en temas de bioética, eutanasia y reconocimiento de uniones civiles, así como por el mural que mandó pintar con figuras homoeróticas en la catedral de Terni.

Celebro el cambio de dirección del Instituto JPII y su retorno al espíritu que lo fundó, siguiendo la línea de la teología moral y la antropología teológica del papa polaco. Con ello León XIV corrobora la importancia de la pastoral familiar y de la vida que tendrá su pontificado.

lunes, 12 de mayo de 2025

Trigo y cizaña


Papa pacificador en la Iglesia

Desde que el pasado 8 de mayo se anunció que el cardenal Robert Francis Prevost era el papa y que León XIV era su nombre, un gran júbilo ha recorrido el mundo católico. Hay una gran esperanza de que este papa pueda traer la paz a la Iglesia. En los últimos años las fracturas al interno del Cuerpo Místico de Cristo se han hecho más profundas. Por una parte están los que reclaman la ortodoxia en la doctrina y la moral católica; al otro extremo y liderados por el Sínodo de Alemania están quienes exigen apertura al fin del celibato, ordenación sacerdotal de mujeres, tolerancia al aborto y una moral sexual abierta a una gama de experiencias.

En sus primeras intervenciones públicas, León XIV ha dejado clara su inclinación a la ortodoxia doctrinal y moral, así como la verticalidad de su pontificado, es decir, tener siempre a Cristo como centro. Sin embargo el pontífice ha subrayado el legado del papa Francisco y la necesidad de continuar con él, aunque aún no sabemos qué tanto. Su nombre "León", no grato para el ala progresista de la Iglesia, evoca al papa León XIII y la necesidad de iluminar con el Evangelio las cuestiones sociales de nuestro tiempo, especialmente la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías que, mal utilizadas, atentan contra la dignidad humana.

Quitan el "imprimatur" a popular libro
"Las seis puertas del enemigo" es un libro bastante popular que el padre Javier Luzón Peña publicó en 2017 con el "imprimatur" del obispo Demetrio Fernández, de Córdoba España y el "ninil obstat" del vicario general. El 20 de abril de 2025, el mismo obispo y su vicario retiraron la aprobación al libro por algunos errores que contiene, y que habían sido señalados, hace algunos meses, por la Asociación Internacional de Exorcistas.

Algunos de esos errores son las llamadas "cadenas intergeneracionales", es decir, los efectos espirituales que los pecados personales graves tienen en la descendencia familiar, es decir, la contaminación maligna que queda en el árbol genealógico cuando el pecador muere sin arrepentimiento, y que tendrá efectos perniciosos en sus descendientes. También su enseñanza sobre las "almas errantes", que son las almas de difuntos que no están en el purgatorio sino en un estado de oscuridad y que rondan por la tierra. Estas enseñanzas del padre Luzón no son compatibles con la doctrina católica del pecado original, de la gracia y de la escatología, y no forman parte del Catecismo. Es penoso que la autoridad eclesiástica no se haya percatado a tiempo, y más penosos son los daños espirituales que puedan tener las personas que han creído en dichas extrañas doctrinas.

Lema, vestimentas y residencia del papa
Cada papa tiene su personalidad. León XIV, a diferencia del papa Francisco –quien en su primer saludo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro vistió solamente sotana blanca–, utilizó todos los ornamentos tradicionales con los que el papa saluda a los fieles. León prefirió mostrarse al mundo portando la estola bordada con las imágenes de los santos Pedro y Pablo, la muceta –media capa color rojo–, el roquete –vestido corto hasta la rodilla de encaje bordado. Al cuello el papa Francisco llevó una cruz de plata; León XIV portó una cruz de oro que le regaló el postulador de los agustinos y que contiene reliquias de san Agustín y santa Mónica. Los zapatos rojos –símbolo de la sangre de Cristo y de los mártires– se quedaron guardados en el armario; ni Francisco ni León se los pusieron.

El lema del nuevo papa "In Illo uno unum" (En Él somos uno) es una frase de san Agustín en un comentario al Salmo 127; el lirio blanco del escudo se asocia a la Virgen María, y el libro cerrado con un corazón traspasado por una flecha es una alusión a la conversión del santo obispo de Hipona.

Otro punto en que León XIV muy probablemente se diferenciará de su antecesor es el lugar de su residencia. Mientras Francisco vivió en la hospedería Santa Marta del Vaticano –construida por san Juan Pablo II para alojar a los cardenales durante el cónclave– parece que el nuevo papa residirá en el tradicional apartamento papal del Palacio Apostólico. El coche para trasladarse también diferenciará a los dos papas. Mientras que el papa Francisco se desplazaba en coches más austeros como el Ford Focus o el Fiat blanco, León XIV ha optado por una furgoneta azul oscuro más elegante.

Cada papa tiene sus rasgos propios y no hay por qué señalar que unos son mejores que otros. Francisco quiso mostrar signos de austeridad y de solidaridad con los pobres. Bien por él, pero no significa que León XIV esté mal en sus opciones. El papa Prevost, lejos de ser amante de los lujos, –recordemos que vivió una vida sobria y moderada durante sus años de misionero y, como religioso, tiene votos de pobreza– ha querido enviar el mensaje de que está dispuesto a restaurar la imagen de la solemnidad del papado. Cada papa puede tener su estilo. Lo importante es que los sucesores de san Pedro nos confirmen en la fe y en el amor de Cristo.

jueves, 8 de mayo de 2025

Un León contra el maligno


Con inmensa alegría recibimos al papa León XIV, sucesor 267 del Apóstol San Pedro, a quien los católicos obsequiamos nuestra adhesión, amor y respeto. No podemos dejar de agradecer a Jesucristo el don precioso del papado: "Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y los poderes del infierno no prevalecerán contra ella" (Mt 16.18). Esa promesa y ese poder espiritual se lo otorga Jesús al apóstol primado con la triple pregunta: "¿Me amas?" y con el triple mandamiento: "Apacienta a mis ovejas" (Jn 21,15-17).

El don de Pedro a la Iglesia nos ha permitido mantener la unidad de la grey católica en 21 siglos de historia. Gracias a la figura del pescador de Galilea puesta por Cristo al frente de la grey universal, la Iglesia Católica mantiene una unidad de la que carecen las iglesias ortodoxas así como las comunidades que surgieron de la Reforma Protestante desde el siglo XVI. Por eso hemos de adherirnos con amor y gratitud al magisterio petrino, que ahora continúa con el papa León XIV.

Desde el momento en que el Colegio Cardenalicio eligió al Cardenal Robert Francis Prevost como obispo de Roma, y éste aceptó el nombramiento, se convirtió, para el mundo, en el papa, sucesor de san Pedro. Fue en la Capilla de las Lágrimas –lugar de fuerte momento emocional donde se despojó de sus vestiduras de cardenal y se revistió con la sotana blanca– donde recibió la pesada cruz de Jesucristo para llevarla hasta el Calvario –siguiendo las huellas del Señor. El llamado a ser papa es una vocación también al martirio. Por eso hemos de orar continuamente por León XIV.

El papa es elegido para ser el primero de la Iglesia en confesar la fe en Jesucristo ante un mundo que es hostil al Evangelio: "Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está bajo el poder del Maligno" (1Jn 5,19). Este es un dato muy importante, inexplicable para la mayoría de los periodistas del mundo que cubren la elección y la sucesión papal. Para buena parte de los medios y de la opinión pública, el papa es sólo un jefe de estado, un político o un colaborador de la paz entendida como la que promueve el Dalai Lama u otro líder religioso.

En su primer mensaje, León XIV nos dejó claro en qué consiste la paz cristiana. El pontífice saludó al mundo como Cristo resucitado lo hizo a sus apóstoles: "La paz esté con vosotros". Y añadió: "La paz desarmada y desarmante que proviene de Dios que nos ama incondicionalmente". "Dios nos ama mucho, nos ama a todos, el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios, por lo tanto, sin miedo, unidos, mano de la manos con Dios y entre nosotros vayamos adelante seamos discípulos de Cristo, que nos precede, el mundo necesita de su luz. La humanidad necesita de su luz para ser un puente y alcanzada por Dios con su amor". Es la presencia del Resucitado en los corazones la que trae la verdadera paz.

Este anuncio de la paz de Cristo provoca la hostilidad y la furia del Maligno, que no quiere la paz sino la división. El príncipe de este mundo, que quiere destruir el Reino de Dios en las almas, debe encontrar la oposición del Vicario de Cristo y de todos los que estamos en el ejército de Dios respaldando al papa. El Santo Padre León deberá perseguir al mundo, no con agresividad, sino para contarle que existe esperanza en el amor de Dios que se nos ha manifestado en Jesucristo.

Si el papa deja de perseguir al mundo con la verdad del Evangelio y busca, en cambio, complacerlo en sus ideologías y valores no evangélicos sino mundanos, entonces el mundo aplaudirá al papa porque habrá encontrado alguien como él. Dios guarde de ello a su Iglesia.

En cambio si el papa persigue al mundo para alcanzar a las personas con la verdad y el amor de Cristo, el mundo odiará y perseguirá al papa. Habrá críticas en su contra, difamación, rechazo, ataques a la fe y a la misión que Jesús le ha conferido. Si todo esto sucede, los creyentes, en vez de extrañarnos de que por qué el mundo habla mal del papa, hemos de levantar la cabeza contemplando ese grandioso signo de que la Iglesia tiene un papa según el corazón de Cristo, buen pastor.

De la misma manera, si la Iglesia deja de ser misionera y no toma la iniciativa de perseguir al mundo señalándole el Camino, la Verdad y la Vida, el mundo, opuesto al Evangelio, perseguirá a la Iglesia con todas sus seducciones mundanas, presionándola para conformarla a sus valores: "el mundo los amaría como cosa suya" (Jn 15,19). Y cuando el mundo la haya seducido y debilitado, la hundirá en el mar de la desesperanza y de la desesperación.

No nos extrañe, pues, que si León XIV nos habla fuerte de Jesucristo, con la toda la verdad de la enseñanza del único Salvador de la humanidad, el mundo, que yace bajo el poder del Maligno, se lance contra el pontífice. El Señor le ha compartido su Cruz para que venza con ese signo, y al mismo tiempo le otorga la gracia para llevarla a cuestas hasta el Calvario. Con nuestra fe, amor y oración nos adherimos al nuevo papa León XIV para que persiga al mundo anunciándole el Evangelio íntegro, y el mundo se enfurezca por la conversión de muchas almas.

jueves, 1 de mayo de 2025

El Espíritu Santo y el cónclave


Dentro de unos días, en la Capilla Sixtina, los cardenales se encerrarán "con llave" –es lo que significa la palabra "cónclave"– para elegir al sucesor de san Pedro. La expectación mundial es enorme. Mientras tanto los católicos invocamos al Espíritu Santo para que asista a los cardenales durante la elección.

Hay dos ideas equivocadas cuando hablamos del Espíritu Santo para la elección de un papa. Un primer error es creer que el Espíritu de Dios no tiene qué ver con la elección papal. Quienes así piensan argumentan que en la historia ha habido papas muy malos, incluso algunos muy pecadores, y por lo tanto, no puede estar el Espíritu Santo presente en el cónclave.

Otro error es creer que, una vez cerrada la Capilla Sixtina con los cardenales adentro, el Espíritu Santo se posesiona de todos, en una especie de embriaguez espiritual como en Pentecostés, para que salga electo un nuevo papa que el Espíritu Santo conceda a la Iglesia, sin importar los aciertos y errores que el papa pueda cometer. Ambas creencias están equivocadas. ¿Cómo actúa, entonces, el Espíritu en la Iglesia para elegir al pontífice?

Los católicos creemos que el Espíritu Santo conduce a la Iglesia, y en ello está incluida la elección del papa. No significa que el Espíritu imponga una elección específica sino que inspira, ilumina y acompaña a los cardenales en su discernimiento. Creemos que el Espíritu actúa a través de la oración, la meditación y el diálogo, ayudando a los cardenales a buscar la voluntad de Dios para la Iglesia.

La elección del papa es un acto humano deliberado y no una intervención milagrosa directa. El Espíritu Santo no anula la libertad de los cardenales electores sino que la respeta. Son ellos quienes votan libremente. Los prelados, en conciencia, evalúan a los candidatos según criterios como la santidad y la integridad de sus vidas, sus capacidades de liderazgo, su edad y su salud, así como la comprensión y la visión que tengan de los problemas de la Iglesia y del mundo.

La teología católica ve la acción del Espíritu Santo como complementaria de la libertad humana. Actúa el Espíritu de manera sutil, guiando el proceso sin coaccionar a los cardenales. Puede inspirarles a ponderar las cualidades de un candidato o a buscar superar divisiones para llegar a un consenso. Hay que decir que los cardenales no están exentos de error, ya que su libertad implica que pueden actuar según sus juicios, que no siempre son perfectos.

La divina Providencia gobierna el mundo y, por supuesto, la Iglesia de Cristo. Creemos los católicos que el Espíritu Santo estará presente en el cónclave porque confiamos en que Dios nunca abandona a su pueblo y guía a sus pastores, incluso en medio de sus limitaciones. La elección del papa es un acto de la Iglesia guiado por la Providencia, aunque no necesariamente cada papa sea el candidato perfecto humanamente hablando, sino el que Dios permite en un momento de la historia y para sus divinos propósitos.

¿Puede resultar un mal papa de un cónclave? Sí, es posible. Conocemos casos de papas en la historia que por sus decisiones o su vida personal fueron considerados inadecuados o, francamente, malos. Algunos papas del Renacimiento como Alejandro VI llevaron una vida moral desordenada. Aún así, la acción del Espíritu Santo se manifiesta permitiendo que ciertos hombres sean elegidos papa, incluso si sus acciones posteriores no sean ejemplares. Todo concurre para un propósito mayor dentro del plan de Dios.

En estos días de "novendiales" –que son los días de oración por el reposo eterno del papa Francisco– oremos al Espíritu Santo para que los cardenales elijan al papa que necesita la Iglesia de Jesucristo para confirmar en la fe a todo el orbe católico.

Carácter cristiano

Jesús no fue primero "sí" y luego "no"; en él todo se ha convertido en un "sí" (2Cor 1, 18-22) En su libro ...