miércoles, 3 de octubre de 2018

350 años de la Misión de Guadalupe

En los primeros meses de este año me reuní con José Mario Sánchez Soledad, el doctor Tomás Cuevas de la UACJ y su esposa Isabel para planear la celebración de los 350 años de la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe, en este 2018. José Mario ha sido un buen amigo mío y devoto católico, apasionado de la historia, los toros y la ópera. Conocedor los hechos que conformaron nuestra región Paso del Norte, escribió el libro `La historia oculta de Ciudad Juárez´-aún no publicado- en el que describe sucesos, asombrosos para muchos, que marcaron nuestra ciudad sobre todo durante sus primeros 200 años.

Tomás Cuevas tiene un doctorado en turismo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, donde también es profesor. Lo conocí el año pasado en el restaurante propiedad de José Mario, en una conferencia de la señora Adair Margo, esposa del alcalde de El Paso Texas. Ligado a la fundación Tom Lea de El Paso Texas, que preside la señora Margo, Tomás Cuevas también es un conocedor experto de nuestra región. Junto con su esposa Isabel Zizaldra, el diseñador gráfico Josué Nazaret y Luis Carlos González, nos dedicamos a la tarea de planear los festejos del que es el edificio histórico más importante de Ciudad Juárez, El Paso y Las Cruces.

Algunos se preguntan qué es lo que estamos celebrando exactamente, ya que la fecha de fundación de Ciudad Juárez fue en 1659, es decir, hace 358 años. No celebramos la fundación de la ciudad sino la Dedicación de la Misión de Guadalupe. La dedicación de una iglesia es una ceremonia solemne que celebra el obispo cuando termina su construcción. En ella se dedica o se consagra el templo para el culto público, y todo lo que contiene: el altar, la pila bautismal, las cruces, las campanas y las imágenes y las estaciones del viacrucis. La iglesia que se dedica debe tener un titular como la Santísima Trinidad, Jesucristo o la Santa Virgen bajo una advocación o un misterio de su vida, los ángeles o alguno de los santos. Fue en 1668 cuando la Misión dejó de ser un oratorio para ser un estupendo templo franciscano consagrado a Nuestra Señora de Guadalupe.

Celebrar estos 350 años de la Misión tiene un hondo significado para los juarenses, católicos y no católicos. Durante este mes de octubre, historiadores y amantes del arte y la cultura tendrán la oportunidad de ahondar en los orígenes del desarrollo de la región Paso del Norte. A través de conferencias y paneles, expertos en la historia regional reflexionarán sobre las lecciones que nos deja la Misión de Guadalupe para proyectar el futuro. Una serie de conciertos y recitales adornarán culturalmente el programa, además de dos exposiciones de fotografías.

Para los católicos, lo más importante de celebrar 350 de la dedicación de la primera parroquia de la ciudad es redescubrir las raíces religiosas que dieron origen a Ciudad Juárez, El Paso y Las Cruces. Tenemos una historia sagrada qué contar a nuestras futuras generaciones. La mano de Dios intervino en los pueblos de este desierto para asumirlos como Su pueblo, la Iglesia. La historia de Paso del Norte es, antes que cualquier otra cosa, una historia de salvación. 

Jean Corbon decía: “Sólo la fiel memoria del pasado puede asegurar la buena orientación del futuro”. Si nos olvidamos del Evangelio que llegó a esta región para transformarla, nuestro futuro carecerá de rumbo y dirección. Los 350 años de la Misión de Guadalupe deberán ser, para el Pueblo de Dios en Paso del Norte, una re-lectura espiritual de nuestra historia para identificar los caminos de Dios, e impulsar la misión de la Iglesia: “Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio a toda criatura”. 

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