miércoles, 31 de mayo de 2017

Confesionario sin absolución: muchos jóvenes de la parroquia están teniendo sexo

La pregunta: Buen día padre, en los últimos dos años he visto un incremento muy fuerte en la sexualidad de los chavos; ya es raro que tengamos un curso de confirmaciones sin que haya una embarazada entre los participantes. Hay jóvenes servidores que mantienen relaciones sexuales, la mayoría lo niega o lo oculta. Pero he visto que ahora es muy común que viajen las parejas de novios de vacaciones, no en viajes de escuela ni viajes de grupo, sólo la pareja, como, podríamos decir, pre-luna de miel. Y lo que me aturde no es solamente lo mucho que sucede esto, sino que son jóvenes servidores de las parroquias y que cuentan con el consentimiento de los papás, que en muchos casos son también muy allegados a la Iglesia. Yo sé que pueden viajar juntos a una playa, dormir en la misma habitación y no tener relaciones, pero aún así no es correcto para un servidor. ¿Qué ejemplo puede ser para los nuevos jóvenes que se integran a los grupos juveniles parroquiales? ¿Qué podemos hacer yo y los que somos responsables de estos grupos, sobre todo, cuando tienen el permiso de sus papás?

Padre Hayen: efectivamente, no podemos negar que muchos jóvenes, desde temprana edad, empiezan a tener relaciones sexuales. El mundo en que vivimos los empuja a experimentar con el sexo haciéndoles creer que se trata de una especie de deporte, de juego, de expresión de amor y de un derecho en el que los padres no deben de interferir. Ellos así lo han aprendido en la calle, en los medios de comunicación y hasta en las lecciones que, sobre sexualidad, imparten los sistemas escolares. Quienes llegan a nuestras parroquias para iniciar una formación cristiana no vienen del cielo, sino del ambiente que nos rodea. Es lógico, pues, que muchos muchachos en los grupos juveniles parroquiales ya traigan experiencia en su vida sexual.

Los jóvenes creen que saben mucho de sexo pero, en realidad, saben muy poco. Son expertos en utilizar condones y pastillas. Les han llenado el cerebro con todo tipo de información. Muchos saben cómo hacerlo y piensan que son libres porque viajan con sus parejas a disfrutar de su pre-luna de miel, a gozar y a vivir la vida. Sin embargo nos les han dicho que, acostumbrándose al sexo desde temprana edad, ellos se llenarán de heridas físicas y emocionales. Sólo el virus del papiloma humano ha dejado estériles a muchísimas personas que sufren hoy por no poder tener hijos.

A los jóvenes no se les dice que el sexo pre-matrimonial retrasa la madurez afectiva en el varón hasta convertirlo, muchas veces, en un permanente adolescente que no madura para poder entregarse, como un hombre maduro, a sacar a una esposa y a unos hijos adelante. Tampoco les hacen saber que especialmente las mujeres suelen convertirse en objetos de placer, y muchas veces abandonadas por sus novios con un bebé en los brazos. O bien son presionadas a abortar, lo que las hiere para toda su vida.

Los padres de familia que consienten que sus hijos introduzcan en sus propias viviendas a sus parejas para pasar la noche, o que no los corrigen cuando saben que ellos tienen vida sexual activa, o que incluso les proporcionan pastillas o les dicen 'nada más cuídate', les están haciendo un daño muy grande. Se trata de un pecado grave de los padres. Ésos les están enviando el mensaje a sus hijos de que el sexo es un instinto incontrolable y que la castidad es imposible. No les están educando en la virtud del autocontrol, y una vida sin autocontrol corre hacia el fracaso. De esa manera verán pronto el fracaso de sus hijos para formar a sus familias, y la herida de sus nietos al verlos crecer sin uno de sus padres.

No es correcto, ciertamente, para un joven servidor soltero, tener vida sexual activa y prestar servicio en su parroquia. Es lo que se llama 'doble vida'. ¿Puede un joven caer en relaciones sexuales y ser servidor? Por supuesto que sí, porque todos somos frágiles. Pero después de una caída hay que levantarse, para esto Jesús instituyó los confesionarios. Sin embargo acostumbrarse a servir por la tarde del sábado al Señor y pecar luego sin el mínimo arrepentimiento y esfuerzo para superar el pecado, eso es lo que se llama esquizofrenia espiritual y doblez de alma. Quien vive así, muchas veces termina siendo motivo de escándalo en el seno de una comunidad cristiana. No entran en el reino de Dios, y son piedra de tropiezo para que otros entren.

¿Qué podemos hacer? Lo más eficaz será integrar una verdadera educación en la sexualidad en nuestros programas parroquiales juveniles. No unas horas en un sábado de confirmaciones, sino cursos basados en la ciencia -lenguaje que fácilmente entienden los jóvenes- y posteriormente en la teología. Hay que abrirles los ojos para que descubran la belleza de la sexualidad en el plan de Dios y se motiven a vivirla, aun cuando sus papás los hayan inducido al error. También los sacerdotes podemos hacer mucho, en primer lugar estudiar a fondo las enseñanzas de la Iglesia sobre sexualidad y perder el temor de ser impopulares cuando abordemos el tema en nuestras catequesis y homilías. Si discrepamos de lo que la Iglesia enseña sólo sembraremos dudas y confusión, y no ayudaremos a los jóvenes a vivir en la verdadera libertad para alcanzar su madurez.

Que Jesús te bendiga y santa María te conforte.

(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook/Messenger : Eduardo Hayen Cuarón; o en Twitter: @padrehayen)

jueves, 18 de mayo de 2017

Confesionario sin absolución: pienso que la religión va a desaparecer

La pregunta: Padre, soy mamá de tres hijos jóvenes y con tristeza observo que muchas personas, sobre todo ellos, los jóvenes, viven indiferentes a la religión. Lo digo también por mis hijos que no se interesan en la Iglesia. Siento que para muchos muchachos no es algo importante en sus vidas. Nosotros los mayores somos más creyentes y vamos más a misa. En mi parroquia veo más personas mayores que jóvenes. Veo que los valores se están perdiendo y a veces pienso que la religión es algo que va a desaparecer, y esto me da angustia porque digo ¿hacia dónde va el mundo sin Dios? ¿Qué piensa usted, padre y cómo me puede iluminar?

Padre Hayen: entiendo que haya muchos jóvenes que hoy no se interesen por la religión. Cuando se entra en la adolescencia y en la juventud muchos pierden el interés por las cosas de Dios porque puede parecer aburrido. Además es la edad en que las pasiones brotan fuertemente, se quiere explorar el mundo y hay fuertes tentaciones hacia el mal. Y claro, Dios se puede ver como un aguafiestas que nos restringe la diversión.

Sin embargo, por más ruido, diversión y distracciones que llenen nuestros días, en el corazón del hombre habrá siempre una nostalgia por el infinito, un anhelo de lo eterno que tarde o temprano se manifestará. Nuestros corazones se hicieron para Dios -parafraseando a san Agustín- y siempre estarán inquietos y agitados hasta que descansen en él. Por más que se niegue la existencia de Dios, o que se viva indiferente a Él, las preguntas por el sentido de la vida volverán a martillar nuestro corazón: ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí en este mundo? ¿Quién decidió mi concepción y nacimiento? ¿Hacia dónde va la vida? ¿Qué sentido tiene todo? ¿Por qué existe el mal? ¿Dónde puedo encontrar la verdadera felicidad? ¿Qué habrá después de la muerte? Son preguntas que nunca dejarán en paz a la humanidad y que sólo las religiones pueden dar las respuestas. No hacerse esas preguntas y evadir las respuestas no es de hombres.

No existe ningún período de la historia en que el hombre haya caminado sin religión. Tú piensas que eso se está terminando en los tiempos en que vivimos, y que tus hijos crecerán como animalejos que sólo comen, se reproducen y mueren. No creas que eso será así toda la vida. Llegará el día, tarde o temprano, en que ellos se harán las preguntas sobre el sentido de su vida. Es cierto que hoy ha aumentado el número de personas no creyentes, pero la religión está inscrita en nuestros genes, y por más que se niegue la existencia de Dios, tarde o temprano vuelven a surgir las preguntas sobre el sentido de la vida y la necesidad imperiosa en encontrar las respuestas. Y las respuestas no pueden venir de la ciencia, sino de la teología, es decir, del estudio de la existencia y de las cosas de Dios.

Hoy tus hijos no quieren saber nada de Dios. El ambiente se ha vuelto tan ruidoso y son tantas las cosas que distraen y las diversiones, que muchos jóvenes no encuentran silencio para hacerse esas preguntas de fuego. Pero te aseguro que ellos terminarán haciéndose las preguntas y buscarán el sentido de sus vidas, ya sea dentro de poco tiempo o cuando estén en su lecho de muerte. Yo me hice esas preguntas cuando era adolescente y empecé una búsqueda que me trajo hasta el sacerdocio.

¿Qué más te puedo decir, hija mía? Haz que tu vida, tus palabras y, sobre todo, tus ejemplos ayuden a tus hijos a cuestionarse lo que significa ser hombres. Si tú has encontrado a Dios, refléjalo en tu estilo de vida siendo feliz, porque quien se acerca a Él no podrá andar triste. Y siempre encomienda a tus hijos al buen Dios, que Él se encargará de un día de manifestarse a ellos, a fin de que lo conozcan y lo amen. Recibe, de mi parte, un fuerte abrazo y bendición.

miércoles, 17 de mayo de 2017

La vida, camino de santidad


La vida es un camino de santidad. No podemos dejar de tender a ser mejores. ¿Cuándo alcanzaremos la perfección total de nuestro ser? Tenemos que decir que solamente en el cielo, cuando veamos a Dios cara a cara, habremos alcanzado el pleno desarrollo de nuestra vida. Dice san Juan: Queridos míos, 
desde ahora somos hijos de Dios,
y lo que seremos no se ha manifestado todavía.
Sabemos que cuando se manifieste,
seremos semejantes a él,
porque lo veremos tal cual es. (Jn 3,2).

En la tierra nuestra persona sólo puede alcanzar una perfección relativa. Podemos acercarnos a la unión íntima con Dios, podemos vivir una vida muy santa, pero hasta que lo contemplemos cara a cara, es decir: hasta que se nos conceda tener la visión beatífica, podremos haber alcanzado el fin para el cual Dios nos creó: contemplarlo para toda la eternidad. Será entonces la santificación absoluta. Mientras tanto, la vida será un camino de santificación o de perfeccionamiento.

Este regalo no depende de nosotros, sino de Dios. Porque Dios quiso comunicarnos, además de una vida natural que todos tenemos, nos quiso comunicar la vida sobrenatural. Y la vida sobrenatural no es otra sino la vida de la gracia, la misma vida de Dios. Esta vida divina nos fue dada por virtud de Jesucristo, nuestro Señor. Él es la razón de toda nuestra vida cristiana.

Lo que vamos a conocer en esta serie de artículos es conocido también como ‘la ciencia de los santos’ porque el objetivo es que sepamos en qué consiste la santidad y cuáles son los medios para llegar a ella. Crecer en la vida cristiana exige esfuerzos. San Pablo comparaba su vida con los ejercicios de entrenamiento a los que se sometían los atletas para alcanzar la victoria. ¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera que lo ganen. Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible. (1Cor 9,24-26)

Así, la palabra ascesis significa los esfuerzos del alma cristiana que lucha para avanzar por el camino de la santidad. Y con ese nombre de ascética se conoce la ciencia que trata de estos esfuerzos necesarios para avanzar en el camino del espíritu, hacia la perfección o santidad. Esta serie de artículos podemos llamarlos también ‘teología mística’. Mística quiere decir misterioso, secreto y especialmente se refiere a los secretos de la vida religiosa para ir por el camino de la perfección.

Jesús al joven rico le propuso una ascética, un esfuerzo de seguimiento como uno de sus discípulos, pero aquel joven prefirió la comodidad y se quedó sin entrar en el Reino. Sin ascética se quedó también sin entrar en la vida mística, en una vida íntima con Jesús.

Te propongo entonces adentrarte en estas catequesis para explorar los secretos de la vida cristiana donde conoceremos el arte de ir transformando, poco a poco la propia vida en una vida llena de luz, de paz y de alegría, con la gracia de Dios.

martes, 16 de mayo de 2017

El cristianismo y la mujer

En el mundo antiguo del imperio romano, el cristianismo tuvo un impacto social muy grande. Los discípulos de Jesús de Nazaret predicaron ideas que revolucionaron la condición social de la mujer. Entre esas novedades estaban la igual dignidad del hombre y de la mujer, la grandeza de la virginidad y la indisolubilidad del matrimonio.

En aquella Roma imperial, las muchachas jóvenes eran desposadas a una edad en la que jugaban a las muñecas. Los matrimonios eran arreglados por terceras personas y, de esta manera, se vivían sin amor y dignidad. La fidelidad conyugal era maltratada. Los espectáculos, las termas y los festines favorecían el adulterio y el deterioro de la vida matrimonial.

La predicación del Evangelio trajo para la mujer nuevos ideales y aires más puros. Ellas se sintieron liberadas de vivir como esclavas de los instintos del varón. El celibato voluntario por el Reino de Dios le dio libertad a la mujer, y sacó a la sociedad de la prisión de sus instintos para ser guiada por el mundo del espíritu.

Actualmente el mundo occidental ha vuelto a ser esclavo de sus instintos sexuales. La pornografía, la banalización del sexo y la mentalidad anticonceptiva presente en modas, costumbres y redes sociales, han hecho regresar a nuestra sociedad a un estilo de vida semejante a la de aquellas sociedades antiguas, con la consecuente degradación de la mujer y el deterioro de la vida familiar.

Hoy se dice que el cristianismo ha sido una religión opresora de la mujer. Eso es absolutamente falso. En ninguna sociedad mundial, como en la cristiana, la mujer encontró su verdadera dignidad y auténtica libertad.

domingo, 14 de mayo de 2017

Confesionario sin absolución: mi amiga con cáncer visita a un famoso curandero

La pregunta: Padre, tengo una amiga que hace dos años fue diagnosticada con cáncer. Se dio cuenta de su enfermedad debido a que estaba embarazada a sus 50 años de edad, lo que fue una sorpresa. Los médicos que le atendieron sin dudar le pidieron que abortara, ya que ella necesitaba con urgencia ser atendida, a lo que ella se negó a pesar de sus pobres posibilidades de sobrevivir. Tuvo su hijito que nació muy sanito a pesar de que su mamá recibió tratamiento durante su embarazo. El niño va a cumplir pronto tres años y ella, desde entonces, lucha contra su enfermedad. Ella no deja de atenderse en el hospital con sus médicos pero también desde hace más de un año ha acudido a la ayuda de una persona, digamos 'espiritual', que ha ayudado a muchos enfermos a salir adelante. Él se llama Juan de Dios, es brasileño y mi amiga viaja como cada cuatro meses para atenderse con él. Juan de Dios les dice que es san Ignacio de Loyola es quien utiliza sus manos para ayudarles a ellos. Yo estoy con dudas de que lo que hace mi amiga esté bien, no quisiera que estuviera en peligro de ningun tipo. ¿Usted ha oído sobre esto? ¿Está bien?

Padre Hayen: primero, felicita y bendice a tu amiga por haber rechazado el aborto, a pesar de que los médicos la invitaron a abortar. La vida siempre es un don de Dios. Él la regala a quien quiere y como quiere, en este caso a tu amiga con medio siglo de vida. Cuando las madres rechazan el aborto y deciden valientemente dar a luz a sus bebés, Dios derrama bendiciones abundantes sobre ellas y sus familias. ¿Sobrevivirá tu amiga a su cáncer? Le pedimos a Dios que así sea. Sobreviva o no, ten la certeza de que ese niño llevará impreso en el corazón un amor grandísimo, pues sabrá que tuvo una madre heroína que se jugó su vida para dársela a él. Esto me recuerda una frase de Jesús: "No hay amor más grande que dar la vida por los amigos" (Jn 15,13).

Ahora vamos con lo del tal Juan de Dios. Esta persona vive en Brasil, en un pueblo cerca de Brasilia, la capital. Se trata de una persona no cristiana, espiritista, médium y curandero que recibe en su pueblo a miles de personas que viajan de diversas partes del mundo para recibir sus supuestos poderes curativos. Él dice que está rodeado de espíritus y que son éstos espíritus los que ayudan a la curación. En el caso de tu amiga, el supuesto espíritu de san Ignacio de Loyola estaría asociado al curandero para sanar. Juan de Dios dice que es Dios el que cura, y que él solamente es un instrumento por el que los espíritus actúan para dar salud a los enfermos; no cobra dinero pero pide un donativo voluntario, y las personas a quienes atiende lo visitan varias veces al año. Hay periodistas que dicen que buena parte de la economía del pueblo depende de los visitantes que buscan a Juan de Dios.

Aquí hay gato encerrado. Primero, un espiritista y médium como es esta persona, al invocar espíritus de luz o espíritus guía, o al invocar muertos, está faltando gravemente a una práctica condenada desde el Antiguo Testamento por el pueblo de Israel, práctica que es reprobada, sobre todo, por la Iglesia. En el número 2117 del Catecismo señala que "Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo —aunque sea para procurar la salud—, son gravemente contrarias a la virtud de la religión"... "El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo".

Me pregunto, ¿cómo san Ignacio de Loyola va a asociarse con un curandero y espiritista, cuyas prácticas son condenadas por la Iglesia para curar a la gente? San Ignacio tiene poder de intercesión, sin duda, pero su poder no le viene por sí mismo sino porque está asociado al misterio de la Comunión de los Santos en Jesucristo. La intercesión de san Ignacio y de cualquier santo es eficaz sólo en Cristo. El tal Juan de Dios ni siquiera es cristiano y su actividad curanderil es una práctica contraria a la voluntad de Dios.

El diablo, hija mía, es muy astuto, y se viste de ángel de luz haciendo milagros, incluso, para finalmente apartar a las personas de la fe en el Dios vivo y verdadero, y sembrarles inquietudes en el corazón. Sin temor a equivocarme te puedo decir que en la actividad de Juan de Dios hay olor a azufre. Seguramente con él anda metido Satanás y sus secuaces, así que si puedes aconsejar a tu amiga que no gaste su dinero viajando a Brasil, y que recurra mejor a la medicina tradicional o a otros tratamientos alternativos naturistas que no tengan que ver con invocación de espíritus, ni con energías, le harás un gran bien.

Es curioso, pero uno pensaría que visitar curanderos es asunto de la gente pobre que no tiene dinero para pagar médicos. Si tu amiga viaja varias veces al año a Brasil, eso quiere decir que ella no es obrera de una fábrica, sino que se trata de una persona solvente. Sin duda, la desesperación y la ignorancia espiritual hacen a ricos y pobres víctimas de embaucadores. Curanderos del pueblo y curanderos finos, todos están cortados con la misma tijera del Engañador.

Invítala a acercarse al sacramento de la reconciliación y a recibir la unión de los enfermos. Esta unción sí es eficaz, pues es Jesucristo quien directamente toca al enfermo para unirlo a su dolorosa Pasión, confortarlo, animarlo y, muchas veces, curarlo. A Dios le pedimos la salud, pero lo dejamos actuar como quiera, pues Él es Dios, y si su voluntad no es curarnos, hemos de pedir la gracia de llevar con paciencia su Cruz redentora.

Muchas personas, en su desesperación por obtener la salud, y en su ignorancia, cometen graves errores como tu amiga, que caen en manos de charlatanes que les quitan su dinero y la paz interior que sólo el Señor puede dar. Pongo a tu amiga en mis oraciones y te pido, nuevamente, que la felicites con un abrazo muy grande de mi parte por decir 'sí' a la vida y dar un hijo a luz, aún en riesgo de su propia vida. Bendiciones.

(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook/Messenger : Eduardo Hayen Cuarón; o en Twitter: @padrehayen)

sábado, 13 de mayo de 2017

A cien años de Fátima, la profecía hoy

13 de mayo de 1917, el Cielo irrumpió en la historia en Fátima, Portugal
El Cielo tiene intervenciones sobrenaturales en la historia. Con cierta frecuencia ocurre, en el tiempo, que lo invisible se hace visible. El mundo sobrenatural irrumpe en las vidas de los hombres para ayudarles en su camino de fe y hacer cercana la salvación a todos. Así sucedió hace cien años con las misteriosas apariciones de la Virgen María; eventos que han sido aprobados y celebrados por la Iglesia.

El 13 de mayo de 1917 la Madre del Señor empezó a aparecerse a tres niños pastores en Fátima, Portugal, con el mensaje de que la familia humana estaba en un peligro mortal espiritual y físico. Mientras que María se aparecía a los niños, fuerzas revolucionarias planeaban derrocar a la monarquía rusa para establecer un movimiento político que institucionalizaría la persecución a Dios.

En la aparición de julio de 1917, la Madre de Dios dijo a Lucía: "Rusia esparcirá sus errores por todo el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho y varias naciones serán aniquiladas". Así sucedió. Los bolcheviques tomaron violentamente el poder en noviembre de 1917, un mes después de las apariciones en Fátima. Los comunistas lanzaron una persecución masiva a la Iglesia para hacer desaparecer la fe en Dios y la práctica de la fe en la Unión Soviética, en Europa del Este y en China.

La imagen de la Virgen de Fátima en procesión en el santuario
Uno de los errores más notables que Rusia diseminó por el mundo fue el ateísmo militante. "La religión es el opio del pueblo", había dicho Carlos Marx, el ideólogo del comunismo. Dios es un espejismo y el hombre debía de erguirse como divinidad suprema. Era necesario abolir la religión como alegría ilusoria para gozar de una alegría real. Había que eliminar el más allá y preocuparse por el más acá. Aunque Marx hoy está desacreditado, el odio a la religión que el proclamó, permaneció como hierba venenosa sembrada en muchas mentes de quienes hoy son sus discípulos.

Un segundo error de los comunistas fue -quizá no tan conocido- fue la gestación de la cultura de la muerte en el mundo. Rusia fue el primer país en legalizar el aborto sin restricciones, y en desarrollar la tecnología para implantarlo. Rusia y en las zonas controladas por la Unión Soviética fueron las que tuvieron el más alto índice de abortos del mundo. Naciones que siguieron la ideología política el marxismo soviético, como China y Cuba, también implementaron el aborto. Los errores de Rusia han contaminado prácticamente al mundo entero, incluyendo la Ciudad de México, que en 2007 autorizó el aborto legal. Se calcula que en el mundo, durante los últimos cien años, más de un billón de niños no nacidos han sido abortados.

El tercer error del comunismo ateo, nacido en Rusia como sistema político, es el feminismo radical y la ideología de género. Rusia fue el primer país que llevó a las mujeres de la vida del hogar a la vida laboral y donde el Estado asumió la educación de los hijos. Con un feminismo mal entendido comenzó la guerra contra la Familia. La batalla actual entre hombres y mujeres tiene su origen en la idea socialista de la abolición de diferencias de clase social, con la particularidad de que hoy se le llama abolición de las diferencias sexuales. El objetivo de este error es crear una sociedad donde ser hombre o mujer no tenga ninguna importancia, y cada quien decida lo que quiere ser.

Jacinta, Francisco y Lucía, los pastorcitos videntes
Los tres errores de Rusia han contaminado casi todo el mundo: el laicismo que niega a Dios y relega la práctica de la religión al mundo privado; el aborto, la eutanasia y los experimentos con embriones que desconocen la dignidad del no nacido; y la destrucción de la Familia con el feminismo radical y la ideología de género.

Hoy Rusia vive un despertar espiritual y empieza a retornar a sus raíces cristianas. Aunque el aborto no está prohibido, éste encuentra cada vez más restricciones. Mientras tanto en Occidente se busca extender el aborto legal por todas partes. Hoy Rusia ha prohibido la propaganda homosexual, pero en nuestros países occidentales se exalta la homosexualidad. Y lo más asombroso es que mientras que en Occidente se ponen cada vez más trabas a la libertad religiosa, en Rusia vuelve a florecer el cristianismo. Tendencias similares están ocurriendo en Europa del Este.

Occidente hoy reniega de sus raíces cristianas y está llevando nuevamente a Jesucristo a la Cruz. Cuando Jesús era torturado en el madero, él miró hacia abajo para ver a su madre y entregarla al Apóstol Juan. De esa manera el Señor proclamaba la nueva misión a la Virgen María como madre de toda la humanidad. En su maternidad espiritual, María vive un amor intenso y apasionado por cada uno de sus hijos. Le dijo a sor Lucía: "Hija mía, mira mi corazón rodeado de espinas, con las que los hombres desagradecidos me entierran en cada momento con sus blasfemias y su ingratitud. Tú, al menos, trata de consolarme".

La Virgen miró el poder diabólico de estas ideologías destructivas, y las revoluciones políticas y culturales que han estremecido a la humanidad durante los últimos cien años. Ella entendió que arrancando a Dios del corazón de los hombres provocaría la violencia hacia los no nacidos, la corrupción de la sexualidad humana y los ataques contra el matrimonio y la familia.

La Iglesia Ortodoxa rusa está despertando
Al celebrar los cien años de las apariciones de la Virgen María en Fátima queremos unirnos a ella para consolarla. Consolamos a la Madre y al corazón de Jesús dejando de llamar bien al mal, y al mal, bien. Apartándonos de los vicios que atacan la dignidad humana, como son la pornografía y el aborto. María nos llama a arrepentirnos de esas idolatrías que se manifiestan en el orgullo, la lujuria, el odio y la violencia. María nos invita a que rechacemos todo lo que nos separa de Dios y amenaza nuestra salvación eterna.

María aseguró en Fátima que, a pesar de la enorme destrucción y muerte que ha tenido el mundo durante los últimos cien años, al final su Corazón Inmaculado triunfará. Anticipamos su victoria final en el sacramento de la reconciliación y en la curación de las heridas que nos ha dejado el pecado. Y pedimos al Señor que este centenario de las apariciones traiga un despertar espiritual para que los pecadores más endurecidos encuentren en Jesucristo el perdón y la paz.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Meditación no. 16 contra los pecados de la carne

El Santísimo Sacramento
(Rosemary Scott)

Nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado. Así que, celebremos la fiesta, no con vieja levadura, ni con levadura de malicia e inmoralidad, sino con ázimos de pureza y verdad (1Cor 5,7-8).



Oración: Oh Pan sagrado, Pan viviente, Pan puro, tú que has bajado del cielo y das la vida al mundo, ven a mi corazón y límpiame de toda profanación de la carne y el espíritu. Entra en mi alma; sáname y límpiame por dentro y por fuera; sé mi custodio y mi constante salud de alma y cuerpo.

En la primera meditación aprendimos que Jesús es el verdadero Pan del Cielo, el que satisface nuestra hambre espiritual. Así como el alimento físico nutre nuestros cuerpos y nos fortalece contra las enfermedades, así también nuestro Señor en la Eucaristía fortalece nuestras almas y preserva nuestra salud espiritual. El Santísimo Sacramento es también una santa Medicina para nuestras almas enfermas de pecado, que nos limpia de pecados veniales pasados y nos fortalece contra la tentación de cometer pecados mortales en el futuro. Muchos grandes santos reconocieron que la Eucaristía somete nuestras pasiones desordenadas (concupiscencia), y por eso recomendaron la frecuente recepción de la Sagrada Comunión, como un remedio poderoso contra los pecados de la carne:

Si sientes el ansia de la incontinencia, aliméntate con la Carne y la Sangre de Cristo, quien en su vida en la tierra practicó un autocontrol heroico, y obtendrás la templanza… si sientes abrasado por la fiebre de la impureza, acude al banquete de los Ángeles; y la carne inmaculada de Cristo te volverá puro y caso (San Cirilo de Alejandría).

La devoción al Santísimo Sacramento y la devoción a la Santísima Virgen no sólo son la manera más simple, sino la mejor manera y la única para mantener la pureza. A la edad de veinte años nada, sino la Comunión, pueden mantener el corazón limpio… La castidad no es posible sin la Eucaristía (San Felipe Neri).

Leemos en el Evangelio que cuando Jesucristo fue a la casa de Pedro, éste pidió a Jesús que curara a su suegra que estaba enferma de una violenta fiebre. Jesucristo mandó a la fiebre que saliera de ella, y al instante fue curada, y se puso a servirles en la mesa. La fiebre, dice san Ambrosio, es nuestra avaricia, nuestra ira, nuestra sensualidad. Estas pasiones hierven en nuestra carne, y agitan el alma, el espíritu y los sentidos. Pero tienen su remedio en la Santísima Eucaristía, el alimento y la fuerza del alma cristiana. Demos gracias a nuestro Señor por este don sanador y santificante…

La preciosa Sangre de Jesucristo que corre por nuestras venas, y su adorable Cuerpo que se funde con el nuestro, no puede menos que destruir, o al menos disminuir enormemente la atracción hacia los placeres prohibidos que el pecado de Adán ha dejado en nosotros… un corazón que está por recibir a Dios, quien es tan puro y quien es la santidad misma, ¿no sentirá que nace en él un invencible horror a todos los pecados de impureza, y no preferiría ser cortado en pedazos en vez de consentir malos pensamientos? Una lengua que hace poco tiempo había estado feliz de recibir a su Creador y Salvador, ¿podría atreverse a proferir palabras llenas de lujuria o a terminar en besos sensuales? Sin duda, nunca se atrevería a obrar así. Los ojos que ahora desean ardientemente contemplar a su Creador, quien es más puro que los rayos del sol, ¿podrían hallar felicidad mirando objetos indecentes? Eso parece ser imposible (San Juan María Vianney, el Santo cura de Ars).

Como dice el texto de la Escritura citado al principio de la meditación, Cristo es nuestro Cordero Pascual. Recuerda que los israelitas pasaron de la esclavitud de Egipto a la libertad después de haber asado y comido el cordero, y de haber rociado con su sangre los dinteles de las puertas de sus casas. De manera análoga nosotros pasamos de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios cuando comemos la Carne y bebemos la Sangre del Cordero de Dios en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, nuestra cena pascual.

Podrás pensar: “Pero hemos recibido la Comunión cientos o miles de veces anteriormente, y seguimos cometiendo pecados contra la castidad”. Querido amigo, la gracia de superar el pecado siempre ha estado ahí. Así como sucede con todas las gracias de la Eucaristía, uno no sabe pedirlas, o no tiene las disposiciones correctas para recibirlas. Pide al Señor ahora la gracia de tener una correcta disposición, porque El quiere liberarte de la cautividad del pecado.

Es una creencia piadosa que nuestras oraciones en Misa son más fuertes en la Consagración, particularmente en el momento en que el sacerdote eleva la Hostia y el Cáliz. Es cuando Cristo, en la persona del sacerdote, se ofrece a Sí mismo al Padre. Si unimos nuestras peticiones con su preciosísimo ofrecimiento, éstas se vuelven particularmente eficaces.

Muchos santos nos dicen que el tiempo que gastamos en orar después de recibir a nuestro Señor es también muy valioso. San Alfonso escribe:

Para obtener más frutos abundantes de la comunión, debemos de hacer una ferviente acción de gracias. El padre Juan de Ávila dijo que el tiempo después de la Comunión es “un tiempo para ganar tesoros de gracias”. Santa María Magdalena de Pazzi decía que no hay mejor tiempo para inflamarnos con el amor divino que el tiempo inmediatamente después de nuestra Comunión. Y santa Teresa decía: “Después de la Comunión tengamos cuidado de no perder tan buena oportunidad para negociar con Dios. Su Divina majestad no está acostumbrada a pagar mal por su Hospedaje, si se encuentra con una buena recepción”.

Así pues, durante la Consagración y nuevamente después de recibir la Comunión, pide a nuestro Señor en la Eucaristía que te conceda la gracia de tener un corazón limpio, fortaleza contra la tentación, y cualquier otra cosa que necesites. Te puede ayudar la oración de acción de gracias para después de la Misa, compuesta por santo Tomás de Aquino:

Gracias de doy, Señor Santo, Padre todopoderoso, Dios eterno, porque a mí, pecador, indigno siervo tuyo, sin mérito alguno de mi parte, sino por pura concesión de tu misericordia, te has dignado alimentarme con el precioso Cuerpo y Sangre de tu Unigénito Hijo mi Señor Jesucristo. Te suplico que esta Sagrada Comunión no me sea ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo de mi voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de todos mis carnales apetitos, y aumento de caridad, paciencia y verdadera humildad, y de todas las virtudes: sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo, único y verdadero Dios, y sello de mi muerte dichosa. Te ruego que tengas por bien llevar a este pecador a aquel convite inefable, donde Tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha consumada y felicidad perfecta. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

Propósito: La próxima vez que recibas a nuestro Señor, pídele que deje que esta Comunión sea tu Pascua personal, de la esclavitud de la impureza a la santa libertad. Toma tiempo después de la Comunión para pedir a tu Huésped divino todas las gracias que necesitas para superar el pecado y acercarte más a Él. Continúa con tus propósitos anteriores.

San Juan Bautista María Vianney, el Cura de Ars, ruega por nosotros.

Mide tu progreso: desde que hice la última meditación,

Cuántas veces:

a. Deliberadamente me toqué impuramente al despertar

_____0 _____1 _____2 ­­­_____3 o más veces

b. Deliberadamente vi fotografías o películas indecentes

_____0 _____1 _____2 ­­­_____3 o más veces

c. Cometí actos impuros solo o con otras personas

_____0 _____1 _____2 ­­­_____3 o más veces

d. Deliberadamente me deleité en pensamientos impuros

_____0 _____1 _____2 ­­­_____3 o más veces

e. ¿Cuándo fue la última vez que fui a la Confesión? __________________

f. ¿Cuándo fue la última vez que asistí a la Santa Misa?________________

Confesionario sin absolución: a mi san Judas se le rompió la cabeza y estoy asustado

Pregunta: Vivo en El Paso Texas y soy devoto de san Judas Tadeo, del cual tengo dos imágenes de yeso que compré. Mi suegra fue a la Ciudad de México y me compró otra imagen más de san Judas. Acomodó la imagen en su coche y cuando llegó a su hotel vio que la estatua tenía la cabeza quebrada. Cuando lo supe quedé muy impactado porque dicen que, cuando eso ocurre, es porque se ha cumplido algo que se le ha pedido al santo. Mi desconcierto fue mayor cuando compré, acá en El Paso Texas, otro san Judas, de color oro, muy bonito, pero al llegar a mi casa uno de los san Judas que ya tenía, estaba con su cabeza rota. Estoy muy impresionado. No sé a qué se deba, padre. A veces creo que el santo está celoso porque tengo varias imágenes de él. Agradezco su tiempo y le pido que me ayude.

Padre Hayen: ¿Cómo? ¿Dos imágenes con cabeza rota? ¡Seguramente tú y tu suegra se van a sacar la lotería! Por favor, muchacho, no peques de ingenuidad. Pero además dices que san Judas está celoso porque tienes varias imágenes de él. ¿Cómo un santo tendrá celos de sí mismo? Es algo así como que una persona tuviera varias fotografías tuyas en su casa, y a ti te diera envidia de ver tus propias fotos. En todo esto no hay mucha lógica, pero tratemos de sacar lecciones para la vida.

Lo primero, es que no hagamos del culto a los santos una superstición. Los santos son personas que, como tú y yo, vivieron en el mundo de tal manera que alcanzaron, por su caridad, una estrecha unión con Dios. Por sus virtudes heroicas y su ejemplo de vida, la Iglesia los tiene como intercesores y modelos de vida cristiana. Lo más importante entonces es pedir su intercesión e imitarlos como discípulos de Jesús.

Lo que nunca hemos de hacer es tomarlos como amuletos. Que si se les rompe la cabeza, que si hay que voltear su imagen al revés hasta que me consiga novia, que si hay que cambiarle el vestido porque se va a enojar, que si lo ponemos contra la pared para castigarlo... todas estas prácticas tienen que ver con actitudes supersticiosas, más que con la auténtica fe católica. Si a una de tus imágenes de san Judas se le rompió la cabeza, seguramente es por la mala calidad del material de fabricación, así que si quieres, puedes reclamar a quien te la vendió.

Mira hijo, en el trato con los santos hay dos extremos que debemos evitar. El primero ya te lo dije: la superstición y tomarlos como patitas de conejo a las que los ignorantes soban para que les dé buena suerte. Una segunda actitud a evitar es la de los hermanos protestantes, que dicen que orar a los santos es idolatría. Ellos también están equivocados.

¿Por qué invocamos a los santos? Es verdad que Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Basta que le pidamos a Él para que nos conceda lo que necesitamos. Sin embargo los santos son miembros de Cristo resucitado. Cristo vive en ellos. Y como miembros del Resucitado unen sus oraciones a las de Jesús, y así ruega todo el Cuerpo Místico del Redentor. Eso toca el corazón de Dios. Quien ora con los santos une sus súplicas con las del Cristo total, Cabeza y Cuerpo, y así su oración es más eficaz.

Ojalá que tú, como devoto de san Judas, te intereses no sólo en pedir favores al santo, sino también en leer y meditar la Carta de san Judas, la cual forma parte del Nuevo Testamento y, por supuesto, te intereses en vivir como un apóstol del Señor. Que Dios te bendiga, que la Virgen te auxilie y san Judas interceda por ti.

(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook/Messenger : Eduardo Hayen Cuarón; o en Twitter: @padrehayen)

lunes, 8 de mayo de 2017

Confesionario sin absolución: quiero que mi esposo se haga la vasectomía

Pregunta: Mi esposo y yo tenemos tres años de casados y nos empezamos a cuidar con el método bilings, pero no lo hicimos de la manera correcta y, a los tres meses de casados, me embaracé. Cuando mi primer hijo tenía un año y un mes, volví a quedar embarazada pues seguimos utilizando el mismo método (por lo visto no lo aprendimos correctamente). Tener dos niños es muy agotador para mí, y esto me hace pensar en un método anticonceptivo que sea definitivo. Padre, quisiera preguntarle si está mal que yo le pida a mi esposo que se haga la vasectomía. Yo sé que la Iglesia no ve con buenos ojos los métodos anticonceptivos pero, de verdad, no estoy lista para otro hijo. Estoy tentada a utilizar un método, aunque me da miedo, pues sé que ello implica muchos cambios hormonales. En cambio para el hombre es un poco más sencillo y rápido realizarse la cirugía, pero no quiero estar haciendo mal y que mi esposo luego tenga problemas para comulgar o recibir la absolución al confesarse, y todo por mi insistencia. Cabe mencionar que él sí está dispuesto a hacerse la cirugía. Le agradeceré su consejo.

Padre Hayen: una de las decisiones más grandes y generosas que una pareja de esposos puede hacer es la de decidir traer al mundo a un nuevo ser humano, fruto de su amor. No es una decisión fácil porque implica una enorme responsabilidad y un gran compromiso. Sin embargo para que ustedes estén tranquilos con su conciencia, la decisión que tomen debe estar en armonía con diversos valores, como son la unidad y la comunión que tengan como pareja, la fidelidad que se tienen y la fecundidad a la que está llamado el matrimonio.

Uno de esos valores con los que deben armonizar su decisión son las leyes divinas. Dios creó leyes que están inscritas en la naturaleza humana, y es necesario saber descubrirlas, y esto no es algo difícil. El cuerpo tuyo y el de tu marido tienen sus leyes biológicas que es necesario respetar. ¿Qué te parecería si uno de tus hijos voluntariamente se cortara un dedo, o se privara de un ojo o de un pie? Sería una decisión moralmente equivocada, una transgresión a las leyes de Dios porque afectaría gravemente la integridad de su ser. Así también sucede con la función reproductiva. Privarse de ella por una cirugía, ya sea que la mujer se ligue las trompas de falopio o el hombre se haga la vasectomía, es una castración, y por lo tanto es una decisión moralmente incorrecta porque violenta la integridad de la persona.

Ponte a pensar que si tú presionas a tu marido para que se castre, él podría comenzar a almacenar cierto resentimiento o rencor contra ti por 'obligarlo', de alguna manera, a hacer algo que va contra su propia naturaleza. Piensa también que, una vez liberados sus actos conyugales de la fecundidad, tu esposo podría presionarte más para que tú accedas a tener intimidad cuando él quiera y como quiera, y así puede terminar faltándote al respeto y mirándote sólo como un objeto sexual en el que él se complace. Considera también que tu marido, una vez castrado, podría volverse un donjuán o, al menos, buscar aventuras fuera del matrimonio, sin miedo a tener hijos con otras mujeres. Caza, guerra y amores: por un placer, mil dolores.

Ustedes no conocen lo que les depara el futuro. Dios quiera y no suceda, pero tú puedes morir de repente y tu esposo puede querer contraer nuevas nupcias. Si se hace la vasectomía ya no podría tener hijos con su eventual cónyuge. O bien -¡Dios guarde la hora!-, tus dos hijos pueden morir por cualquier enfermedad o accidente, y ustedes, esterilizado el uno o el otro, no podrían traer nuevos hijos a su matrimonio.

El que tú utilices un método anticonceptivo tampoco te lo recomiendo. Es una violencia brutal contra tu cuerpo. Los riesgos físicos para la mujer al tomar métodos hormonales son muchos, incluyendo el infarto y la trombosis. Trata de leer los efectos secundarios de los métodos hormonales, son terribles. Yo casi no puedo leerlos porque mi vista no me alcanza. Son tan pequeñas las letras que me resulta imposible. La razón es muy sencilla: los fabricantes de anticonceptivos están haciendo el negocio de su vida y hacen todo lo posible para evitar que la gente conozca las consecuencias físicas de sus productos. Y ¿qué decir de otros métodos anticonceptivos como el dispositivo intrauterino (DIU) y la píldora del día siguiente? Pues que son directamente abortivos y, por lo tanto, gravemente inmorales.

El acto conyugal tiene la doble función de unir en amor a los esposos y eventualmente traer una vida humana. Si ustedes aprenden bien a adecuar su conducta sexual a la estructura biológica de tu cuerpo femenino, se respetarán más como pareja y tendrán más diálogo conyugal. Por eso les aconsejo regresar a utilizar el Método Billings. En el respeto a la naturaleza de las relaciones conyugales, como Dios las creó, encontrarán la paz en sus corazones. Si ustedes son cristianos maduros, más fácilmente buscarán una solución en sintonía con el Evangelio y las enseñanzas de la Iglesia. Dios los bendiga, y a sus hijos también.

(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook/Messenger : Eduardo Hayen Cuarón; o en Twitter: @padrehayen)

jueves, 4 de mayo de 2017

Confesionario sin absolución: mi esposa quedó enferma mental y quiero casarme con otra

La pregunta: Padre, hace diez años que me separé de mi esposa. Pasó el tiempo y cada uno se consiguió otra pareja. Ella nunca quiso regresar conmigo, y decidí empezar el trámite de divorcio civil. El abogado no pagó los impuestos y el juicio se desestimó. Desde hace cinco años yo vivo con otra mujer y queremos, los dos, arreglar nuestra situación civil y por la Iglesia. Ella no tiene ningún problema. Soy yo quien tiene el problema porque fui casado por la Iglesia con mi primera esposa. Sin embargo ella adquirió una enfermedad que afectó las neuronas de su cerebro, dejó de conocer, de hablar, y ahora ha quedado como una niña de tres años. ¿Qué puedo y debo hacer, padre?

Padre Hayen: Si quieres casarte por la Iglesia y anteriormente contrajiste matrimonio en el Señor, de principio la Iglesia considera tu matrimonio como válido, aunque ustedes estén ya viviendo con otras parejas. Esto por la sencilla razón de que cuando te casaste, se estableció un vínculo público indisoluble entre los dos. Para que puedas hoy contraer matrimonio con esta nueva persona, debes consultar con tu párroco para que él te recomiende, o no, abrir un proceso de nulidad matrimonial.

Te recuerdo que la Iglesia no tiene poder para anular matrimonios. La anulación no es decisión arbitraria de un juez, sino que es la solemne declaración de que el vínculo matrimonial nunca existió porque hubo alguna circunstancia que lo vició desde el principio. Si después de un proceso de investigación el juez determina que no hubo vínculo, entonces declara nulo el matrimonio y a la pareja se les extiende una constancia de nulidad matrimonial para que puedan, si lo desean, contraer nuevas nupcias.

En tu caso tienes dos obstáculos qué superar. El primero es que no estás divorciado civilmente y, para abrir un juicio eclesiástico de nulidad matrimonial, se necesita tener el divorcio civil. Si como tu esposa está muy limitada en sus facultades mentales, podrías obtener el divorcio mediante la ayuda de familiares de la señora que puedan interceder. En eso deberás consultar con abogados.

El segundo problema al que te debes enfrentar es dentro de la Iglesia. ¿Cómo se puede abrir un juicio de nulidad matrimonial con una persona mentalmente limitada? Se puede hacer mediante una figura dentro del juicio que se llama 'promotor de justicia', que por lo general es un sacerdote. El promotor de justicia representará a tu pareja y se dedicará a investigar, con ayuda de testigos, la verdad sobre el vínculo entre los dos. El juicio no es sobre las personas sino sobre el vínculo matrimonial, para determinar si éste existió o no.

Así que, si en conciencia sabes que tu matrimonio puede ser nulo por vicios desde el principio, consulta con tu párroco para que él te oriente hacia el Tribunal Eclesiástico de la diócesis. Que san Ivo, patrono de los abogados, interceda por ti en este proceso.

(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook/Messenger : Eduardo Hayen Cuarón; o en Twitter: @padrehayen)

martes, 2 de mayo de 2017

A la memoria de Octavio Murguía Chávez

Si hay un misterio que tiene la vida es el del sufrimiento. Octavio Murguía fue un joven, como cualquiera, alegre, deportista y simpático durante su infancia y adolescencia. En la escuela lo llamábamos 'el coruco'. El nombre coruco se refiere a un pequeño parásito que vive en las aves domésticas como las gallinas, y que ocasionalmente ataca al hombre. Sepa Dios por qué le llamaban así, seguramente que por inquieto y travieso.

Recién terminada la secundaria, Coruco empezó a desarrollar una extraña enfermedad. Su cuerpo se fue paralizando. Poco a poco fue perdiendo sus facultades motoras y su capacidad de hablar. Pero mientras que su físico se iba lentamente atrofiando, crecía su lucidez y sus ganas de vivir. De un buen humor habitual, se fue convirtiendo en un maestro de vida para su familia y para muchos que lo conocimos. Le gustaban las bromas. Recuerdo en una ocasión en que, en su silla de ruedas, lo saqué a pasear. Fuimos a un restaurante y con señas me dijo que quería ir al baño. Había que abrir una válvula a una bolsa para que se expulsara la orina. Por mi falta de habilidad, mi mano quedó empapada mientras que él reía a carcajadas. "¿Te acuerdas cuando me measte, Coruco?", yo le decía, y él siempre reía.

Pasaron los años y Coruco se fue deteriorando cada vez más. Perdió completamente el habla. Sin embargo sus ganas de vivir lo llevaron a fiestas, a conciertos, a retiros, a juegos deportivos, a la Eucaristía. Coruco, como podía, también acudía al sacramento de la Reconciliación para confesarse con señas y a base de preguntas y respuestas. Fueron más de 30 años los que Coruco Murguía vivió atado a la Cruz con Cristo crucificado. El sábado 29 de abril, el Señor lo llamó a su presencia.

¿Cuál era el secreto de Coruco para permanecer en paz clavado a la cruz durante tantos años? Estoy seguro que él veía a Dios con los ojos de la fe. Contemplaba la gloria de Dios. Hoy he leído el pasaje de Hechos de los Apóstoles que narra el martirio de Esteban. Al protomártir le llovían piedras, blasfemias e insultos y, sin embargo, estaba lleno de Espíritu Santo y su cara parecía como la de un ángel porque su mirada contemplaba la gloria de Dios.

Estoy seguro de que ese fue el secreto de Coruco: mientras que sobre su cuerpo caían, como piedras, estados más graves de su enfermedad, él contemplaba la gloria del Señor. Jesucristo no fue un fantasma en su vida. Fue real. El mismo Jesús, el Hijo del eterno Padre, el hijo de la Virgen María, el que muchos vieron y tocaron, el que fue clavado en la Cruz, el mismo que resucitó de entre los muertos, el que se apareció a Saulo y el que hoy está sentado en el trono celestial con el Padre y el Espíritu; ese es el Jesús que Coruco contempló con los ojos de la fe. El Jesús que se le ofreció en la carne, el Jesús que se le ofreció crucificado, el Jesús que se le ofreció en la Iglesia.

La gloria del Señor se manifiesta donde hay caridad. Donde hay amor, ahí está Dios, ahí brilla su gloria. Coruco vio la gloria del Señor en su corazón y en su familia. Durante más de tres décadas, sus papás Mague y Poncho, así como sus hermanos Lucila, Poncho, Carlos, José, Ana María, Julieta y Ricardo, así como sus primos y sobrinos, le supieron hacer cercano el amor de Dios a través de tanto cariño y atenciones. Por eso Coruco no vivió triste, sino en la alegría de haber encontrado el amor divino expresado en el amor humano.

Para nuestro mundo materialista y espiritualmente ciego, quien no produce, quien no consume, quien no gasta su vida en placeres y comodidades, la vida no vale la pena vivirse. Sufrir es un absurdo. Para los cristianos, en cambio, la Cruz es el camino hacia la resurrección. Más allá de una persona con discapacidad hay un Cristo que sufre. Detrás de un pedazo de pan consagrado está Cristo, el Pan vivo bajado del cielo. En una familia que sabe ser pan partido para atender y consolar a uno de sus miembros que está enfermo, resplandece la gloria de Dios. Hay que tener ojos para ver y oídos para escuchar.

Gracias Coruco por tu entrega a Jesús en la cruz. ¿A cuántos habrás contribuido a salvar, completando en tu carne lo que faltaba a la Pasión de Cristo? Desde el cielo sigue salvando almas con tu oración de intercesión. Y si con la misericordia del Señor llego yo un día donde tú estás, no te voy a reclamar por la meada que me diste un día en que te llevé a un restaurante. Ahí sí que me voy a reír contigo por la eternidad.

lunes, 1 de mayo de 2017

Confesionario sin absolución: me turban las cenizas de la que fue mujer de mi esposo

Pregunta: Buenas tardes, soy de Chihuahua y tengo meses viviendo en Ciudad Juárez. Me junté con un hombre que fue mi compañero de la escuela primaria, y no lo veía desde hacía 20 años. Él enviudó el año pasado y decidimos unir nuestras vidas. Yo tengo tres hijos, él tiene dos y a ellos los quiero como si fueran míos. No pensé que la muerte de su esposa le doliera tanto. Puso las cenizas de su mujer en la sala de la casa, y ahora a mis hijos y a mí nos están sucediendo cosas horribles. Este fin de semana mi niño de 14 años habló muy ronco, su mirada era otra, nos dijo que nos iba a matar a todos, como si se le metiera un demonio. Estoy muy asustada, mi pareja es escéptico. Dice que es muy católico pero en estos momentos está molesto con Dios por lo sucedido y no quiere ni ir a misa. Tengo miedo y me siento impotente. Ayúdeme por favor.

Padre Hayen: sobre las cenizas de la que fue la esposa de tu marido, debo decirte dos cosas. Es de mal gusto que, si ya se casó contigo, tu esposo conserve las cenizas de su difunta ex esposa en la sala de la casa, esto por dos motivos. Primero, tu esposo debió tener su período de duelo para llorar a su difunto amor y enterrarlo para siempre. Si hoy tiene una relación contigo es porque se supone que ya superó la defunción de la que fue dueña de sus quincenas. Después de un buen período de duelo, un viudo puede contraer nuevas nupcias, si así lo desea, porque el matrimonio termina con la muerte del cónyuge. Si un día encuentras a tu marido abrazado y llorando a esas cenizas, es que no ha cerrado un capítulo de su vida que ya debe estar finiquitado. Sobre el muerto las coronas. A los que ya se fueron los enterramos, les ponemos sus flores y nosotros continuamos viviendo nuestras vidas.

El segundo motivo por el que no debe conservar las cenizas en casa es porque las casas no son lugares propios para los difuntos. Así como no me imagino a alguien conservando un ataúd con un cadáver en una habitación de la casa, tampoco creo que es saludable conservar las cenizas en el hogar. Los muertos tienen lugares especiales para que se haga oración por ellos, estos son las criptas y los cementerios. Los panteones y los nichos en las iglesias son lugares de oración, y cuando los visitamos vamos en actitud de rogar a Dios por el difunto. Colocar las cenizas en un closet o sobre un mueble en casa es correr el riesgo de que se olvide la oración por el muerto y a éste se le trate como una cosa. Además aumentan las posibilidades de olvido y de malos tratos a medida de que van pasando las generaciones.

Por último, si tu hijo habla con ronquera y parece poseído, eso no tiene que ver con unas cenizas de difunto en casa. Con la muerte, el alma del fallecido se separó del cuerpo y entró en la presencia de Dios. Y ahí, frente a la misericordia y justicia divina se decidió la suerte eterna de la señora: cielo, infierno o purgatorio, aunque el purgatorio no es un estado definitivo sino transitorio hacia el cielo. Un muerto no puede poseer a otra persona, ni tampoco ronda buscando dónde descansar. Eso de que las almas 'penan' son creencias populares, más cercanas a la superstición que a nuestra fe. Así que lo más seguro es que se trate de otra cosa, y no de una posesión. De cualquier manera hay que llevarlo con un sacerdote para que haga oración por él, o bien con un psicólogo porque pudiera estar sugestionado.

Dices que tu esposo es muy católico. Oye pero, alguien que se jacte de ser muy católico debe buscar casarse por la Iglesia y no vivir solamente amancebado. Y también debe, mínimamente, buscar hacer la voluntad de Dios y acudir a la iglesia con regularidad. Busquen un sacerdote que los oriente sobre su situación para que puedan casarse y, en estado de gracia, acercarse a comulgar. Y si tu esposo está enojado con Dios porque se llevó a su ex pareja, todo indica que aún no está superada la partida de quien fuera su mujer. Una vez terminado el luto, entonces el muerto al pozo y el vivo al gozo. No tengas miedo, hija mía, y dedícate a convencer a tu marido a que lleven esas cenizas a su lugar apropiado. Y a tu hijo, tráemelo para darle una bendición. Que Dios te ilumine y san Miguel te defienda.

(Las confesiones con absolución se dan en las parroquias; aquí sólo consejos y sin revelar nombres. Puedes escribir, de manera breve, en un mensaje privado a mi cuenta de Facebook/Messenger : Eduardo Hayen Cuarón; o en Twitter: @padrehayen)

El catolicismo y la carne

El aspecto más distintivo del cristianismo sobre otras religiones es la encarnación de Dios en la raza humana. Las demás religiones se escan...