miércoles, 11 de septiembre de 2019

Bienestar animal y abolición del hombre

En días pasados fue presentada al Congreso de Chihuahua la iniciativa de ley sobre bienestar animal en la que se prohiben las corridas de toros y las peleas de gallos, además de que se reitera la prohibición de espectáculos circenses con animales. La iniciativa fue firmada por el Gobernador del Estado, el Secretario de Gobierno y el de Desarrollo Urbano y Ecología.

Desde hace muchos años el filósofo Federico Nietzsche decretó la muerte de Dios en la cultura occidental. Y con la muerte de Dios, es decir, sacando a Dios de la vida de los hombres comenzó la misma destrucción y muerte del hombre. Hoy el animalismo significa un descenso mayor en el bajo concepto que tenemos los seres humanos de nosotros mismos.

Gente de todos los partidos políticos postulan la concesión de derechos a determinadas especies animales. El gobernador y quienes firman estas iniciativas deben pensar que la historia de México tiene expresiones culturales equivocadas, nocivas y peligrosas. La charrería, los toros, los gallos, el jaripeo, los espectáculos circenses, la pesca deportiva, la cacería, las carreras de caballos y otras formas más, de pronto se han vuelto motivo de vergüenza y expresiones de la cultura que deben desaparecer.

Estos políticos reducen la humanidad a pura biología. El hombre no debe pensar. La cultura ha sido opresora de los animales durante siglos. Para ellos la diferencia entre un ser humano y un animal es sólo cuantitativa y no cualitativa. Es más, el ser humano, por su inteligencia y sus expresiones culturales, es un depredador, un opresor de la naturaleza. Somos, según ellos, la más peligrosa de las especies. Sí, los seres humanos hemos sido racistas con respecto a los animales, y el racismo debe desaparecer. Hemos de dejar la arrogancia de creernos la especie superior de la creación y ser iguales a ellos. Así piensan los animalistas.

Hace días he visto un video que muestra la manera en que una empresa nacional de producción de pollo y huevo mata a sus aves para la comercialización. En bandas industriales son transportados los pollos que, nerviosos, agitados y con angustiante cacaraqueo, tratan de escapar. Los van colgando vivos de sus patas cabeza abajo a una máquina donde circulan a gran velocidad y de ahí pasan a que les corten la cabeza y viertan toda su sangre. ¿No es esto maltrato animal por parte del hombre depredador? Y si soy comedor de pollo, cerdo, res o pescado, ¿no estoy apoyando, de alguna manera, el maltrato animal?

Cuando los políticos afirman que los animales tienen derechos, ¿en qué se fundamentan? Quizá han visto demasiado dibujos animados de perros, ratones y patos que hablan, piensan y sienten como los hombres. Se les olvida que un animal no es un ser pensante; no reflexiona sobre su dolor o su placer. Sólo se mueve por instintos de su naturaleza. En cambio el hombre tiene inteligencia y capacidad de reflexión, y esto es justamente lo que lo hace ser sujeto de derechos y deberes. Hoy, sin embargo, lo que hace que un ser vivo sea sujeto de derechos es su capacidad de tener sufrimiento. Si el animal sufre, sus derechos son violentados. Así que el día en que se demuestre que un árbol "siente" empezará la raza humana a morir de hambre.

La cultura que estamos construyendo prefiere desechar a un ser humano en el vientre materno con síndrome de down que sacrificar un perro o un caballo muy fino. La vida de una persona con discapacidad tiene menos valor moral que la de ciertos animales. Estamos olvidando que la especie humana se distingue del resto de la creación por su capacidad de pensamiento, por el desarrollo del cerebro que le permite pensar simbólicamente, por su compleja capacidad de aprendizaje y su libertad, por la capacidad para buscar el bien, la verdad, la belleza y relacionarse con Dios. Mientras que el animal sólo se mueve por estímulos y respuestas, el hombre con su inteligencia es capaz de crear cultura.

Nos preguntamos si los políticos que proponen estas leyes para el bienestar animal, habrán consultado a los veterninarios de Chihuahua y a expertos en la preservación de los ecosistemas. Nos preguntamos qué están haciendo para preservar a las especies en vías de extinción en el Estado. Y nos preguntamos qué los llevó a proponer esta ley que exalta a los animales y rebaja al hombre. Su iniciativa de ley no es reflejo de una verdadera comprensión científica de lo que son los animales y, más grave, demuestra una baja autoestima y una incomprensión de la grandeza del espíritu humano.

5 comentarios:

  1. Fíjese que no es de pronto, los que rechazamos CUAlQUIER tipo de violencia, siempre hemos repudiado esos espectáculos sangrientos, siempre, y por lo mismo, tampoco estamos a favor del aborto. Se llama congruencia

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  2. Concuerdo con el comentario anterior. No es congruente que como defensores de la vida nos opongamos al aborto y al mismo tiempo estemos tranquilos con el trato despiadado que se da a los animales en lugares como circos, corridas de toro, etc. Sin adentrarme más ni entrar en detalles, tampoco considero correcto ni congruente que alguien que defiende la vida este de acuerdo con los procesos sumamente despiadados de la industria alimenticia hacía los animales. Considero que estas 3 disyuntivas debiesen siempre estar en harmonía.

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  3. De acuerdo con usted Padre.

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  4. Buen día, Padre!
    Me parece que para adquirir y crecer en una conciencia crítica sobre el valor diferenciado de cada uno de los seres vivos que conformamos la CREACIÓN, la Iglesia como institución corresponsable en estos temas, podría divulgar todas las propuestas del Papá francisco al respecto. Por ejemplo, el documento Laudato Si y todos los movimientos mundiales que de éste, se han derivado: Tiempo de la creación, VIVE Laudato Si, Proyecto Ecoparroquia, Proyecto de desinversión de los combustibles fósiles, huelgas por el clima, etc.
    Soy una ciudadana católica común y corriente. Intento participar en mi parroquia desde la dimensión de ECOLOGÍA del Plan Pastoral Docesano, pero no encuentro mucho eco ni apoyo.

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  5. Las prohibiciones de corte animalista solo demuestran un gran egoismo e ignorancia, el prohibir sin conocer la fisiología de cada animal, sin entender que cada animal tiene uma función zootécnica, y solo basar las desiciones en meros impulsos viscerales o intereses políticos, las hace huecas, inútiles y altamente dañinas a la sociedad tanto en su economía como en su desarrollo pacifico provocando encono y odio hacia quienes solo buscan imponer su criterio.

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