E l domingo pasado escribí un comentario al Evangelio titulado "El `No Juzgues´ de Dios en tiempos de juicio civil" en el que reflexionaba cómo nuestros juicios deben limitarse a los hechos y no a las personas. Algunas agrupaciones derecho humanistas y feministas respondieron con una carta pública, absurda y sin lógica, en la que me acusan de iniciar una agresiva campaña para defender a un sacerdote acusado y de servir a los intereses de partidos políticos. Además esta semana he recibido comentarios de personas que me dejan sentir la compasión que tienen hacia los sacerdotes por la situación de abusos sexuales en la Iglesia. También supe de algún sacerdote que sentía pena y vergüenza con la gente por el lodo del escándalo con que se ha manchado el ministerio sacerdotal. Ante este panorama debo decir que nunca nos avergoncemos de ser sacerdotes ni tampoco nos dejemos intimidar por quienes nos critican por el hecho de servir a la Iglesia. Hoy san Pablo en su primera Carta ...
Vida católica: frontera México-Estados Unidos