jueves, 17 de julio de 2014

Un hijo no es un derecho, sino un regalo

Rocío y Eduardo de Anda, residentes de El Paso Texas, intentaron tener un hijo durante siete años. Fue el 25 de marzo de 2013, durante la Eucaristía de la Solemnidad de la Anunciación del Señor en Catedral de Ciudad Juárez, cuando ofrecimos la Misa y oramos por ellos, así como por algunas decenas de matrimonios cristianos que no podían concebir. Ese día celebramos el inicio del embarazo sagrado de la Virgen santa. El milagro ocurrió tres meses después. Hoy Rocío y su esposo se acercaron a la catedral para agradecer a Dios por haber recibido a Eduardo Jozef, a quien impartí la bendición.

Tener un hijo no es derecho de nadie sino un regalo que se recibe de Dios como don y responsabilidad. La vida es el más grande de los milagros. Antes Eduardo Jozef no existía, ahora existe, es alguien. ¿Quién lo decidió? ¿Quién quiso darle una identidad única e irrepetible? Contemplar el esplendor de la vida humana ha llevado a los hombres de todos los tiempos a afirmar la existencia de Dios.

Las parejas que no pueden tener hijos no deben cansarse de pedir el hijo al Cielo, y abrirse a la posibilidad de otros planes de Dios para ellas. Tener un hijo no es un derecho, sino un don que se recibe de Dios. Decían los Padres del desierto que "la oración atraviesa el Cielo". Oremos siempre porque los mensajes ardientes de amor de las criaturas penetran en el corazón del Creador.

Detrás de nuestra oración está el poder de intercesión de la Virgen María. Ella nos ha aceptado de manos de Jesús como sus hijos. ¿No querremos nosotros acogerla como Madre? Quien la recibe en su casa como su Madre, tendrá la ayuda más grande para cruzar el gran océano de la vida. ¡Felicidades a Rocío y Eduardo! ¡Bienvenido Eduardo Jozef!

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