domingo, 2 de agosto de 2020

¡Señor, vuelve a multiplicar el pan!


En este tiempo de pandemia contemplamos, hoy domingo, un banquete sobreabundante preparado por Dios: "Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos. Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme, y viviréis". Son palabras que tuvieron su primer cumplimiento en el milagro espectacular de la multiplicación de los panes. Su penúltimo cumplimiento tiene lugar en la mesa de la Eucaristía, en nuestras asambleas dominicales, donde Jesús nos prepara la mesa y parte para nosotros el pan de su Palabra y nos da a comer su carne sacrificada y resucitada. El último y definitivo cumplimiento será en las bodas de la eternidad, cuando Dios sea la parte de nuestra herencia, con los santos en el Cielo.

Hoy hacemos énfasis en la virtud de la abnegación. Esta virtud es la capacidad de posponer o negar nuestros propios intereses por ir a la búsqueda de un bien mayor. La abnegación es la virtud de sacrificarnos para que se manifieste la gloria de Dios o para traer un bien al prójimo. Supone una renuncia a la propia comodidad, al bienestar o a la ganancia. Eso es la abnegación.

El milagro de Jesús al multiplicar la comida fue espectacular, pero recordemos que el pasaje comienza cuando Jesús se entera de la muerte de Juan el Bautista. Se va a un lugar apartado porque quería estar a solas con sus discípulos. La muerte de Juan el Bautista por decapitación le dolía profundamente y buscaba recogimiento y tranquilidad para reflexionar en su duelo. Se va a un lugar tranquilo pero allá se encuentra con la gente que camina por tierra, siguiéndolo, desde muchos pueblos. Jesús, al ver a la muchedumbre con tanta necesidad, llevando a sus enfermos, heridos por el pecado, desorientados por la ignorancia y el error, sintió lástima. Dejó a un lado su duelo y sus ganas de descansar y se pone a servir a la gente. Su amor misericordioso hizo que se abnegara, y la multiplicación de los panes fue el fruto de su abnegación.

El tiempo de pandemia ha sido nuevamente un tiempo de abnegación para Jesús. Las iglesias quedaron cerradas y muchos servicios espirituales, suspendidos. Jesús ha visto cómo los enfermos de coronavirus entraban solos a los hospitales, sin suficiente asistencia espiritual. La mesa de la Eucaristía se quedó sin fieles y los sagrarios, sin visitas. Los confesionarios se cerraron y muchos católicos continuaron sangrando en sus heridas provocadas por el pecado, sin encontrar a un sacerdote que las curara. La catequesis de los niños quedó suspendida y ahora están en la incertidumbre de cuándo se podrán acercar por primera vez a la Eucaristía. La pandemia ha traído la abnegación de Jesús, que quiere alimentar a su pueblo con la Sabiduría de su enseñanza y la gracia abundante de sus sacramentos.

El Covid-19 ha puesto a prueba nuestra capacidad de abnegación. Nos duele estar privados de los bienes espirituales que Dios quiere derramar en nosotros. Mientras que muchos comercios han abierto sus puertas, con las debidas restricciones, y los restaurantes sirven a los comensales; mientras que el transporte público lleva y trae pasajeros; mientras que la gente vuelve a los parques y va a las estéticas; mientras que los hoteles reciben huéspedes; mientras que las oficinas de gobierno y la industria han retomado su vida productiva... las iglesias continúan cerradas. Para nuestros gobernantes laicistas solamente la vida del cuerpo es importante. El mundo, para ellos, es sólo la realidad material. Consideran que la vida del alma no es una actividad esencial. Pero, dijo Jesús: "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si al final pierde su alma?"

No podemos seguir abnegándonos más. "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios", le dijo el Señor al diablo en el desierto. La gente, cuando supo que Jesús se había retirado a un sitio tranquilo, fueron hasta allá, siguiéndolo. Era su derecho. Necesitaban el agua de la Palabra, el trigo y la leche de balde que son símbolo del alimento espiritual que sacia la profundidad de los corazones. Los católicos en tiempos de Covid, por nuestro derecho a la libertad religiosa, hemos de pedir con insistencia a nuestros obispos, sacerdotes y gobernantes que se abran los templos –con todas las medidas sanitarias y restricciones– para que el pan eucarístico se siga multiplicando. Las parroquias han recibido una herida profunda y el pueblo de Dios desfallece de hambre.

¡Señor, vuelve a multiplicar el pan!, pedimos a Jesús. Que Dios se apiade de su Pueblo que muy pronto el Domingo recobre su pleno sentido de ser el Día del Señor, cuyo corazón es el pan multiplicado en la Eucaristía.

14 comentarios:

  1. Buenas tardes padre Hayen y porque no hay MISA al aire libre? Las familias quedarían en su grupito de sana distancia.Bendiciones

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  2. Ojalá pronto podamos todos asistir a la santa misa saludos padre Dios lo bendiga.

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  3. Confio en El Señor que pronto volveremos, a disfrutar de su cuerpo y de su sangre,El Señor esta preparando el mejor de los banquetes

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  4. "renuncia a la comodidad" que me lo leo y me impresiona el grado de inconsciencia de su parte, me alegra que su cuarentena sea lo suficientemente cómoda como para llamarla "abnegación", el quedarnos en casa y evitar puntos de reunión masivos no se trata de una privación del derecho religioso, se trata de procurar el derecho a la salud.
    No es verdad que la gente tiene ahora bloqueado el contacto con la palabra de la ceremonia eucarística, le recuerdo que la ceremonia por medios digitales de videoconferencia ya son una realidad, entonces, más bien lo invito a usted a hacer uso de esas plataformas, si de verdad lo que le interesa difundir la palabra del Señor no debería tener problemas con esto, a menos claro! Que su preocupación sea más bien financiera.
    Es muy egoísta de su parte hacer uso de su influencia y posición para sembrar la idea de que a punto de volver a semaforo rojo, que hoy con 435 mil casos de infección es buena idea volver a abrir estos puntos de reunión que al final SOLO generarán más contagios, hoy Mexico está enfrentando 48 mil defunciones, hoy México enfrenta un colapso en el sistema de salud y usted quiere generar masivamente más contagios. Honesta y tristemente me pregunto cuanto le interesa el bienestar progimo?
    El mundo enfrenta una situación crítica, y no es momento de ser egoístas si no conscientes. ¿Va a sacrificar más vidas?...

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    1. Tu no perteneces a nuestra comunidad. Tu forma de expresarte así lo dice. Este mensaje es para los católicos ok? No te gusta no te metas en este blog así de sencillo. Para nosotros es muy importante lo que dice el padre y nos habla en nuestro idioma. respetarlo por favor.

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  5. "renuncia a la comodidad" que me lo leo y me impresiona el grado de inconsciencia de su parte, me alegra que su cuarentena sea lo suficientemente cómoda como para llamarla "abnegación", el quedarnos en casa y evitar puntos de reunión masivos no se trata de una privación del derecho religioso, se trata de procurar el derecho a la salud.
    No es verdad que la gente tiene ahora bloqueado el contacto con la palabra de la ceremonia eucarística, le recuerdo que la ceremonia por medios digitales de videoconferencia ya son una realidad, entonces, más bien lo invito a usted a hacer uso de esas plataformas, si de verdad lo que le interesa difundir la palabra del Señor no debería tener problemas con esto, a menos claro! Que su preocupación sea más bien financiera.
    Es muy egoísta de su parte hacer uso de su influencia y posición para sembrar la idea de que a punto de volver a semaforo rojo, que hoy con 435 mil casos de infección es buena idea volver a abrir estos puntos de reunión que al final SOLO generarán más contagios, hoy Mexico está enfrentando 48 mil defunciones, hoy México enfrenta un colapso en el sistema de salud y usted quiere generar masivamente más contagios. Honesta y tristemente me pregunto cuanto le interesa el bienestar progimo?
    El mundo enfrenta una situación crítica, y no es momento de ser egoístas si no conscientes. ¿Va a sacrificar más vidas?...

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  6. Que lastima por está persona, me imagino que no tiene a Dios como centro en su vida oremos por su conversación, la verdad es que tenemos que aprender a vivir con está nueva modalidad pero lo hacen difícil las personas irresponsables que no siguen las recomendaciones del sector salud y andan en la calle contagiando el virus

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  7. Anónimo:No deberías opinar en esté artículo pues claro se ve tu ateísmo y posición en contra de la Iglesia Católica.
    Esta reflexión incumbe para quienes primero Dios y luego lo demás.

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  8. Hola buenas noches , realmente concuerdo con el anónimo ya que en el evangelio de San Tomas , dice y cito
    Jesús dijo :
    El reino de Dios esta dentro de ti y a tu alrededo, no en edificios de madera y piedra; corta un trozo de madera y ahi estare, levanta una piedra y me encontraras; quien descubra el signifiocado de estas palabras no experimentar ala muerte.

    Y honestamente, creo que Dios y su palabra estará con nosotros sea en una iglesia física o desde nuestras casas y creo que ahorita NO ES MOMENTO DE ARRIESGARNOS A MAS CONTAGIOS Y menos en nuestra comunidad.

    Espero y puedan encontrar el templo que está en ustedes y sus corazones ❤️

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  9. وعميق ونضيف الخميرة الطازجة والسكر. نحرك حتى يتكامل السكر والخميرة تمامًا.

    نضيف نصف الدقيق وكل الزيت. قلبي جيدًا ، وحاولي سحق الكتل التي تتشكل ، واتركيها لمدة 20 دقيقة في درجة حرارة الغرفة ، مع تغطية الوعاء بقطعة قماش نظيفة. سوف تنمو العجينة قليلاً وتملأ بالفقاعات. نقوم بتشكيل كرة بالعجين ونضعها على صينية خبز مغطاة بورق نباتي ملطخ بقليل من الزيت. نقوم بعمل قطعتين على السطح بسكين حاد ، وإذا أردنا إعطاء الخبز هواء ريفي ، نرشه بالدقيق.

    نطلي داخل وعاء عريض بالفرن بالزيت (استخدمنا وعاء بيركس 24 سم ، ولكن يمكنك استخدام قدر صغير أو ما شابه) ونغطي العجينة به. نطبخ في الفرن محمى على حرارة 200 درجة مئوية مع تسخين لأعلى ولأسفل لمدة 45 دقيقة. نكتشف ونتركه يبرد على الرف قبل تناوله.
    nuqadim alma' aldaafi fi wiea' wasie

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  10. El Señor nos señala la abnegación como una virtud, pero con más ahínco nos invita a la obediencia, la obediencia a su santa iglesia, a sus sacerdotes, y a los emisarios de su palabra sobre la tierra. Fueron ellos, sus obispos, por medio de un comunicado emitido por la Conferencia del Episcopado Mexicano (https://cem.org.mx/prensa/2960-Lineamientos-generales-para-la-reapertura-al-culto-religioso-en-tiempo-de-pandemia..html ) quienes nos informaron que solo ellos han de decidir el momento de volver de manera presencial a las iglesias, anteponiendo las instrucciones de las autoridades sanitarias.
    No nos toca a nosotros escoger el momento de reabrir nuestras iglesias, no pequemos de orgullo ni desobediencia. Si bien, la caridad nos inclina a preocuparnos por el alma de nuestros hermanos enfermos de coronavirus, hemos de recordar que no están solos, que Dios los acompaña, así como nuestras oraciones. Quienes Dios a de llamar a su reino han de estar acompañados por la confesión de un sacerdote, pues su santidad, el Papa Francisco, es quien exhorta a los mismos sacerdotes a salir y llevar a los enfermos la eucaristía. Los invito a leer un fragmento de su hermosa homilía: https://www.vaticannews.va.es/papa-francisco/misa-santa-marta/2020-03/coronavirus-papa-sacerdotes-lleven-eucaristia-enfermos.html

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