En el evangelio de San Juan (16, 16-20), Jesús anticipó los desconsuelos de sus amigos: "Os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre". Antes de padecer, él trata de sanar aquellas heridas aún no visibles pero que pronto se abrirán, y de ellas brotará la angustia y el desconsuelo. Sabía el Señor que vendría algo espantoso y nos dice, con realismo, "llorarán". Así inicia su terapia con nosotros.
Sus palabras no se quedaron en la tristeza ni en el dolor: "vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría." Él mismo tendrá que partir al Calvario, pero sabe que no va al absurdo ni al reino de la muerte sin fin. Aunque el camino incluye azotes, clavos y espinas, sabe que va al Padre.
No es fácil entender por qué hay tanto dolor y angustia en tantos hogares. Lo cierto es que más allá del mar de la incertidumbre está la playa del descanso. Detrás de la noche oscura se prepara el más bello amanecer.
desde nuestra humanidad tan mundana es difícil aceptar lo que nuestro señor Jesucristo nos anticipa
ResponderBorrarWow padre Hayen. Por encima de las nubes, el cielo siempre es azul
ResponderBorrarGracias por compartir Padre. Nos anima a intensificar nuestra oración, por todas las personas que están pasando por tan duros momentos.
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