Blasfemia olímpica El insulto y la burla a Jesucristo se logró a escala planetaria en el muy bien orquestado plan de tintes masónicos durante la inauguración de los Juegos Olímpicos en París 2024. Las escenas fueron brutales, chocantes, ofensivas, no sólo para los 2,400 millones de cristianos, sino para un sinnúmero de asistentes que, perplejos, vieron el grado de degradación al que se llega cuando penetran las ideologías que niegan la naturaleza humana. Las escenas no fueron solamente una humillación y un desprecio a los cristianos, sino un propuesta política y teológica. La reina decapitada Una de las escenas que más llamaron la atención en el aquelarre de la ceremonia inaugural de los juegos olímpicos de París fue la aparición de la reina María Antonieta decapitada cantando el estribillo de una canción posterior a la Revolución Francesa en la que se pedía el linchamiento de la nobleza y del clero. Años después de la infame revolución, Víctor Hugo escribió "Noventa y tres",...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos