miércoles, 20 de febrero de 2019

El "no juzguen" de Dios en tiempos de juicio civil

Dios ha elegido del mundo a hombres para hacerlos portadores de su mensaje y de su misericordia en el mundo. Son los sacerdotes, hombres tomados de entre los hombres –dice la Carta a los Hebreos– para ser administradores de los misterios de Dios. Nos parece increíble el actuar de Dios. No deja de sorprendernos el riesgo que Jesús se toma, al confiar a hombres de carne y hueso –y eso significa hombres expuestos al pecado– su mensaje de salvación.

Nuestra Diócesis de Ciudad Juárez está sufriendo por ver a uno de sus hombres de Dios, a uno de sus sacerdotes, con una grave acusación. Sufre la diócesis, al mismo tiempo, al ver a una menor de edad posiblemente afectada por un delito del sacerdote. El juicio está en proceso y no podemos emitir ningún juicio hacia una u otra de las partes involucradas. El señor obispo, como padre y pastor de la comunidad, ha mostrado su dolor y su cercanía hacia la presunta víctima y el presunto victimario, que son sus hijos, cooperando con las autoridades civiles para que hagan su trabajo. A nosotros no nos queda otro camino más que el orar, con profundo dolor, para que se esclarezcan los hechos y se obre según la justicia.

Nos preguntamos por qué Dios pone sus ojos en hombres de barro como fueron los patriarcas, los profetas, los apóstoles y como hoy son los sacerdotes. David es una de las figuras más importantes del Antiguo Testamento. Tuvo grandes éxitos políticos y militares, y su manera de gobernar a Israel quedó como referencia en el pueblo, hasta el punto de que Jesús mismo fue llamado "hijo de David". El reinado de David quedó en la mente de los antiguos hebreos como el modelo de lo que era el reino de Dios. Cuando Jesús entró en Jerusalén lo aclamaron diciendo "¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene; Hosanna en las alturas!"

No obstante que su reinado fue modelo del reino de Dios, David no era un santo. Era un hombre con miserias y pecados como nos narra el segundo libro de Samuel. Sin embargo fue un rey sensible a la presencia de Dios, un hombre dispuesto a hacer la voluntad divina. Cuando tuvo la oportunidad de que mataran al rey Saúl que lo perseguía, dijo David: "No lo mates". Sabía que Saúl era el ungido del Señor en aquel momento, y quiso David que se respetara su vida. No juzgó precipitadamente sino que confió en el juicio y el plan de Dios. David no quería hacer justicia por su propia mano, siguiendo un juicio emocional, sino que respetó el juicio y el plan del Señor.

Cuando ha sido acusada y detenida una persona, los demás tienden rápidamente a juzgarla. Sin embargo Jesús en el evangelio de este domingo nos invita a tener mucha cautela con los juicios: "No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados" (Lc 6, 37). Nos parece algo difícil lo que pide Jesús, cuando él mismo denunció iniquidades de personas concretas, y también cuando existe un sistema de justicia que tiene que juzgar supuestos delitos.

Para no errar, hemos de distinguir muy bien entre la persona y los actos de la persona, es decir, entre la verdad de la persona y la verdad de los hechos. Al bien debemos llamarlo bien, y al mal, mal. Este juicio es saludable y no podemos evitarlo. Cuando en un juicio se esclarece la verdad de los hechos y se demuestra que alguien obró bien o mal, nuestro juicio debe ser sólo hacia esos hechos. Pero otra cosa es querer juzgar la verdad total de una persona, sacar a la luz todo lo que está oculto en su interior, sus condicionantes y su historia. En este sentido el "No juzgues", que nos manda el Señor, es una invitación a la prudencia, a detenernos ante nuestra propia ignorancia, y a mantenernos en el ámbito de los hechos comprobados sin pasar a juzgar lo que finalmente es esa persona delante de Dios.

"Sean misericordiosos como el Padre es misericordioso" no significa impedir el proceso de justicia a un sacerdote acusado de un delito. Significa que en aquello que pueda ocurrir en el juicio de un tribunal, la bondad de Dios se manifieste para todos y no la destrucción. Significa que en situaciones dolorosas como estas, la niña y su familia, el sacerdote, el obispo, el presbiterio y todos los fieles de nuestra amada Iglesia experimentemos, en medio del dolor, el amor de Dios, las lecciones para el alma, su fortaleza y su consuelo.

4 comentarios:

  1. Dios de sabiduría a las personas que investigan y la misericordia de Nuestro Padre este con todos sus hijos

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  2. La misericordia es para todos y el no juzgar no solo es para la gerarquia, la iglesia sufre de igual manera con un laico, religiosa o sacerdote, el sufrimiento no es mayor o menor por eso es importante tener claro que el amor, la misericordia y la justicia es para todo hijo de Dios.

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  3. ¡Qué comprensivos y misericordiosos! Ya salió la caballería a defender con uñas y dientes a uno de su misma calaña. ¿Y cuando la jerarquía católica, sin ningún juicio previo, no permite comulgar a los casados por la Iglesia que se han divorciado y vuelto a casar? ¿Y cuando señalan y marginan a los miembros de la comunidad gay? ¿Y cuando se mantienen como loros o viles pericos repitiendo la frase de moda esa de "ideología de género"? AHÍ SÍ SE VALE JUZGAR Y EMITIR JUICIOS, ¿VERDAD?

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  4. DIÓCESIS CATÓLICA DE CD. JUAREZ INICIA AGRE$IVA CAMPAÑA DE MEDIOS EN DEFENSA DEL SACERDOTE PEDERASTA ARISTEO BACA

    Pasaron algunos días desde que se descubrió la doble vida que llevaba el sacerdote Aristeo Baca Trinidad luego de ser detenido por abusar sexualmente y violar a una niña de 8 años en las instalaciones de la iglesia Santa María de la Montaña, de la que era párroco en Ciudad Juárez, México.

    Es un caso que causó gran indignación entre los católicos fronterizos y a nivel internacional, porque involucra un sacerdote que supuestamente ha realizado grandes obras para la iglesia en la frontera siempre de la mano de los políticos del PRI y del PAN que le facilitaron recursos públicos para llevar a cabo sus negocios también.

    Es difícil para la diócesis de Ciudad Juárez tapar el sol con un dedo y ante ello inicialmente callaron, pero pasadas las semanas se ha vuelto evidente el inicio de una campaña de baja intensidad pero muy agresiva de marketing, con el fin de limpiar el nombre de Aristeo Baca o cuando menos justificar su liberación si es que han negociado con el gobierno del Estado de Javier Corral (PAN).

    El responsable de esta campaña tiene un nombre y se llama Eduardo Hayen Cuarón un sacerdote experto en comunicación y también director general del periódico que edita la diócesis de Ciudad Juárez llamado Presencia Digital.

    En primera instancia, la estrategia implica la filtración a diferentes medios amigos de la Iglesia Católica tales como el diario, de un discurso apologista que coloca por encima del sufrimiento de una niña de ocho años, la obra caritativa aunque dudosa realizada por este cura violador.

    Aparte de lo anterior, el padre Hayen se ha encargado de acomodar el mensaje dominical con los intereses de la propia iglesia católica misma que en Ciudad Juárez acomoda los intereses del PRIAN.

    Como prueba de lo anterior tenemos que durante la presidencia municipal del títere Enrique Serrano Escobar (PRI), se forjó una gran amistad entre dicho alcalde corrupto y el padre Hayen Cuaron.

    En Defensa de su amigo Aristeo, el Padre Hayen menciona que “Dios ha elegido del mundo a hombres para hacerlos portadores de su mensaje y de su misericordia en el mundo… No deja de sorprendernos el riesgo que Jesús se toma, al confiar a hombres de carne y hueso –y eso significa hombres expuestos al pecado– su mensaje de salvación.”

    Ahora el padre Hayen intenta librar al violador de Aristeo Baca de las consecuencias de su soberbia y vanidad (bajo la creencia de que sus amigos poderosos lo protegerían), solamente basado en el hecho de que la “Diócesis de Ciudad Juárez está sufriendo por ver a uno de sus hombres de Dios, a uno de sus sacerdotes, con una grave acusación (por la que) sufre la Diócesis, al mismo tiempo“. todo un galimatías creado para justificar un pecado grave.

    En la cuarta transformación no hay lugar ni Perdón para los violadores de niños y no hay espacio para negociar con la Iglesia Católica el perdón ante la justicia; es por ello que lo mejor para la diócesis de Ciudad Juárez es dejar que este violador sea castigado y puesto como ejemplo para el resto de aquellos depravados, escondidos detrás de una sotana, qué en cualquier domingo, ofician misa por la mañana y violan niños por la tarde.

    Pero al director del periódico Presencia de Ciudad Juárez (que resulta ser también sacerdote), lo grave de la depravación del padre Aristeo Baca es que “cuando ha sido acusada y detenida una persona, los demás tienden rápidamente a juzgarla. Sin embargo, Jesús en el evangelio invita a tener mucha cautela con los juicios: “No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados”.

    Cuando Cristo dijo “Dejad que los niños se acerquen a mí” llevaba implícito la gran responsabilidad que conlleva el proteger a los más frágiles débiles e inocentes de la creación. Por ello el castigo para los que en el nombre de Dios predican su palabra debe ser mayor cuando sucede en ese tipo de cosas y para eso no existe perdón y misericordia.

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