viernes, 25 de julio de 2014

Obispesas en la comunidad anglicana

La Iglesia anglicana de Inglaterra, después de años de debates, conferirá el sacramento del orden episcopal a las mujeres. La Iglesia episcopal, que es la versión norteamericana de los anglicanos, desde hace tiempo tiene obispesas. Estas iglesias aceptan el aborto y ahora los anglicanos también están debatiendo la admisión de la eutanasia que, tarde o temprano, será aprobada. Anglicanos y episcopales perdieron la brújula desde hace muchos años. No soportaron la presión de ser piedra de tropiezo para los poderes mundanos y se dejaron seducir por el espíritu del mundo que Cristo condenó. Buscaron más el aplauso de los hombres y por eso se convirtieron en sal que ha perdido su sabor. En la Iglesia católica no faltan voces que, temiendo que nuestros templos se queden vacíos por predicar verdades impopulares, piden también mayor apertura de la Iglesia en temas de moral y práctica de los sacramentos. ¿Qué buscamos en el fondo? ¿Una Iglesia numerosa que tenga los aplausos de los poderes políticos, o ser la Esposa fiel de Jesucristo, sin importar que seamos un pequeño resto? ¿Queremos ir a puerto seguro o flotar a la deriva?

9 comentarios:

  1. Buscar el reconocimiento del hombre seria ir en contra de la palabra de Dios. No podemos servir a dos amos. O estamos en la iglesia o en el mundo. Todo aquel que se divide poniendo un pie en el mundo y otro con Dios pues esta destinado a su destrucción.

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  2. Padre, siempre es maravilloso leerlo. En pocas palabras dice todo tan condensado, tan verdadero. Gracias.

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  3. Tere, es usted la mar de amable conmigo. Le mando un fuerte abrazo.

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  4. La Iglesia Anglicana fue fundada por Enrique VIII para divorciarse de su esposa legitima Catarina de Aragon y casarse con la casquivana Ana Bolena. Una secta que termina como comienza.

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  5. Padre seria genial poder formar grupos de reflexion en los que se hablara de temas como estos, y estos se pudiesen publicar, a muchisimas personas les haria bien poder contar con estas herramientas y clarificar su mente de ideas que aveces traen confusas. y poder invitar personas de distintas creencias y demás. Nose como se podria lograr, pero seria genial.

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  6. Me encantaría poder tener reflexiones sobre estos temas en mis grupos parroquiales. Si te acercas a tu párroco y se lo propones, quizá pueda interesarle. Sólo que para el éxito de esas reflexiones se precisa de un buen acompañante, preferentemente un sacerdote que sirva de expositor-monitor de los temas. Saludos Belmont.

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  7. Dada la escasez de vocaciones sacerdotales entre hombres, la mujer tarde o temprano terminara por complementar la jerarquia de la Iglesia. No hay fundamento biblico que impida la participacion de la mujer en la orden sacerdotal. Es historica la participacion de la mujer como diaconisas desde el tiempo de los primeros cristianos. La tradición Judia corrompió esta participación pero gracias al VTII, que aunque ya termino, su debida aplicación apenas empieza y terminara por restaurar a la mujer entre las lineas jerárquicas de un futuro no lejano.

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    1. Irasema, con respecto a la participación de las mujeres como diaconisas, en el Nuevo Testamento no existe un reconocimiento formal como diaconisas a las mujeres que asistían al clero. En Romanos 16,1 se menciona a Febe, diaconisa de la Iglesia de Cencreas. Ello no significa que Febe o cualquier otra mujer tuviera un estatus oficial dentro de la Iglesia, sino que el término "diaconisa" significa simplemente "servidora" de la Iglesia. No es improbable que las viudas de las que habla Timoteo en su primera carta, capítulo 5, hayan sido diaconisas, pero tampoco podemos concluir, de ello, nada definitivo.

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    2. Dice Juan Pablo II que "Jesucristo no llamó a ninguna mujer a formar parte de los Doce. Al actuar así, no lo hizo para acomodarse a las costumbres de su tiempo, ya que su actitud respecto a las mujeres contrasta singularmente con la de su ambiente y marca una ruptura voluntaria y valiente". Irasema, este es el fundamento bíblico que impide la participación de la mujer en el orden sacerdotal.

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