miércoles, 24 de abril de 2019

Mi columneja


Terrorismo anticristiano en Sri Lanka
Los ataques terroristas en Sri Lanka, que han dejado más de 300 muertos, han tenido como objetivo matar principalmente cristianos católicos. El mensaje de odio anti Occidente, pero sobre todo anti cristiano fue muy claro. Las explosiones ocurrieron justamente en el día de la Pascua del Señor, el día más grande para la fe de los creyentes en Cristo. Ese día muchos niños hacían su primera Comunión. Las investigaciones dicen que se trató de un acto de venganza de una minoría musulmana por la matanza de 50 islámicos llevado a cabo por motivos de xenofobia en una mezquita de Nueva Zelanda el 15 de marzo. Era viernes aquel día, el día sagrado del islam, mientras que lo ocurrido en Sri Lanka fue en domingo, día sagrado para los cristianos.

El error que cometieron los musulmanes al matar 300 cristianos en Sri Lanka es creer que el cristianismo es practicado por la mayoría de los occidentales. En realidad los cristianos en Occidente somos una minoría perseguida por la misma cultura occidental cuya mayoría es indiferente a la religión. Nuestro mensaje no es de odio ni de supremacía racial, sino el llamado que todos los hombres tenemos a ser y a vivir como hijos de Dios en Cristo. Los cristianos, especialmente los católicos, somos perseguidos porque no aceptamos el aborto, ni la agenda LGBT ni la eutanasia como parte de la cultura occidental. Por eso la prensa aliada a la ultra izquierda intolerante no vacila en llamar "islamofobia" a un ataque donde mueren 49 musulmanes en Nueva Zelanda, pero evita llamar "cristianofobia" a los ataques de Sri Lanka donde la mayoría de las 300 muertes ocurrieron en las iglesias cristianas.

Tutankamón e inmortalidad del alma
Una de las grandes lecciones que nos da la fantástica exposición "Tutankamón: la tumba, el oro y la maldición", que ahora se exhibe en el Centro Cultural Paso del Norte, es el respeto y le veneración que los antiguos egipcios tenían a los muertos. La embalsamación del cadáver era todo un ritual que preparaba al difunto para llegar al misterioso mundo de ultratumba. Conservar el cuerpo del difunto momificado era muy importante, ya que de ello dependía la supervivencia del espíritu en el más allá. Pocos pueblos del mundo antiguo manifestaron tanto interés por la vida después de la muerte como los egipcios. Hasta llegaron a elaborar una gran variedad de textos para darle al difunto guía y apoyo en su largo viaje después de esta vida.

En el siglo XXI nuestra sociedad occidental ha perdido la pasión por la vida futura y ha crecido el ateísmo que niega la inmortalidad del alma. Tenemos la certeza de que nuestro cuerpo servirá para que los gusanos se lo coman o el fuego lo consuma. Sí, nuestro cuerpo se descompondrá, ¿pero el alma, qué? Muchos que hoy se dicen ateos niegan la supervivencia del alma humana porque quieren vivir mejor como animales, decía el padre Bossuet. Creer en la inmortalidad del alma es temible porque nos exige tremendamente. Si creemos en ella, tenemos que trabajar para ella de ahora en adelante. Creer en la vida después de la muerte nos obliga a buscar más los goces espirituales que los carnales. Pero además nos obliga a tratar al cuerpo con cierto rigor y penitencia, negándole gustos y placeres, con el fin de irradiar las alegrías del espíritu hasta en la carne. Se entiende, pues, que muchos hoy nieguen la vida futura.

"La leyenda de la Llorona": para llorar
Ahorraría mis comentarios a "La leyenda de la Llorona" si no fuera porque esta malísima película ha liderado la taquilla durante el fin de semana de su estreno. Porque mucha gente la ha visto o la irá a ver, me veo con el deber de dar una palabra. Muchas personas creen en las almas en pena. Por la Biblia y la enseñanza de la Iglesia, sabemos que tales almas no existen. La fe católica nos dice que cuando alguien muere va, o al cielo, al infierno o al purgatorio. Y de esos tres estados del único que se puede salir es del purgatorio, pero para ir al cielo. Como dice Abraham a Lázaro en la parábola de Jesús: "Un gran abismo está puesto entre nosotros y ustedes, de manera que los que quieran pasar de aquí a ustedes no puedan, ni de allá pasar acá" (Lc 16,26). Así que las almas no penan, como lo muestra este filme.

Sin embargo el daño más grave que hace la película es sembrar la desconfianza en la Iglesia Católica y sus ministros para expulsar a los espíritus malignos. Los exorcismos de la Iglesia no tienen importancia. En cambio el curanderismo, la magia y la brujería son presentados como el camino adecuado para salir de problemas espirituales. El filme muestra a un sacerdote católico que dejó de creer en la Iglesia y por eso colgó la sotana -mas nunca abandonó a Dios-, y acabó convirtiéndose en chamán. El cura-brujo combate contra la Llorona con el poder de sus ritos esotéricos mezclados con oraciones cristianas a la Trinidad, lo que es absolutamente aberrante. De esa manera destruye a la Llorona. ¡Oh porción del pueblo mexicano, ignorante de tu fe y abierto a hincarte ante cualquier demonio! Ya lo hiciste con la Muerte. ¿Prenderás también velas a la Llorona?

lunes, 22 de abril de 2019

Mi columneja


Resurrección y mar de la muerte
¡Qué gracia enorme tenemos los cristianos en esta Pascua al haber subido al navío de la misericordia de Dios! En Cuaresma nos arrojamos a los brazos de Jesús para ser perdonados y ahora sentimos que navegamos resucitados con Cristo hacia la Casa del Padre. Pensaba yo en estas cosas, en medio de mi alegría pascual, cuando recibo una llamada telefónica de un conocido que, desesperado, me pide ayuda. Desde hace años no deja de meterse cocaína por la nariz y alcohol por la boca. Sale exhausto de trabajar y no hace otra cosa más que alimentar a las empresas cerveceras y al monstruo del narcotráfico con sus sesenta dólares diarios de consumo. De esa manera, como un zombi, vive su vida, destruyéndose lentamente. Abandonado por su esposa y su propia familia, este hermano ha tocado fondo y me suplica que le tienda la mano. De pronto en la conversación me pregunta: "¿Qué estamos celebrando hoy, padre?". "La Resurrección de Jesús", le digo. "¿Qué es eso?", me responde. Tomo conciencia de mi riqueza y de la pobreza de mi hermano. Mi gran tesoro -lo digo con humildad- es la fe y la libertad en Cristo resucitado. La miseria de mi hermano, en cambio, es su ignorancia de Jesús resucitado y vivir prisionero del mal.

Muchas personas viven marcadas por los golpes, los fracasos y los recuerdos tristes del alma. Dice el papa Francisco que "muchas veces son las heridas de las derrotas de la propia historia, de los deseos frustrados, de las discriminaciones e injusticias sufridas, del no haberse sentido amados y reconocidos. Además están las heridas morales, el peso de los propios errores, los sentimientos de culpa por haberse equivocado". Creo que si Jesús se nos ha manifestado resucitado, es para que nosotros hagamos transparente la resurrección a nuestros hermanos ofreciéndoles amistad, llevándoles un poco de alivio, de compañía sanadora. Los resucitados con Cristo hemos de ser instrumentos para que muchos hermanos no se ahoguen en el mar de la muerte, sino que puedan restaurarse interiormente y encontrar la paz del corazón. La resurrección es un don de Dios y una tarea misionera.

La Iglesia "desde Abel"
Mientras preparábamos las fiestas de Pascua a Catedral llegaron migrantes centroamericanos en los últimos días pidiendo un lugar dónde pasar la noche. No querían dormir en la calle y buscaban cualquier refugio más seguro. Escuché sus historias sobre las situaciones que los han hecho emigrar, y la mayoría culpaban a la violencia de la Mara Salvatrucha, coludida esta organización mafiosa con los gobiernos locales. Escuchar sus historias de dolor nos hace entender lo que está detrás del rostro de la migración. El obispo, por su parte, lavó los pies en la Catedral a un grupo de migrantes durante la Misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo. A muchos nos conmovió hasta las lágrimas. Es el gesto de la caridad fraterna que nos mandó el Señor, gesto que algunos no entendieron y se atrevieron a criticar, y lo más doloroso es que las críticas eran de cristianos católicos de corte trumpista.

Es muy bello unirnos a Cristo en nuestras ceremonias litúrgicas de Pascua. Tenemos el privilegio de confesarnos, escuchar la Palabra y comulgar. ¿Y ellos, los migrantes, qué? No se confiesan, no escuchan la Palabra, no suelen comulgar ni han preparado las fiestas de Pascua. Ellos sólo van huyendo del hogar y, entre tantos peligros y zozobras, buscan una vida más digna. Estoy convencido de que, de una manera misteriosa, ellos están unidos a Jesús. Junto con las víctimas de la trata de personas, los niños abortados y tantas personas que viven en el dolor, los migrantes forman lo que algunos Santos Padres de la Iglesia llamaron alguna vez "la Iglesia desde Abel". Esta es aquella misteriosa incorporación a Cristo formada por los justos inocentes que, en la historia, son víctimas de la maldad humana como lo fue Abel asesinado por su hermano Caín. El dolor los une a Dios. Sin saberlo sirven al Cordero, confiesan a Cristo padeciendo. Forman con el Inocente Hijo de Dios un solo bloque. Su dolor no es inútil, y hemos de creer que si viven en la justicia, Cristo resucitado les dará la recompensa eterna de los justos.

martes, 16 de abril de 2019

Mi columneja


Reconstruir Notre Dame
Una de las escenas más conmovedoras durante el incendio de Nuestra Señora de París la hicieron muchos católicos franceses que, entre lágrimas, cantaban el Ave María mientras se despedían de su catedral. Eran los descendientes de aquellos que resistieron la persecución a la Iglesia que vino con la Revolución Francesa. Con su llanto y su canto nos han dicho lo que significan estos templos. Las catedrales son principalmente las casas que el Señor edifica para su pueblo; fortalezas cuyos gruesos muros representan el abrazo y la protección de Dios a sus hijos; lugares en los que resuena la Palabra de Dios revelando la Verdad y el camino de la salvación; santuarios donde se congrega el pueblo de Dios en torno a su obispo, sucesor de los Apóstoles y representante de Cristo; espacios sagrados recubiertos de la majestad y belleza de obras artísticas como expresiones del amor a Dios que tiene el pueblo. Por eso la destrucción de la catedral nos ha dolido a los católicos del mundo.

Mientras que el mundo secular lamenta el incendio de Notre Dame solamente por el valor histórico, cultural y artístico que se ha perdido, pero no por ser un monumento de la fe católica, nosotros hemos de orar para que se reconstruya, además de la catedral, y sobre todo, el cristianismo europeo. Porque es el cristianismo el que ha unido a Europa en un mismo espíritu, el que la ha consolidado con los mismos valores y el que puede guiar al continente en su camino de libertad.

Condenado, además, por ser varón
El discurso que se maneja en algunos medios de comunicación en torno al asesinato de la estudiante de la UACJ Dana Lizeth Lozano, cometido por su ex novio, es un pregón teñido de ideología de género. "Misoginia", "violencia de género" y "feminicidio" son términos de los que se valen organizaciones feministas para hablar sobre este crimen y llevar agua a su molino, atizando más leña al fuego de esta absurda guerra de sexos que siguen provocando. Sin pretender disminuir la culpabilidad del victimario, quien sin duda merece el castigo de la Ley, ese hombre está sufriendo no sólo por haber cometido un asesinato, sino por haber nacido varón.

Hablar de "violencia de género" sólo complica más las cosas que si hablamos simplemente de violencia. Es mejor admitir que la violencia no tiene género. Ello nos da una visión más completa del problema que aquella visión que mira la realidad social desde la perspectiva del género. Para empezar, según el INEGI, en 2017 el 89% de los homicidios en México fueron de varones mientras que el 11% fueron de mujeres. Esto pone en evidencia que tendríamos que preocuparnos más por los asesinatos de hombres que por los de mujeres. El discurso feminista ha instalado la falsa idea de que la violencia es únicamente la agresión del varón hacia la mujer, y que esta agresión está motivada en todos los casos por odio de género. Es hora de cambiar el discurso feminista y dejar de estigmatizar al varón como un ser abominable.

Sociedades secretas
Callar a la Iglesia, mantenerla en las sacristías y arrinconar a la religión en el ámbito de lo privado ha sido una meta de quienes se proclaman defensores del Estado laico. Mientras que la Iglesia defiende el derecho a la libertad religiosa, el cual además de poder tener templos para celebrar el culto incluye el derecho a poseer medios de comunicación, los defensores del laicismo se han puesto mal por este motivo. Así son las sociedades secretas. Todas ellas se ocultan en las tinieblas. Sus planes íntimos y verdaderos no los conocen ni siquiera los iniciados en estos grupos.

León XIII denunciaba que el principal intento de las sociedades secretas, cuyos miembros están metidos en la política y en las empresas, es destruir hasta los fundamentos todo el orden religioso y civil establecido por el cristianismo, y levantar a su manera otro nuevo orden. La Iglesia, respetuosa del Estado laico, sólo quiere obedecer a su Fundador, quien dijo que "no hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido". (Mt 10,26). No es tanto el anuncio de Cristo lo que temen las logias, sino el que la Iglesia proclame la verdad sobre la dignidad de la persona, la inviolabilidad del derecho a la vida, la verdad del matrimonio y la familia. Son estas grandes verdades, sobre todo, las que ellos quieren que no lleguen a saberse.

miércoles, 10 de abril de 2019

Mi columneja


Por celos mata a su novia
La ciudad ha sido estremecida con el asesinato de Dana, una estudiante universitaria de literatura. Hace unos días fue encontrado su cuerpo sin vida, cerca de la universidad. Aparentemente su novio fue quien le quitó la vida, y solamente por celos, ya que ella lo había dejado y había iniciado una nueva relación amorosa con otra persona. Se dice que al culpable, que apenas tiene 18 años, le esperan al menos 70 años de cárcel.

Si las cosas fueron así, Dana fue víctima de su novio. Sin embargo el novio fue víctima de sus propios celos. El muchacho permitió que la envidia y la ira anidaran en su corazón. La envidia suscita sentimientos de odio, siembra divisiones, impulsa la búsqueda desesperada del amor perdido y pone el alma en un estado de turbación extrema. El envidioso no tiene contento mientras no consigue eclipsar y dominar a su rival -en este caso a su ex novia- y padece de una angustia perpetua. La envidia es como un reptil sigiloso que se desliza sutilmente, se mueve con astucia y sabe aguardar el momento oportuno para atacar con fuerza e inocular su más puro y mortífero veneno. El ataque visible y mortal de un joven a su ex novia ha descubierto el ataque invisible de una pasión incontrolada.

Donación de Casa Sacerdotal
Alrededor de 40 sacerdotes estuvimos, hace unos días, en el solar donde fue colocada la primera piedra de lo que será la Casa Sacerdotal de la Diócesis de Ciudad Juárez. En un gesto de mucha generosidad, don Tomás Zaragoza donó el terreno para que ahí vayan los sacerdotes enfermos y ancianos a vivir sus últimos días. Además el espacio contará con una parroquia -San Agustín- en la que también podrán esos sacerdotes prestar algún servicio.

José de Arimatea fue una persona pudiente que ayudó, a su manera, a Jesús. Los cuatro evangelistas narran cómo este personaje, con la ayuda de Nicodemo, desclavó el cuerpo de la cruz y lo sepultó en su propia tumba, la cual es hoy la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén. Según san Mateo fue un hombre rico; hombre ilustre según san Marcos; persona buena y honrada según san Lucas. La generosidad de don Tomás, preocupado por asistir a los sacerdotes ancianos y enfermos, sea como la de aquel discípulo de Jesús, oriundo de Arimatea, y el Señor recompense su caridad.

De las tinieblas a la luz
Conversé con un hombre de esos que la sociedad llamaría un auténtico malvado. La persona trae más de diez asesinatos cargando en su equipaje y una larga historia en el oscuro mundo de las mafias. Las circunstancias familiares, el entorno social y el mal uso de su libertad le fueron imprimiendo marcas en su alma que no se borran fácilmente: satanista, narcotraficante, asesino. Cuando tenía 14 años mató a su primera víctima y nunca sintió el menor remordimiento de conciencia. A pesar de su negro historial, él dice que en el fondo de su corazón es un hombre bueno. Está arrepentido de su pasado oscuro que ha quedado atrás y quiere reparar, de alguna manera, los pecados cometidos. Sueña con ser un buen esposo, un buen padre y ganarse la vida honestamente. Ha comenzado a acercarse al misterio de Dios y su conciencia empieza a sensibilizarse. 

Mi hermano -así me gusta llamarlo- ha sido víctima del mal toda su vida. No tuvo la familia ni la formación cristiana que otros tuvimos. Condicionado por la miseria, llegó a dormir en la calle, en botes de basura, y jamás tuvo a alguien que se preocupara realmente por él; nunca tuvo una persona que lo orientara en el camino hacia Dios. Es un milagro de la gracia que este hermano hoy empiece a añorar la bondad. Él es la oveja perdida y malherida que comienza a escuchar, a lo lejos, la voz del Pastor eterno que lo llama a la inocencia que nunca tuvo, y así ayudarlo a emprender su camino de regreso a la Casa del Padre.

domingo, 7 de abril de 2019

MI columneja


Se suicida Armando Vega Gil
"No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal". Así lo dejó por escrito en un tuit Armando Vega Gil, co fundador de Botellita de Jerez y ex vocalista de Café Tacuba. Abrumado por la reacción en redes sociales que tuvo una acusación anónima en #MeeToo sobre un supuesto abuso sexual, el cantante no pudo soportarlo y terminó quitándose la vida.

Es fácil hacer una acusación anónima a través de las redes sociales, y el daño puede ser incalculable. ¿Serán más culpables quienes lincharon a Vega Gil a través de las redes, que el mismo Vega Gil por el acto que cometió? Cuando en nuestras palabras y gestos se agota la caridad y queda sólo el veneno del juicio prematuro, podemos orillar a una persona a vivir una vida degradada y le cerramos toda ventana hacia el cielo. Lo advertía Georges Bernanos: "No disuadirán del suicidio ni a un solo desgraciado ofreciéndole una demostración de que el suicidio es un acto antisocial, porque lo que maquina el pobre diablo es precisamente desertar con la muerte de una sociedad que le da asco".

La Ibero, ¿católica?
"Se ve, se nota: la Ibero también es jota", gritaban los estudiantes LGBT en una marcha para celebrar la Semana de la Diversidad Humana en la Universidad Iberoamericana -la Ibero- de la Ciudad de México, del 25 al 29 de marzo pasado. Conferencias sobre diversidad sexual, cultura transexual, prohibición a terapias de reorientación sexual y talleres de masculinidad tóxica fueron algunos temas abordados. También hubo módulos invitando a las mujeres a ponerse bigotes falsos para experimentar un poco la masculinidad.

Dedicar toda una semana al tema de la diversidad sexual en una universidad de inspiración cristiana es totalmente incongruente y es causa de confusión para muchos católicos. En vez de reflexionar seriamente sobre la homosexualidad para ayudar a los estudiantes que tienen esa condición a superar sus malas tendencias, parece que los jesuitas que tienen a su cargo la universidad se cansaron del Evangelio y se doblegaron a las presiones del lobby LGBT. Es una pena ver cómo una universidad que tiene la misión de formar profesionistas cristianos, traiciona el espíritu ignaciano con que fue fundada y promueve ideologías contrarias a la verdad del hombre.

Cubanos en las parroquias
Los padres Francisco García Salinas y Roberto Luna Valenzuela, junto con Luis Alcalá, en un gesto de caridad enorme, abrieron las puertas de sus comunidades parroquiales para recibir a migrantes cubanos. ¿Quién dijo que era fácil darles de comer, acondicionarles un lugar para dormir, facilitarles baños y sanitarios por tiempo prolongado? Son gestos que no todos nos atrevemos a hacer. Por eso nuestra admiración no es sólo para los sacerdotes sino también para sus comunidades parroquiales.

Decía san Juan Crisóstomo que es más meritoria y provechosa la caridad que se hace con un pobre, pensando en que ese pobre representa a nuestro Señor, que si esa misma obra la diéramos al mismo Jesucristo en persona. Si se presentara Jesús en persona, la bondad de su presencia nos atraería y eso nos llevaría a darle con gusto. En cambio los migrantes extranjeros pueden ser molestos y eso no atrae nuestra simpatía. Por eso es más provechoso darle a ellos. Es más fácil ayudar a Cristo a cargar la cruz el Viernes Santo, o a calmar su sed en el Calvario, que ayudar al Señor cuando se presenta disfrazado de pobre.

Practicar yoga

Pregunta : La Yoga, ¿Va o no va en contra de la fe Católica? Hay quien dice que si es solo para ejercitarse, no hay problema. Respuesta : P...