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Mostrando las entradas de marzo, 2024

Nuestros cuerpos sufrientes

A medida en que pasan los años nos vamos haciendo personas más vulnerables en nuestra dimensión física. Aparecen nuevas dolencias, se manifiestan enfermedades, debemos de cuidarnos más de las caídas. A los sacerdotes, nuestro ministerio nos pone, con frecuencia, en contacto con el dolor del cuerpo humano. En la visita a los hospitales, sobre todo a los que son públicos, encontramos personas accidentadas, baleadas, intubadas, enfermos terminales; muchos de ellos compartiendo la misma habitación. A veces mirar los estertores de la muerte es escalofriante, y hay que pedir a Dios que, ante la sangre y el sufrimiento, nos conceda serenidad, temple y, sobre todo, mucha caridad. Nuestra labor sacerdotal en el confesionario y en la dirección espiritual a veces es difícil. Ahí nos encontramos con el sufrimiento que conlleva, muchas veces, el tener un cuerpo sexuado. Hay personas que sufren por traumas sexuales, por confusión de género, por deseos oscuros y adicciones. Vemos constantemente los e...

El catolicismo y la carne

El aspecto más distintivo del cristianismo sobre otras religiones es la encarnación de Dios en la raza humana. Las demás religiones se escandalizan del hecho de que Dios, en la persona del Verbo, haya asumido la carne. A diferencia de los templos católicos donde veneramos las imágenes de los santos, el islam, por ejemplo, no admite en sus mezquitas ninguna figura humana; los musulmanes representan la trascendencia de Alá con figuras geométricas. Para ellos afirmar que Jesús es Dios es decir una blasfemia. Los gnósticos y las religiones orientales tampoco creen que la encarnación es posible. Piensan que Jesús es sólo un maestro, un iluminado, un yogui. Ven al cuerpo humano como la cárcel del alma. A través de una serie de reencarnaciones, el hombre debe hacer lo posible para liberarse de esas ataduras de la materia y fundir su alma en la conciencia cósmica universal, y alcanzar el nirvana. Los cristianos protestantes y evangélicos, aunque creen en Jesucristo como Dios, tampoco toman en ...

Muerte de Francia

El gobierno francés legaliza el aborto en la Constitución. Es un hecho gravísimo. Así Francia se convierte en el primer país democrático en consolidar el inexistente derecho al aborto en su Carta Magna. Existían leyes del aborto –como existen en muchos países–, pero plasmarlo en la Constitución consolida esta práctica criminal como un valor fundamental de la nación. El aborto pasa a ser parte del alma nacional, por lo que difícilmente los médicos podrán objetar en su conciencia para no practicarlo. Es simplemente demoníaco. Los ideales de la Revolución Francesa –libertad, igualdad, fraternidad– han quedado pervertidos. La libertad nunca será posible cuando se consolida la maldad en los usos, costumbres y leyes de un pueblo. Una nación es libre cuando el bien se custodia y se promueve. Matar a un inocente jamás será un acto libre sino un inmensamente egoísta, un acto propio de los esclavos del mal. Francia acabó con su ideal de igualdad. Las personas no nacidas tienen un trato desigual ...