miércoles, 30 de agosto de 2023

Homilías y enojos


H
ace tiempo conocí a una persona que, con gran piedad y devoción, acudía diariamente a la Eucaristía. Me pareció extraño que, durante la homilía, cuando en ocasiones yo abordaba el tema de la persecución sandinista al obispo Rolando Álvarez y a los católicos de Nicaragua, esa persona se levantaba de su lugar, e indignado abandonaba el templo. Sucedió varias veces hasta que tiempo después recibí una carta donde la persona lamentaba mucho que yo fuera un sacerdote "fascista" y que por ese motivo decidía abandonar la parroquia.

Lamento que haya católicos que sean más fieles a las ideologías que a las enseñanzas de la Iglesia. Cuando en la predicación sagrada se denuncian temas sensibles, tales como los nuevos libros de texto con los que el gobierno de México quiere adoctrinar e hipersexualizar a los niños, el aborto o la ideología de género, esas personas se ofuscan, se enfadan y se ponen mal con uno. Después de leer un artículo que escribí sobre la nueva escuela mexicana, molesta me reclamaba una mujer: "Padre soy católica pero la educación es laica, respete a nuestras autoridades y eruditos. Respete para que nuestra religión sea respetada".

Para ella y para muchos, ser católico es una segunda opción. Les da vergüenza parecer demasiado católicos, no sea que los tilden de fanáticos. Por eso prefieren ser más leales al partido político que a su fe cristiana; eligen vivir más como ciudadanos del mundo que como ciudadanos del cielo.

¿Por qué la Iglesia no cambia muchas cosas de su vida interna? ¿Por qué no se sube al tren de los cambios culturales? ¿Por qué la Iglesia sigue aferrada a sus estructuras –como es la familia de padre y madre– y no se esfuerza por ser más semejante al resto de la sociedad? ¿Por qué no cambia las enseñanzas de moral sexual? Estas son quejas y lamentos de muchos católicos que quieren una reforma de las enseñanzas de la Iglesia a los tiempos modernos. La respuesta es: los cambios en las expresiones de la fe son buenos si saben utilizar un lenguaje accesible y cercano al hombre de hoy. Pero son muy malos y peligrosos si alteran la doctrina perenne que viene de Jesucristo y los Apóstoles.

Un buen católico no puede dar prioridad a una ideología política antes que a su fe cristiana. Muchos no comprenden que estas ideologías se fundamentan en visiones que no corresponden a la realidad del hombre y de la sociedad, y por eso la Iglesia mantiene una postura crítica frente a ellas. Así lo hizo con el liberalismo, el nazismo, el socialismo y ahora con la ideología de género. Solamente el Evangelio nos revela quién es realmente el hombre y cuál es su vocación.

El católico debe mantener una postura crítica a lo que sucede en el mundo de la política y, en cambio, debe guardar celosamente ese tesoro que conocemos como el Depósito de la Fe. Este depósito es la maravillosa riqueza de las enseñanzas que Dios ha revelado en la Sagrada Escritura –Palabra de Dios escrita—, en la Tradición –Palabra de Dios oral– y que son rectamente interpretadas por el Magisterio de la Iglesia. Es un depósito sagrado, perenne e inalterable. Es el cúmulo de enseñanzas que viene de lo Alto que nos ha sido dado por Dios como don, no para alterarlo, sino para beber de él y alimentarnos de su enseñanza.

Es un error mortal entregar el corazón a las ideologías humanas. Estas pasan con el tiempo y desaparecen. Se hacen obsoletas con los años. Pero la Revelación de Dios es eterna: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mt 24,35). Como Pueblo de Dios tenemos la encomienda de conservar, practicar y profesar este sagrado Depósito. Conservarlo es no acomodarlo a ninguna ideología política; no es Cristo quien debe adecuarse a nosotros, sino nosotros a su Revelación. Practicarlo es adecuar nuestra conducta a lo que Cristo nos enseña. Y profesarlo es ser conscientes de que no lo hemos recibido sólo para nosotros como un privilegio, sino para ser testigos vivientes de él.

Cuando predicamos en la homilía, los sacerdotes podemos ser incómodos sobre todo cuando se tocan temas políticos o temas sensibles. A muchos les fastidia la palabra "Jerarquía" de la Iglesia porque, justamente bajo el influjo del marxismo, miran a la Iglesia como lucha de clases y de poder. Pero esa es una visión distorsionada de la realidad de la Iglesia. La Jerarquía es la estructura que Cristo quiso para dar cohesión y forma a su comunidad, y no para que ésta fuera como un molusco amorfo.

Veamos siempre al episcopado y al sacerdocio como vocaciones y carismas del Espíritu para el servicio de la Iglesia, que han de ejercerse con amor humilde. Así que, cuando algún cura nos hable de temas incómodos, sepamos que Dios, por ese medio, quiere mantenernos en la verdad y preservarnos de los errores de las ideologías.

miércoles, 23 de agosto de 2023

Libros de texto neomarxistas


S
egún el ideal que tenga una nación de lo que es y debe ser un ser humano, así será su educación. Mucha polvareda ha levantado la nueva escuela mexicana con los libros de texto para este año escolar. No es para menos. Este proyecto educativo plantea introducir una visión nueva del hombre, de la familia y de la sociedad. Cuando uno revisa los nuevos libros de texto de la Secretaría de Educación Pública, se descubre rápidamente ese tipo de hombre que se quiere formar: el hombre revolucionario que lucha por abolir las clases sociales y la familia natural.

Derechos y exigencias
Desde primero de primaria se les inculca a los niños que ellos tienen derechos: a decir lo que piensan sin sentirse rechazados, a jugar, descansar, a que sus padres les compren sus juguetes, a vivir sin que nadie los maltrate, a que se les respete su identidad. En cada grado escolar se remarca el tema de que los niños tienen derechos y más derechos. Pero, ¿dónde quedan los deberes, las obligaciones, el aceptar la corrección, el sacrificio y la obediencia a los padres de familia? Se les adiestra para la exigencia y la confrontación. Educar sólo en base a derechos que se deben reclamar es colocar las bases para que los hijos se vuelvan desafiantes hacia sus padres. Desde pequeños se entrenan para una convivencia conflictiva que más adelante puede llevar a una infelicidad social.

Ideología de género
Este modelo educativo permite que los niños exploren preferencias sexuales diversas a la que corresponde a su sexo biológico, y además favorece la moda transgénero. Los libros muestran una distinción entre sexo biológico y género, el cual es la manera en que cada niño se autopercibe. Cito el libro de sexto de primaria: "La identidad de género es la percepción y experiencia individual de género con la cual se identifica una persona. Puede coincidir o no con el género asignado al nacer y es independiente de la orientación sexual del sujeto; por ello es una autoidentificación que no puede ser atribuida a otros. Asimismo cabe mencionar que es privada e interna, la única manera de saber cuál es la identidad de género de una persona es preguntársela".

Algunos de los libros contienen imágenes abiertamente de amor homosexual, lo que seguramente confundirá a los niños, como en el libro "Nuestros saberes" de quinto año. Pero también se les adoctrina en una percepción falsa de la realidad: "puede ocurrir, y es válido, que una persona no se sienta identificada con el género que se le asigna al nacer", dice uno de los libros de segundo grado. Si a esta confusión de la propia identidad sexual sumamos la conciencia de los derechos sexuales que deben exigir los niños, tenemos el adiestramiento perfecto para que los niños vivas desarraigados de su realidad biológica y en las familias se establezca una situación de conflicto.

Neo marxismo
"Un libro sin recetas" es el manual de los maestros para cada grado escolar. En ellos abiertamente se quiere entrenar a los maestros en la ideología marxista. Con claro lenguaje tomado de algún partido comunista se les dice: "¿Reconoces el sector hegemónico, su discurso dominante y las prácticas opresoras que ejercen violencia sobre los tuyos en su subalternidad? ¿Reconoces las diferencias entre subalternidades y hegemonías, entre dominados y dominantes, entre oprimidos y opresores? ¿Crees que los medios masivos legitiman al sector hegemónico, o si los privilegios de las personas son una condición heredada por cuestiones económicas?" No merecen nuestros maestros estar sometidos a esta presión de la nueva escuela mexicana que los prepara no sólo para la lucha de clases, sino también para combatir la cultura occidental y el alma cristiana. Se pretende que los maestros tomen conciencia de su condición de explotados y se sumen a la causa revolucionaria.

Antifamilia
Uno de los principios fundamentales de la ideología marxista-socialista es dividir no solamente a la sociedad sino a las familias. Si el rancio marxismo se fundamentaba en la lucha de clases sociales, hoy esa lucha debe de comenzar por la confrontación y el choque en la célula básica de la sociedad, que es la familia. Según el marxismo, la familia es la institución básica del patriarcado, lugar de la propiedad privada, espacio donde existe una jerarquía de autoridad y donde se origina la lucha de clases. Para Engels la familia era el germen del mal que había que destruir. La nueva educación en México es destructora de la familia natural que tiene su base en el matrimonio del hombre y la mujer, para dar bienvenida a otros tipos de uniones con diversas orientaciones sexuales e identidades.

Lenguaje inclusivo
"Niños y niñas, todes, todxs", son ejemplos de lo que se llama lenguaje inclusivo y busca imponerse a través de los nuevos libros de primaria. Con el fin de promover la inclusión y la diversidad, se manipula el idioma eliminando los conceptos que definen las relaciones interpersonales y familiares, y así cambiar esos conceptos en los niños. En algunos países se ha vuelto obligatorio el dejar de usar pronombres neutros como "él/ella", y se van eliminando conceptos como "padre", "madre", "hijo/hija". En el fondo está un desprecio total a la biología y un odio a la división de clases sociales, la cual empieza por la diferencia entre los roles familiares que habrá que destruir con el lenguaje.

La nueva escuela mexicana con sus libros de texto es anticientífica en muchos de sus postulados y claramente manipuladora de las conciencias de los niños. Por amor a una educación apegada a la realidad y apoyada en la ciencia, los católicos hemos de rechazar este adoctrinamiento en las mentiras del socialismo. Nos lo pide no sólo la fe, sino la inteligencia, la sensatez y el sentido común.



miércoles, 16 de agosto de 2023

La casa de los famosos


Del 4 de junio al 13 de agosto millones de mexicanos estuvieron pegados a la televisión observando cómo se desarrollaba la vida algunas celebridades en una casa. El programa producido por Televisa se llamó La casa de los famosos. Este tipo de espectáculos iniciaron hace décadas con Cámara escondida, y cobraron mayor popularidad con Big Brother en los 90. El atractivo consiste en espiar la vida de otras personas para ver qué hacen, cómo interactúan, reaccionan y resuelven situaciones de conflicto, y qué conversan entre ellos. Los reality shows o telerrealidad son un éxito en todos los países del mundo. ¿A qué se debe esto?

Los reality tienen guión
La mayoría de los espectadores se sienten cautivados por ver lo que sucede en esa "vida cotidiana" dentro de una casa o escenario donde los participantes no pueden salir. A primera vista parece que lo que ocurre en esos escenarios se deja a la espontaneidad de los participantes, pero no es así. En realidad existen guiones para crear situaciones que despierten la curiosidad del público. Los participantes no son, por supuesto, escogidos al azar. Un reality con puros hijos de vecino sería un fracaso. Se escogen personas con ciertas características físicas, psicológicas y culturales que pueda apreciar el público. Deben ser atractivos, populares, juveniles, desinhibidos y dispuestos a mostrar, sin tapujos, cuestiones personales íntimas.

Voyerismo
El público televidente sigue los pormenores de lo que sucede dentro de la casa. Incluso llegan a contratar canales especiales para ver las 24 horas del día. Psicólogos dicen que este afán obsesivo por espiar la vida íntima de otras personas se llama voyerismo. El voyerista o mirón disfruta observando no sólo situaciones de la intimidad erótica de otras personas, sino también situaciones de sufrimiento o desgracia ajena. Hay dos tipos de voyeristas: los fisgones que se sientan ante la pantalla para analizar los comportamientos de los participantes, observar sus defectos y criticarlos; y los que se identifican con uno o varios participantes, se hacen sus fans, disfrutan de tus triunfos y fracasos. Son los que se proyectan en ellos y se ven a sí mismos como parte del programa.

Adicción
La revista Psicology Today enseña que los telespectadores llegan a compenetrarse tanto con estos reality shows que este comportamiento se puede considerar adictivo. El cerebro puede quedar afectado por la producción de neurotransmisores como son las endorfinas. Se puede provocar el efecto de una droga que crea cierta dependencia –no con el poder adictivo que tiene la pornografía– pero sí con cierta sumisión cerebral. El espectador tiene la ilusión de ser parte del programa porque puede votar para expulsar a un participante, lo que le da la fantasía de tener cierto poder. La manipulación psicológica que hacen las televisoras es, pues, bastante efectiva para cautivar a la audiencia.

Trans en el show
Entre los personajes de La casa de los famosos resaltó Wendy Guevara, un hombre vestido de mujer. Él es un influencer que llamó la atención a los televidentes por su personalidad y su historia de superación personal. Ha trabajado en diversas redes sociales como creador de contenido y tiene más de dos millones de seguidores en Instagram y casi dos millones en Tik Tok. Sus fans son mayoritariamente pertenecientes al colectivo LGBT+. En su participación, Guevara habló del abuso sexual a los menores y las trabajadoras sexuales, así como de la discriminación de las personas trans.

¿Por qué colocar a un trans en el concurso que, por cierto, lo ganó? Seguramente se quería que la comunidad LGBT tuviera un representante y el señor Wendy lo fue. Pero hay más de fondo: los medios de comunicación social y las redes son hoy el lugar de la lucha de clases. Las clases explotadas de hoy –LGBT´s, afroamericanos, islámicos, feministas, transexuales y todas minorías a las que les gusta victimizarse– encuentran en las redes y televisoras la ocasión para expresarse, conquistando por la lucha, posiciones de poder. Guevara se ganó la aprobación de la audiencia, nada extraño en una época donde las personas utilizan muy poco la razón y mucho el sentimiento. Tan es así que muchos terminan por salirse de la realidad para vivir en un mundo de espejismos y fábulas al aceptar que un hombre pueda ser una mujer. 

Daño espiritual
Los reality shows no son saludables para la vida espiritual. Al contrario, hacen mucho daño para quienes quieren crecer en su vida interior. El mal radica en que estimulan lo que se llama la concupiscencia de los ojos, es decir, provocan la curiosidad malsana, que es ese deseo inmoderado de ver, saber y oír sobre las vidas ajenas, con todas sus intrigas y secretos. Espiar a los famosos es sólo querer apaciguar la imaginación con asuntos placenteros y nada provechosos.

Decía el padre Jacques Bossuet: "Porque todo eso no es sino intemperancia, enfermedad, desorden del espíritu, sequedad del corazón, desdichado cautiverio que nos quita la libertad de pensar, y fuente de errores". Hurgar en vidas ajenas es malgastar el tiempo. Mucho tenemos que hacer en la brevedad del tiempo para arreglar nuestras propias almas y remar hacia nuestro destino eterno.

jueves, 10 de agosto de 2023

Ecología integral


Sin duda la Jornada Mundial de la Juventud fue muy positiva. Una de las intervenciones de catequesis en lengua española que más aplaudí fue la de José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela Alicante. Habló a los jóvenes sobre la ecología, tema que, francamente, a muchos nos resulta poco atractivo cuando pensamos en explicaciones sobre cómo salvar ballenas, ahorrar agua y contaminar menos el aire. Sin embargo Munilla se centró en lo que se llama una "ecología integral". Te comparto algunas de sus ideas.

Ecología o ideología
Muchas organizaciones internacionales que pretenden salvar el planeta tienen una visión distorsionada de la defensa del medio ambiente. Carecen de una ecología integral porque no tienen como punto de partida la altísima dignidad del ser humano. De esa manera esas instituciones, en su lucha contra el calentamiento global o el cambio climático, suelen ser apasionadas defensoras del aborto y la eutanasia. ¿Qué clase de ecología es aquella que pretende desaparecer a los seres humanos del planeta? Se trata de una ecología ideológica que puede hacer un daño enorme. La ecología que no toma en cuenta a Dios creador ni la grandeza del ser humano, es una falsa ecología.

El hombre, creación suprema
Hablar de ecología integral es entender que, entre las criaturas, existe una jerarquía de dignidad. Mientras que ciertas visiones ecológicas rebajan al ser humano colocándolo como uno más entre los seres que pueblan el universo, los cristianos sabemos que el ser humano tiene un lugar especial en el cosmos: ¿Señor, qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder? Le diste el mando sobre las obras de tus manos, y todo lo sometiste bajo sus pies (Sal 8). Aunque somos criaturas, los seres humanos tenemos una dignidad superior a las piedras, a las ranas o a las ballenas. Minerales, vegetales y animales son expresión de la belleza y la grandeza de Dios, pero sólo el hombre fue creado a imagen y semejanza suya. Sólo el ser humano es interlocutor de Dios.

Derroche de tiempo y espacio
Ante la grandeza y majestuosidad de la creación no podemos ser pesimistas creyendo que somos, los seres humanos, poca cosa. Ver al hombre frente a la inmensidad del universo y del tiempo, nos hacer preguntarnos ¿por qué tanto derroche de galaxias, y por qué tantos millones de años anteriores a la creación de la humanidad? ¿Por qué apareció el hombre tan tarde y para qué existe un universo tan grande? Pareciera un despilfarro de tiempo y espacio en donde nos sentimos muy, pero muy pequeños e insignificantes. Sin embargo toda la exuberancia del espacio y del tiempo es una inmensa declaración de amor de Dios al hombre. Nuestro pequeño mundo perdido ante tanta inmensidad es para que entendamos que así de grande es el amor que Dios nos tiene.

¿Y los extraterrestres?
Hoy está de moda hablar de naves espaciales y seres inteligentes extraterrestres. La verdad es que los científicos ven muy difícil que exista vida inteligente fuera de la tierra. La vida inteligente ha requerido una gran cantidad de parámetros y variables, que la hacen irrepetible. Vemos el universo tal como es porque nosotros existimos. Es lo que se conoce como el principio antrópico: si el universo no hubiera evolucionado como evolucionó, los seres humanos no existiríamos. Si una variable hubiera faltado en toda la evolución cósmica, no estaríamos aquí. Todo existe en función del hombre. Nuestra vida humana es la cumbre de la evolución del universo y es una declaración de amor que Dios nos ha mostrado de manera desproporcionada.

Lo visible y lo invisible
Además de la creación material, existe una creación invisible formada por criaturas espirituales incorpóreas que son los ángeles. Existen estos seres angélicos que no solamente adoran a Dios ante su presencia, sino que interactúan en el mundo con los hombres. Cada persona que viene al mundo tiene un ángel que lo custodia hasta la muerte. Además, existe en cada ser humano el alma espiritual. No se ve, pero está dando vida al cuerpo del hombre. Somos interioridad que piensa, juzga y elige libremente, y podemos abrirnos para dialogar con el Creador. Los científicos podrán teorizar sobre la evolución del cuerpo del hombre diciendo que viene de los simios, pero el alma humana no ha evolucionado sino que Dios la creó en un momento del tiempo, y la sigue creando en la concepción. Ecología integral es cuidar el alma porque nuestro último destino es la vida eterna. ¿De qué le sirve al hombre cultivar su cuerpo y vivir en pecado mortal?

Perrhijos
En las grandes ciudades se ven más parejas paseando a los perros en carriolas. Una cosa es el respeto y el cariño a los animales, y otra cosa es confundir los sentimientos con el amor. Impedir que las mascotas sean animales dándoles un trato humano, es reflejo de un drama que existe en el interior del hombre. Es un vacío afectivo que tratamos de llenar. Hacemos sujetos de derechos a los animales cuando no los tienen. Nosotros somos quienes tenemos el deber de cuidarlos y de tener una relación respetuosa con ellos.

Transgénicos y transgéneros
Al mismo tiempo que se denuncian los productos agrícolas transgénicos para aumentar la producción, se promueven las personas transgénero, estimulándolas a cambiar de sexo: transgénicos no, transgéneros sí. ¡Vaya ecología! Nuevamente se trata de una ecología no integral sino ideológica, que no respeta la naturaleza del cuerpo del hombre y de la mujer. No se respetan los ciclos de la fertilidad humana, y a través de la anticoncepción las personas se medican o se operan contra la fertilidad como si se tratara de una enfermedad. La verdadera ecología comienza por el respeto a nuestra naturaleza y por vivir en armonía con la propia fertilidad. Dios nos creó bien. Dios no se equivoca y nadie nace en un cuerpo equivocado. No podemos llamar "derechos" a nuestras heridas afectivas. Estas tienen que se reconocidas, acompañadas, sobrellevadas, curadas. Es parte de una ecología integral.

martes, 1 de agosto de 2023

El cristiano y su cuerpo


A través de la medicina, la herbolaria, la nutrición, el descanso y el ejercicio físico podemos tener una saludable relación con nuestro cuerpo. Sin embargo hoy vivimos tiempos en que se idolatra la carne, o se le desprecia. Hay un deseo razonable de hacer lucir el cuerpo con elegancia, realzar su belleza y disimular sus defectos; nada hay de malo en ello. Una sana autoestima depende, hasta cierto grado, del cuidado corporal que tenemos. San Pablo afirma que Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida (Ef 5,29).

Hoy observamos al menos tres actitudes extremas en relación con el cuerpo que no son saludables para un cristiano. Primero la obsesión por hacerlo lucir atractivo. Hay quienes se entregan al culto corporal por cierta obsesión para atraer las miradas ajenas, cámaras y circulación en redes sociales; se rebasa la cosmética hasta llegar a las cirugías para fines placenteros. Muchos varones trabajan para lucir monstruosas musculaturas y mujeres por lucir curvilíneas al máximo. Mucho del culto al cuerpo está motivado por el erotismo y la cultura porno.

Una segunda actitud extrema, que oscila entre el culto y el desprecio, es el autodiseño del propio cuerpo con tatuajes y piercings que lo invaden agresivamente. El cuerpo no se percibe como don divino que tiene una dignidad que se debe respetar, sino como algo de lo que se puede disponer para alterar su belleza natural. Nos parecen hermosos los osos polares blancos, las cebras blanquinegras y los tigres con sus rayas, pero nuestros cuerpos al natural, no. Respetamos la naturaleza vegetal y animal para preservar su belleza, pero invadimos con artificios nada estéticos la naturaleza de nuestros cuerpos. En el fondo hay un cierto maltrato a la obra maestra de Dios creador.

La tercera actitud es la del desprecio absoluto al cuerpo a través de la ideología de género. Bajo esta perspectiva se desprecia la propia masculinidad y feminidad. Se llega a afirmar que el cuerpo humano es algo que se debe de modelar según la identidad de género que cada persona dice tener. El cuerpo varonil puede ser transformado en uno aparentemente femenino, y viceversa. Si nuestra sexualidad es mera construcción social, entonces también se puede desconstruir y reconstruir según la autopercepción de la persona. Es una negación de la naturaleza biológica del cuerpo y un rechazo absoluto al Creador.

En tiempos pasados hubo otra actitud inadecuada hacia la corporeidad. Algunas sectas repudiaron el cuerpo, considerándolo, por ser material, como una realidad negativa y despreciable. El alma era una sustancia que debía ser libre e independiente, pero estaba capturada en el cuerpo. Hubo pensadores cristianos que vieron, por consiguiente, la sexualidad como algo malo, vehículo para generar en el mundo más materia mala. Por eso despreciaban el matrimonio y la procreación.

¿Cuál es la actitud propia de un católico ante el cuerpo? Los cristianos católicos tenemos conciencia de que Dios, siendo espíritu puro, es el creador del mundo físico. En su sabiduría decidió que el hombre no fuera solamente espíritu, sino también cuerpo. Nos hizo espíritus encarnados en una unidad física y espiritual, lo que es algo muy positivo: Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno (Gen 1,31). Una vida espiritual que no valore el mundo carnal desfigura el Evangelio.

El cristianismo tiene como centro el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1,14). Somos religión encarnada, y hemos de tener cuidado de no desencarnarla. Recordemos que todo el que confiesa a Jesucristo manifestado en la carne, procede de Dios. (1Jn 4,2).

El diablo es una criatura espiritual que carece de carne. No teniéndola, su obra perversa consiste en hacer que los seres humanos distorsionemos nuestra relación con la carne, la cual Dios hizo buena. Por eso el demonio se empeña en que el hombre separe el alma de su cuerpo, lo cual significa la misma muerte. La obsesión por el cuerpo como erotismo pornográfico; el tratamiento que algunos dan a su cuerpo como "cosa" que se autodiseña; el desprecio y la negación de la propia identidad biológica son expresiones de esa separación alma-cuerpo que, si no se corrigen, pueden llevar a vivir una vida desintegrada.

San Juan Pablo II, en su Teología del Cuerpo, enseña que la obra de la Redención de Cristo tiene, como uno de sus efectos, hacernos recuperar una visión correcta del cuerpo humano. Jesucristo no rechaza al cuerpo sino que lo salva y redime. Cristo endereza nuestra visión del cuerpo y del sexo que hemos torcido por el pecado. Él puede curar la relación distorsionada que quizá, durante años, hemos tenido con nuestro cuerpo, y así podamos recuperar el valor, la gloria y el esplendor de nuestra carne. Jesús nos devuelve el dominio del espíritu sobre la carne en una armonía que va creciendo integrada.

Nuestra cultura paganizada hoy está saturada de sexo, y ello no permite descubrir el valor increíble que tiene el cuerpo humano y la sexualidad. Mientras que la cultura pornográfica, el paganismo y la ideología de género condenan al cuerpo a ser tratado como un contenedor vacío que se puede utilizar a libre antojo, el cristianismo no condena el cuerpo, sino que lo integra y lo subordina al espíritu. Cristo resucitado ha llevado al cuerpo humano a los picos más altos de la vida divina para participarle su gloria. El Catecismo lo enseña: Creemos en Dios que es el creador de la carne; creemos en el Verbo hecho carne para rescatar la carne; creemos en la resurrección de la carne, perfección de la creación y de la redención de la carne (n. 1015).



México, la viña y las elecciones

El próximo 2 de junio habrá una gran poda en México. Son las elecciones para elegir al presidente de la república, a los diputados y senador...