Ir al contenido principal

De vida o muerte: Ver películas de terror

Blanca y Alfredo son un matrimonio joven con un hijo. Hace unas semanas vivieron la peor pesadilla de sus vidas cuando Alfredo, una noche, se despertó a las tres de la madrugada por algunos gemidos de su mujer. Ella miraba fijamente hacia un punto de la habitación y señalaba con el dedo hacia la pared diciendo que ‘ahí estaba eso’. Alfredo intentó calmarla creyendo que se trataba de un mal sueño; pero no, ella seguía aterrorizada.

De pronto a Blanca le cambió la expresión de su rostro. Su mirada no era la de ella. Comenzó a hablar en una lengua extraña mezclada con español. De sus labios, su marido alcanzó a escuchar que pronto se quedaría solo, sin su esposa y su hija porque a ellas ese ente ‘se las iba a llevar’. Alfredo estaba pálido y su corazón latía aceleradamente. De pronto, con una fuerza descomunal, Blanca empujó a su esposo fuera de la habitación, ella se quedó dentro y puso el seguro de la puerta.

Alfredo bajó las escaleras corriendo y salió de la casa para gritar a su esposa al pie del balcón. Pudo verla asomándose por la ventana pero, de pronto, algo la jaló con brusquedad hacia adentro. Segundos después vio que Blanca se arrojaba desde el balcón hacia el suelo para caer en el techo de la camioneta. Al ver que no tenía ningún daño, el angustiado marido comenzó a rezar el Avemaría mientras que veía, con pánico, cómo su mujer se retorcía en el pavimento, gritando y jadeando con los ojos desorbitados, totalmente fuera de sí. El horror duró dos horas.

Estas escenas no son las de una película de terror. Son escenas de la vida real y sucedieron hace algunas semanas en Ciudad Juárez. Blanca vino a contarme su caso a la parroquia y cuando le hice una sencilla oración de liberación, ella entre náuseas y llanto, vomitaba saliva. Una semana después regresó mucho más serena y me contó que, gracias a esas oraciones y a la renuncia a Satanás, que continuaba haciendo diariamente, pudo dormir con tranquilidad y recuperar la paz. El fenómeno parece haber desaparecido, aunque ella debe estar en observación.

Al indagar la causa que originó lo que Alfredo llamó ‘la peor experiencia de su vida’, supe que en ellos no habían prácticas de esoterismo, ni brujería, ni espiritismo, que son las que originan, generalmente, estos fenómenos. Lo que sí me di cuenta es que la pareja gustaba de ver muy frecuentemente películas de terror.

Alfredo y Blanca no están casados por la Iglesia. Son católicos y ella es quien frecuenta más la Santa Misa, aunque sin recibir la Comunión, claro. Alfredo confiesa haber descuidado la fe y abandonado toda práctica devocional. Su alimento espiritual han sido esas películas de horror durante mucho tiempo. Él siempre pedía a su esposa que las vieran juntos, aunque le gustaba hacer mofa de las escenas; sabía que se trataba de ficción al estilo Hollywood. Sin embargo tenía obsesión por seguir mirándolas. Hasta que la ficción se convirtió en una pesadilla de su vida real.

¿Puede algún demonio perturbar la vida de una persona por ver películas de terror? Sí puede ocurrir en ciertos casos. De manera personal creo que estas películas dañan la vida cuando se vuelven una obsesión. De hecho hay muchas obsesiones causadas por el Maligno. Ver asiduamente escenas de terror es mirar fijamente al mundo de la oscuridad. Quien se complace en levantar las cloacas y poner sus ojos en ellas, por horas y horas, puede llevarse un susto al ver que alguna alimaña quiere morderlo. Sin embargo raramente el reino de los demonios molestará a alguien por ver, ocasionalmente, alguna película de este género.

“Eso que me dijo el ente, de que se iba a llevar a mi esposa y a mi hija, me tiene muy intranquilo”, me dijo. “Alfredo, no se preocupe por eso –le contesté–; el diablo es el padre de la mentira, el engañador; comience a mirar a Jesucristo y a vivir su vida en Él, y verá cómo el espíritu maligno le tiene terror a usted”. Hoy, Alfredo está decidido a dejar de mirar la oscuridad y vivir en el mundo de la luz. Le he hecho entender que la obra triunfal del demonio no es asustarnos, sino hacernos vivir en pecado mortal de manera permanente, y así le aconsejé salir de la unión libre y casarse por la Iglesia.

La pesadilla vivida con su esposa ha hecho encender a Alfredo su lámpara de la fe. Está decidido a empezar a mirar fijamente a Jesús. Nunca es tarde para hacerlo. Aquel que lo sigue no camina en las tinieblas sino que marcha, alegre y seguro, por el sendero de la vida.

Comentarios

  1. Esto se puede explicar con una visita al psiquiatra.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Adriana, cuando tengas una experiencia de esta naturaleza, visita al psiquiatra y no dejes de informarme cómo te fue y qué pastillas te recetó.

      Borrar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

¿Quieres comentar? Antes debo revisar tus palabras y sólo podrá ser comentado públicamente lo que sirva para edificación.

Entradas más populares de este blog

Católicos y rituales paganos

La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, quien dice ser no creyente, empezó su gobierno participando en un ritual de brujería. Hago algunas observaciones con este hecho: 1. Muchos ateos se niegan a creer en el Dios revelado por Cristo debido a que ello exige conversión y compromiso moral, y prefieren dar cauce a su sensibilidad espiritual a través de rituales mágicos de protección contra fuerzas que los puedan perjudicar. Es decir, en el fondo, muchos que se confiesan ateos creen que existe algo que está más allá del mundo natural. ¿Será que la presidenta, en realidad, no es tan atea? 2. Participar en un ritual religioso indígena debería de ser motivo de escándalo para los jacobinos y radicales de izquierda que proclaman la defensa del Estado laico y la no participación de un político en actos de culto público. Ellos deberían de ser coherentes y lanzar sus rabiosos dardos a la presidenta. Si Claudia Sheinbaum hubiera sido bendecida por algún sacerdote con sotana y sobrepelliz a las puert...

La muerte del padre Rafael, mi vicario

La tarde del domingo 15 de diciembre fue dramática en la Catedral. El padre Rafael Saldívar, vicario parroquial, se debatía por la tarde entre la vida y la muerte por una baja en su presión arterial. Al padre Arturo, vicario también, y a mí, nos tocó auxiliarlo y trasladarlo al hospital. Desafortunadamente el padre llegó sin vida a la clínica. Hace ocho años recibí al padre Rafael como vicario de catedral para su integración al trabajo pastoral. El martes 17 de diciembre lo recibí dentro de su ataúd en la puerta del templo. Aquel mandato de Jesús a sus sacerdotes: "id por todo el mundo a predicar al Evangelio" de pronto se transformó en "vengan benditos de mi Padre". Después de estos años de haber caminado juntos en las labores de la parroquia, doy gracias a Dios por el servicio que prestó a la Iglesia así como por la relación fraterna y amistosa que tuvimos. Recibimos su cuerpo sin vida iniciando las ferias mayores del Adviento, leyendo la genealogía de Jesucristo...

Sanación del árbol genealógico

En las últimas décadas diversos grupos y personas en la Iglesia hacen oración para limpiar de pecados su árbol genealógico. Esta práctica es llamada "sanación intergeneracional". Incluso hay sacerdotes que la promueven haciendo misas con ese propósito. Es un grave error. Algunas conferencias episcopales como la de Francia y de Polonia, y ahora la española, se han pronunciado en contra de esta falsa doctrina y pésima práctica. Conocida también como la "sanación del árbol genealógico", la sanación intergeneracional tuvo su origen en los escritos del misionero y terapeuta anglicano Kenneth McAll, quien trató de hacer una conexión entre ciertas enfermedades y las fuerzas del mal. En ámbito católico fueron John Hampsch y Robert DeGrandis quienes popularizaron la práctica en grupos carismáticos. Según estos autores, existen pecados no perdonados, cometidos por los antepasados de una persona, que hoy tienen efectos perniciosos en sus descendientes y que se manifiestan a tr...