jueves, 26 de octubre de 2017

Pequeñas meditaciones sobre la muerte

La muerte 1
Holanda legalizó la eutanasia en 2002. Bélgica, Luxemburgo, Suiza y Canadá también lo hicieron. En cinco estados de la Unión Americana es lícito el suicidio asistido: Vermont, Oregon, California, Washington y Montana. En varias naciones el tema se discute. En aquellos lugares donde la eutanasia podía aplicarse sólo a enfermos terminales, poco a poco las razones se fueron ampliando, y hoy se discute si es aplicable a las personas que están, simplemente, cansadas de vivir.

La cultura laicista y consumista nos dice que no hay Dios por el que vivir y morir y resucitar gloriosos; no hay exigencias morales a las que someterse, y que la vida sólo vale la pena mientras consumamos sus artículos para olvidar nuestra desesperanza. En las sociedades donde desaparecen los ideales religiosos, por los cuales las personas se entreguen hasta dar la vida por ellos, se abre el camino del asesinato y del suicidio. La gente muere en esos países porque desaparece la Verdad a la que deseen entregar sus vidas.

"Es cierto que la muerte está al final de cada camino -dice Fabrice Hadjadj-, pero sólo uno de ellos es digno, sólo uno es el camino de la Vida: el empinado, con baches y con un calvario plantado en la cima”. El que se desgasta por la alegría que viene.

La muerte 2
Antiguamente se hablaba frecuentemente de la muerte, tanto así que en las viejas bibliotecas abundaban las “preparaciones para la muerte”. Durante el Renacimiento se escribieron muchas obras sobre el arte de morir. Hoy la más popular es la de san Alfonso María de Ligorio, de venta en librerías católicas. Curiosamente en aquellos años las meditaciones sobre la muerte engendraban un amor a la vida y una cultura de la vida. Hoy se huye de la muerte, no se quiere hablar de ella. Queremos prolongar nuestra juventud lo más posible con dietas, ejercicios, cirugías plásticas y mejunjes antiarrugas. De esa manera y sin darnos cuenta se engendra la cultura de la muerte. 

La actividad sexual, que antes servía para transmitir la vida y unir a la pareja, hoy se ha cerrado a la vida y se practica por diversión o placer. Se repite con insistencia que todo es lícito y que hay que vivir el momento, que es un derecho de los jóvenes y los niños. De esa manera los hombres van por la senda de las enfermedades sexuales, la anticoncepción y el aborto. A los ancianos se les aparta y se les abandona. No queremos, en ellos, ver la muerte de cerca. Así se insinúa la tentación de legalizar la eutanasia. Se sueña con la pareja ideal, pero una vez que los esposos se dan cuenta de que el matrimonio no es una prolongada luna de miel, sino una lucha de todos los días, se quieren tirar por la ventana. Y la cultura de la diversión en que vivimos termina por sofocar toda vida espiritual.

Sí, nos hace falta ver la muerte más de cerca y aprender a morir. Sólo así podremos amar la vida y engendrar una cultura de la vida.

La muerte 3
El día de los muertos en Ciudad Juárez no es solamente una batalla de costumbres, en la que el juarense busca preservar su identidad mexicana frente a la celebración consumista de Halloween de sus vecinos. Es un combate por no perder una visión de la vida y de la muerte que nos transmitieron nuestros antepasados. Generaciones anteriores integraban constantemente la muerte en la vida. Se reverenciaba más a los difuntos y había más inquietud por el más allá.

Esta batalla por la identidad la pierden muchos migrantes que pasan por esta ciudad. Gente de Michoacán, Guanajuato, Oaxaca, Guerrero y otros estados del centro y sur del país, cuando se integran a la vida de Estados Unidos, se separan del contacto con las sabidurías tradicionales de sus pueblos. La muerte deja de ser familiar para ellos. En la sociedad norteamericana no se piensa en la muerte. La cultura del consumo la combate y la empuja lejos de la vida de las gentes. Allá se mira por encima del hombro a los pobres subdesarrollados, a quienes se les propone ser productivos. El ideal es avanzar económicamente para llegar a ser consumidores competentes y liberales agnósticos.

Preservemos el día de los muertos en México. Nos recuerda que tenemos una riqueza y una visión de la vida que nuestros vecinos, los güeros, no tienen. Nuestra sabiduría tradicional tiene más hondura que sus adelantos técnicos.

martes, 17 de octubre de 2017

El atormentado Martín Lutero

Las comunidades cristianas nacidas de la Reforma Protestante están convocando, por todo el mundo, a celebrar la ruptura que tuvo Martín Lutero con la Iglesia Católica. El hecho simbólico del inicio del protestantismo son las 95 tesis que, como protesta, Lutero dejó clavadas en la puerta de una iglesia de Wittemberg, Alemania, el 31 de octubre de 1517.

Mientras que los luteranos y sus miles de comunidades derivadas lo celebrarán con júbilo, los católicos, lejos de felicitar a los protestantes, lamentamos profundamente lo ocurrido hace cinco siglos. Creemos que el mundo hoy marcha bastante mal a raíz de aquella ruptura que dividió la unidad de la única Iglesia fundada por Jesucristo.

Entendamos el origen de la fractura entre el primero de los protestantes y la Iglesia Católica. En aquel tiempo Lutero, quien fuera monje agustino, se hacía varias preguntas: ¿cómo se puede entender esa acción misteriosa y real de la gracia santificante de Dios en el hombre embargado por el pecado?, ¿cómo la Iglesia puede transmitir, sin errores, el mensaje de la salvación?, ¿por qué es necesaria la mediación de la Iglesia?

Los católicos anteriores a Lutero y los de los siglos precedentes, no hemos tenido ninguna dificultad con estas preguntas. Creemos que el hombre fue creado con libertad para responder a Dios, y si el pecado entró en el mundo –con todas sus consecuencias de sufrimiento y muerte– fue por la rebeldía de los hombres contra Dios. A pesar de ello, Dios no abandonó al hombre sino que envió a su Hijo Jesucristo como víctima para reparar los pecados de la humanidad y para fundar una sola Iglesia bajo la guía de san Pedro y sus sucesores, los papas. De esta sencilla manera los católicos armonizamos la Creación y la Redención, la gracia y la libertad, y creemos que sólo en la Jerusalén celestial -Iglesia en la gloria y libre de pecado- esta obra divina en los hombres llegará a su plenitud.

Lutero no lo creía así. Era un hombre atormentado por el peso del pecado. Experimentaba la rebeldía de la carne y no podía encontrar la paz del alma. Su director espiritual le aconsejó sabiamente que se abandonara a la Providencia y a la Misericordia infinita de Dios. Pero Lutero quería llegar, a toda costa, a tener evidencias, verdades absolutas a las que adherirse con todo el corazón. No aceptaba que el hombre en la tierra debiera caminar entre luces y oscuridades. Esto hizo que se apartara lentamente de los misterios de la fe católica.

En cierta ocasión dijo a la autoridad romana: “A menos de ser convencido por pruebas de la Escritura y por razones evidentes –pues no creo ni al papa, ni a los concilios solos, los cuales es cierto que se han equirocado con frecuencia y se han contradicho–, me encuentro ligado por los textos que he aducido, y mi conciencia está cautiva en las palabras de Dios. Ni puedo ni quiero retractarme, porque no es ni seguro ni conveniente ir contra la propia conciencia”.

Lutero consideraba que la conciencia moral personal del hombre era absoluta, y este fue su error. Él rechazaba los canales ordinarios por los que Dios comunica sus planes. La Iglesia Católica sigue y seguirá afirmando que Dios ha dejado, de manera objetiva, estos conductos que son, principalmente, los sacramentos por los que el hombre se afianza en la vida interior, y el Magisterio de la Iglesia como guía segura para el Pueblo de Dios.

El atormentado monje, prisionero de su conciencia subjetiva, concluyó que el hombre pecador nada podía hacer para salvarse. Y afirmó que Jesucristo ya había sufrido para perdonar nuestros pecados y darnos la salvación. Para que el hombre se salvara, bastaba que, por medio de la fe, se le aplicaran los méritos de Jesucristo.

Lutero creía que la naturaleza humana estaba totalmente corrompida por el pecado; decía que el hombre no tenía libertad para vencer sus tentaciones, y negaba la gracia de los sacramentos. Jesucristo podía perdonarlo y salvarlo, pero no quitarle el pecado. La Iglesia, por lo tanto, ya no era necesaria. Bastaba la sola fe y la libre interpretación de las Sagradas Escrituras para iluminar la conciencia y ordenar la propia vida. En eso, según él, estaba el Espíritu Santo. A propósito escribía Leonardo Castellani: “Desde que Lutero aseguró a cada lector de la Biblia la asistencia del Espíritu Santo, esta persona de la Santísima Trinidad empezó a decir unas macanas espantosas”.

Castellani tiene razón. Las comunidades cristianas nacidas de las ideas de Martín Lutero se fueron fragmentando por predicar enseñanzas contradictorias entre sí. Lutero, Calvino, Zwinglio, más tarde Enrique VIII, todos se proclamaban los auténticos reformadores cuando lo que hicieron, en realidad, fue atomizar el cristianismo. Tras la obra de aquellos reformadores, ¿dónde quedó la unidad querida por Cristo? ¿Dónde la única y verdadera Iglesia? 

miércoles, 11 de octubre de 2017

Confesionario sin absolución: Mi hermana sale de su cuerpo para viajar

La pregunta: Hola padre, buenas tardes, acudo a usted en busca de un consejo; no sé qué hacer, tengo una duda muy grande. Una de mis hermanas asegura que puede ver espíritus, adivinar cosas que ocurrirán o saber qué nos duele físicamente, tan sólo con vernos. También dice que puede curar y salirse de su cuerpo, viajar y visitarnos, ver cómo estamos y muchas cosas más. Yo tengo miedo porque no sé qué creer, y no quiero faltarle a Dios. Pero mi hermana es una persona seria, que no creo que me esté engañando, no sé qué pensar o cómo actuar.

Padre Hayen: ese tipo de facultades que dices que tiene tu hermana, se llaman ‘fenómenos místicos extraordinarios’. No sé qué grado de unión haya alcanzado tu hermana con Dios, pero cuando una persona ha llegado a altos niveles de contemplación a través de la oración, de la caridad y la unión con el Señor, esos fenómenos pueden ocurrir. Así sucedió en la vida de grandes místicos como santa Gema de Galgani, san Juan de la Cruz o santa Teresa de Ávila. ¿Habrá llegado tu hermana a esos niveles de mística cristiana? Si no es así, lo más probable es que se trate de una psicología perturbada, o de fenómenos diabólicos.

Pronosticar hechos futuros y salir del cuerpo para viajar apunta más al esoterismo que a vida cristiana. En el mundo esotérico se habla de viajes astrales y de visiones del futuro. Pero nos preguntamos, ¿qué utilidad puede tener un viaje astral y la adivinación para la edificación del Reino de Dios? Ninguna. El futuro sólo pertenece a los secretos de Dios y nadie puede conocerlo. Es cierto que han habido santos, como san Juan Bosco, que tuvo sueños y profecías pero, repito, Dios lo concede raramente a personas santas y para la salvación de las personas.

El viaje astral es una experiencia en aquellos que padecen algún desorden emotivo. Muchas personas en estado de duermevela sienten que caen en el vacío o que salen fuera del cuerpo. Pueden escuchar voces y ver diversos seres.

Estos fenómenos son sólo proyecciones de la mente y no hechos reales. Son un autoengaño. Suelen ocurrir cuando la persona va saliendo del sueño profundo hacia el estado de conciencia. Ahí se puede tener la sensación de ver el propio cuerpo como una realidad separada. Todo queda como una experiencia subjetiva, es decir, queda sólo dentro del sujeto que tiene esas sensaciones. Es muy posible que la causa sea haber visto películas fuertes, la sugestión mental o haber entrado en el mundo esotérico.

La bilocación, en cambio, es un fenómeno místico auténtico y objetivo. Hay personas que vieron a algunos santos en algún lugar, cuando de manera simultánea se hallaban en otro sitio. San Martín de Porres tenía este don, así como también san Pío de Pietrelcina y sor María de Ágreda, la monja española que visitaba a los indios de Nuevo México en el siglo XVII para evangelizarlos, cuando ella nunca dejó su convento en España. La bilocación es un hecho objetivo, real y con testigos, mientras que los viajes astrales son sólo subjetivos e irreales.

Si una persona trata de salir de su cuerpo o hacer curaciones con el poder de la mente; si creyéndose médium trata de contactar a espíritus, que son los muertos, únicamente se sugestionará. Si persiste en ello, probablemente desarrolle enfermedades mentales como la esquizofrenia, o bien se expone a ser perturbada por demonios. El espiritismo es un fraude y su práctica es un pecado contra el primer mandamiento, que nos invita solamente a confiar en Dios.

Si tu hermana es humilde y quiere poner toda su confianza en el Señor, ella misma debe pedir a Dios que la aleje de esas experiencias. Nuestra relación con Dios, aquí en la tierra, es a través de la fe y no por medio de visiones, apariciones y mucho menos por viajes fuera del cuerpo. Lo que eleva nuestra condición humana es ejercer la conciencia, la inteligencia y la voluntad. No se entiende entonces cómo las experiencias hechas en la semi-inconsciencia pueden elevar al hombre. Por eso hemos de evitarlas y huir de ellas.

Por último te aconsejo que no des tu asentimiento a lo que te dice tu hermana. Es peligroso porque puedes empezar a poner tu fe y tu confianza, más en lo que ella te dice que en el mismo Dios. Si no quieres terminar confundida, cree a Dios y a la Iglesia, no a las experiencias de tu hermana. Aconséjala que consiga un sacerdote que pueda ser su director espiritual para discernir bien qué es lo que le sucede y ore por ella.

A ti, que Dios te mantenga en el camino de la fe a través de la oración, la catequesis y la caridad a tus hermanos, y que Santa María interceda por ti.

Trigo y Cizaña

Murió el creador de Playboy
Hace unas semanas murió Hugh Hefner, el magnate creador de la revista Playboy. Cuando Hefner publicó su primer ejemplar de la revista en 1953, la estrategia era llevarla a los distribuidores como pornografía ligera, e introducirla al mercado como una revista de estilo de vida. Así comenzó un cambio cultural en la imagen pública de la pornografía. Para el lector, las fotos de mujeres desnudas eran uno de los muchos atractivos de la publicación. Leer Playboy era pertenecer a una élite cultural que discutía sobre filosofía y consumía alimentos de la clase media alta. El objetivo era introducir la pornografía como algo socialmente aceptado para acabar con una sociedad a la que se consideraba sexualmente reprimida.

Hugh Hefner contribuyó a abrir a la sociedad al mundo del porno y, con ello, a empujar a la humanidad hacia la adicción a esta actividad. Para muchos, la obsesión con la pornografía empezó por hojear un ejemplar de Playboy y continuó con imágenes más fuertes. Hoy millones de adictos sufren por no tener la fuerza de voluntad para regular sus deseos, impulsos y pasiones, y son incapaces de integrar la sexualidad con el amor verdadero. Una sociedad de personas maduras, felices y familias fuertes nunca será una sociedad donde abunda la pornografía y el vicio.

Recuperar el centro histórico
Los gobiernos estatal y municipal han determinado que el rescate del centro histórico de Ciudad Juárez es un proyecto de primera importancia. Urge hacerlo, porque durante las últimas décadas hemos visto un interés exclusivo de los gobiernos por promover el desarrollo económico. Muchos juarenses observamos con pesadumbre que, justamente por alentar sólo la economía, no se le da importancia a la preservación de los edificios históricos y espacios públicos como parte del fortalecimiento del amor a nuestra tierra. Los inmigrantes son una riqueza pero también son un reto para despertar en ellos el cariño y el arraigo en Ciudad Juárez. A ello contribuye el rescate del centro histórico.

Cuando visitamos una ciudad descubrimos la personalidad que esta tiene a través de su centro histórico. El cuidado a sus monumentos, a sus edificios y sus plazas refleja el amor de un pueblo a sus raíces. Ahí están las huellas de los sacrificios de grandes personajes que ennoblecieron su historia. Ahí están las plazas como lugares de encuentro y convivencia, y las catedrales y las iglesias que indican el destino final y trascendente del pueblo. Quienes amamos a Ciudad Juárez por lo mucho que nos ha dado, hemos de pedir insistentemente a los gobiernos el rescate del centro histórico, porque sólo alimentándonos de nuestras raíces, podremos construir el futuro.

Niños y el lado oscuro de internet
Cuando éramos jóvenes, nunca imaginamos que existiría el mundo digital. En pocos años internet ha transformado nuestro ambiente, la forma en que nos comunicamos y vivimos. El mundo digital fascina y maravilla a todos, pero también provoca temor y miedo por los problemas que plantea. Son 800 millones de menores los que hoy navegan en la red. Ellos tienen acceso a imágenes pornográficas cada vez más extremas. Ha crecido el fenómeno del intercambio de fotografías de desnudos que ellos mismos se toman. Y hay también personas que se comunican con menores con fines sexuales. En el mundo digital existen redes de prostitución, de tráfico de personas, escenas en vivo de violaciones y violencia contra menores. Este es el lado oscuro de internet, donde el mal actúa y se expande con eficacia.

Ante todo ello, estamos llamados a movilizarnos juntos. No subestimemos el daño que el lado oscuro de internet puede hacer a los niños. Tampoco es suficiente poner filtros para bloquear imágenes en las pantallas. Los delitos en la red deben ser combatidos por la policía y todos debemos cooperar con ello. Pero los retos más grandes son para los padres, maestros y líderes espirituales de los niños. Solamente si los educan en el uso correcto de su libertad, en la formación de la conciencia moral, en el fortalecimiento del carácter y el autodominio, internet será un instrumento para el desarrollo de su personalidad y no una herramienta que perjudique gravemente sus vidas.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Trigo y cizaña

Masacre en Las Vegas

La noche del 1 de octubre fue de terror en Las Vegas Nevada. Una persona vació su arsenal de armas de fuego contra los asistentes a un concierto, desde el piso 32 de un hotel. Fueron 59 los muertos y más de 500 los heridos. Nos parece inaudito que una persona se atreva a abrir fuego contra una multitud, pero también resulta increíble que las leyes de Estados Unidos pongan tan pocas restricciones a quienes compran armas de fuego.

Detrás de esta facilidad para adquirir armamento, está la segunda enmienda de la Constitución estadounidense, que proclama el derecho que tienen los ciudadanos a tener armas de fuego. Pero también está la poderosa Asociación Nacional del Rifle, organización que defiende a capa y espada la segunda enmienda.

Nos preguntamos si en una sociedad que sufre por constantes masacres en las calles, restaurantes, aeropuertos, escuelas, campus universitarios, parques y salas de concierto, deben continuar vendiéndose armas de fuego a todos, o si el derecho a tener armamento debe ser restringido sólo a personas que demuestren que son responsables, que no tienen antecedentes penales, que no utilizan drogas y que pueden controlar sus emociones.

No importa que la Asociación Nacional del Rifle ayude a financiar campañas electorales. Tanta sangre vertida inútilmente exige que el bien común y la seguridad de los ciudadanos estén por encima de cualquier interés político y económico.

Misterio de la vida y de la muerte

En las últimas semanas hemos visto cercano el espectro de la muerte. Los huracanes y los sismos, eventos naturales, segaron muchas vidas. La masacre de Las Vegas, acontecimiento provocado por el pecado, acabó de pronto con la existencia de 59 personas. Quienes se levantaron el 19 de septiembre para vivir sus habituales ocupaciones no se imaginaron que aquel sería su último día. A quienes fueron a disfrutar de un concierto de música country no les pasó por la cabeza que una lluvia de plomo los despediría de este mundo para enviarlos a la eternidad.

¡Qué misterio es estar en el tiempo! Si nos dijeran que dentro de una hora vamos a morir, ¿qué haríamos? ¿cómo reaccionaríamos? Quizá nos pondríamos a hacer algo para lo que nunca tuvimos tiempo. Delante de la muerte y la eternidad, tantas cosas a las que dimos importancia, de pronto, nos parecerían irrelevantes. Y algunas otras, a las que no prestamos atención, nos parecerían fundamentales. La inminencia de la muerte nos llevaría a lo esencial. Tal vez iríamos a reconciliarnos con alguien, quizá suplicaríamos un poco más de tiempo para estar y abrazar a la familia. O nos lamentaríamos de no habernos acercado más al misterio de Dios.

Recordemos siempre que estar en el mundo es un gran regalo, y que vale más veinte años de amor, que noventa y cinco de vida inútil.

Consumo de cristal entre menores

Los menores de edad se están drogando más que antes. El consumo de cristal ha aumentado hasta en un 60 por ciento en menores de entre 12 y 14 años, en el último año. Así lo ha dicho la Mesa de Prevención de las Adicciones en el Programa Todos Juntos por Chihuahua. Los expertos dicen que los adolescentes tienen serios problemas familiares y psicológicos que los llevan al uso de las drogas.

Nuestra cultura no ayuda a que los jóvenes no se droguen. En la cultura del consumo en que vivimos, muchas personas no pueden percibir cuál es el sentido de su vida y dónde está su destino vital. Las aspiraciones a una vida plena se reducen a vidas que sólo buscan los tiempos de ocio y de consumo. Muchos jóvenes no se sacrifican para un futuro, sino que viven sumergidos sólo en el presente. Su aspiración se ha vuelto solamente terminar el tedioso trabajo, para vivir el fin de semana. La finalidad de sus vidas es sólo la diversión y el espectáculo.

Cuando no se tiene algo grande por lo que valga la pena vivir y sacrificarse, la vida se vuelve angustia y ansiedad. Para llenar este vacío, una gran tentación son las drogas. Mostremos a los jóvenes que sólo cuando se abraza un gran ideal, la vida es una aventura estupenda que tiene sentido.

El catolicismo y la carne

El aspecto más distintivo del cristianismo sobre otras religiones es la encarnación de Dios en la raza humana. Las demás religiones se escan...