Iniciativa de ley del aborto

Como si la violencia en las calles de Chihuahua y la de muchos hogares fuera insuficiente, la diputada Leticia Ortega Maynez y otros diputados de Morena, Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano presentaron una iniciativa con carácter de decreto para reformar algunos artículos de la ley del Código Penal del Estado de Chihuahua en materia de aborto. De ser aprobada esta iniciativa, los diputados de dichos partidos serían los culpables de incrementar la violencia en el Estado, institucionalizándola, de manera particular al violentar el espacio más sagrado donde se gesta la vida humana, es decir, el vientre materno. Ningún bebé chihuahuense estaría seguro en el seno de su madre.

La iniciativa, con una pobreza argumentativa basada en la ideología de género, tiene una serie de errores antropológicos y de manipulación del lenguaje como los siguientes:

Primero, el término empleado por los diputados es "interrupción del embarazo". Interrumpir es un término que se refiere a una pausa, a una suspensión de un proceso para ser reanudado después.  La iniciativa de ley, en realidad, no está hablando de interrupción sino de terminar el embarazo, es decir, dar muerte a un ser humano inocente para ser desechado después. No es honesto que se suavicen los términos para manipular los sentimientos de las personas. Al aborto se le debe llamar con toda la dureza del término.

Segundo, la iniciativa apela a la dignidad humana de las mujeres que les permite decidir sobre sus cuerpos. Se les ha olvidado que también el embrión es un ser humano y tiene una dignidad intrínseca por el hecho de serlo. No tiene mayor dignidad la mujer que el bebé que lleva en su seno; ambos son seres humanos con la misma dignidad, y sus vidas deben ser respetadas. Decidir sobre el propio cuerpo puede ser un derecho, pero no un derecho absoluto. Una mujer embarazada lleva consigo otro cuerpo que no es el suyo sino el de su hijo, y está llamada a proteger la vida de éste.

Tercero, la autonomía y libre desarrollo de la personalidad la manejan los diputados como un absoluto, como pura libertad sin referencia a la verdad y sin ninguna responsabilidad. Se dice que la maternidad no debe de ser obstáculo para los planes de las mujeres, quienes pueden disponer de sus vidas y su futuro como les plazca. Una mujer gestante no es absolutamente autónoma. Su embarazo está ligado, al menos, a dos personas: a un bebé que crece en su vientre y a un hombre que es padre del niño, y quien también tiene derecho y responsabilidad sobre él. La iniciativa de ley descarta injustamente los derechos del padre sobre la vida de su hijo.

Cuarto, el derecho a la igualdad al que apelan los diputados es lograr tener un trato igualitario con los varones quienes, según la iniciativa, gozan de tener privilegios por encima de las mujeres. Si bien es cierto que debemos hacer más para erradicar la violencia contra la mujer y darles un trato más justo en empleos y salarios, el derecho a la igualdad no aplica para el aborto. El falso derecho al aborto rompe la igualdad al colocar a la mujer por encima de una vida inocente que no puede defenderse, y por encima de un padre que tiene el derecho a proteger la vida de su hijo, así como el deber de cuidar a la mujer y al niño por nacer. 

Quinto, los diputados se respaldan en la Convención sobre la Eliminación de todas formas de Discriminación contra la Mujer que, ciertamente, defiende el trato igualitario hacia las mujeres, pero se les olvidó considerar la Convención sobre los Derechos del Niño de la UNICEF que dice en su artículo 6: "Todo niño tiene derecho intrínseco a la vida y es obligación del Estado garantizar la supervivencia y el desarrollo del niño". 

Sexto, la iniciativa abortista afirma que el embrión humano no es una persona humana, y que solamente a partir del nacimiento puede considerarse como tal, y con todos sus derechos. Esto también es falso, ya que la ciencia médica y la filosofía nos dicen lo contrario. Desde el momento de su concepción, el estatus ontológico del óvulo fecundado se convierte en una realidad distinta a la de la madre; no en un simple material biológico sino en un individuo de la especie humana que, si se le permite su desarrollo, llegará a su madurez y a su edad adulta. Y si se trata de un individuo de la especie humana evidentemente es una persona humana. 

En este sentido la iniciativa tiene una gran contradicción. Se propone despenalizar el aborto hasta la semana 12, y a partir de ahí sería penalizado. ¿Por que escogieron la semana 12? ¿Acaso a partir de esa semana ya puede considerarse el embrión como una persona humana con derecho a la vida, pero antes no? Por favor que alguien lo explique.

La cultura de la muerte va extendiendo sus tentáculos por todo el mundo, ejerciendo violencia y destruyendo vidas humanas. Es una amenaza para la supervivencia de la humanidad y para un futuro mejor para todos. El aborto destruye vidas inocentes, destruye mujeres, destruye familias, destruye la economía y el tejido social. Los diputados que hoy quieren imponer el aborto en Chihuahua no lo prometieron en sus campañas. Nos engañaron. 

Exhortamos a todos los católicos, así como a los hombres y mujeres de buena voluntad, a que nos opongamos a la iniciativa de ley del aborto en el Estado de Chihuahua. Somos un pueblo que ama y defiende la vida humana. Oremos por nuestros diputados y hagamos presión pacífica sobre ellos para mostrarles nuestro absoluto repudio por esa posible ley que no traerá paz y bienestar, sino más violencia para el Estado Grande.