La compañía Target en Estados Unidos es las primera que está cambiando sus políticas sobre la utilización de los sanitarios en sus tiendas. Millones de norteamericanos están furiosos por la apertura de los baños de Target a los clientes y empleados transgénero. A ellos se les permite utilizar el sanitario de su preferencia: hombres o mujeres. En agosto de 2015 la empresa despertó la ira de muchos con su experimento de ingeniería sexual en el departamento de niños y niñas. La tienda eliminó las etiquetas de distinción sexual en las secciones de ropa y juguetes. Ahora que cambia sus políticas para ir al baño, ¿qué puede suceder si un hombre vestido de mujer decide utilizar el baño o el probador de ropa femenina? ¿Y los hombres bigotudos que digan que se sienten mujeres?, también podrían utilizar los baños de las damas. Muchos se preguntan por qué el gobierno, al aprobar estas políticas, pone en riesgo a las mujeres y a los niños al permitir que eventuales depredadores sexuales entren más fácilmente en contacto con ellos en los baños. Lo curioso es que sólo el .3 por ciento de la nación se declara transgénero. Es la retorcida teoría de género la que, si lo permitimos, desquiciará a la humanidad.
Todos al servicio de Herodes
A veces me pregunto por qué las categorías de derechas e izquierdas tienden a confundirse. Lo vemos en la política mexicana: políticos o partidos que son de derecha están a favor del aborto o de la legalización de las drogas. Partidos de izquierda, que supuestamente defienden al hombre y a la sociedad, están al servicio de los intereses de los países más ricos del mundo. El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, ha sido muy claro al desenmascarar lo que está sucediendo en la política internacional. Dice el prelado: “Lo dice el Papa Juan Pablo II en la Evangelium Vitae, hay organizaciones internacionales, comenzando por la ONU, continuando por la UNESCO, por el Banco Mundial, por la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), que con maquillaje del lenguaje están haciendo un proyecto, científicamente pensado y técnicamente muy estructurado, de manera que están haciendo que no aumente la población, porque ese es el gran proyecto de todo ese complejo internacional, disminuir los comensales, que no haya más en la mesa”. Todos: derecha, izquierda, centro, partidos, sindicatos, universidades y cultura, son siervos de este objetivo de ingeniería social.
Juegos apasionantes
Muchos recordamos en nuestra infancia los juegos de príncipes y princesas. En aquellas fantasías infantiles imaginábamos un reino gobernado por un rey bueno a quien jurábamos defenderlo hasta la muerte; luchábamos contra un dragón o contra el reino de una bruja que tenía secuestrada a una princesa, y había que arriesgar la vida con tal de rescatarla. Teníamos que prepararnos con nuestras capas y espadas para ir a la guerra contra el dragón. Aquel juego infantil era emocionante. “Son fantasías de niños”, decían nuestros padres. Pero hoy que somos adultos nos damos cuenta de que nos engañaban: la fantasía de aquel juego era, en realidad, la dramática realidad de la vida. La existencia cristiana es lo que anunciaba el juego. A diario hemos de buscar estrategias contra las fuerzas oscuras del mal, nos empeñamos en la fidelidad y el sacrificio por la Verdad, en el coraje y en la piedad, y cuando somos derribados en batalla vamos humildes con el rey eterno para que cure nuestras heridas. Y así volvemos a la lid, en la esperanza de ganar la guerra para poseer la corona de laureles que no se marchita. Este juego no debería de faltarle, en su infancia, a todo mortal.
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