viernes, 25 de julio de 2014

Embarazada a los 11 años

Me visitó en la parroquia una señora con su hija de once años. La niña tenía un embarazo de siete meses. El padre de la criatura era un chico de trece años. No fue violación; libremente los dos niños tuvieron relaciones sexuales. Mientras los padres de la niña trabajaban, ellos quedaban solos mucho tiempo y… ocurrió. El padre del niño es drogadicto y la madre trabaja en una cantina.

En el hospital le ofrecieron a la madre de la chica que el aborto sería la mejor opción ya que un embarazo a la edad de once años era de alto riesgo, tanto para la madre como para el bebé. La señora no accedió a la propuesta de terminar con el embarazo porque, dijo, se trata de una vida humana inocente. Tiene razón: al drama de un embarazo de una adolescente, el aborto sería un evento traumático. Así que ella está decidida a tomar responsabilidad por la vida de su nieto, que ya va en el séptimo mes dentro del vientre materno.

La tendencia de los gobiernos y organismos internacionales para prevenir el embarazo de adolescentes es proporcionarles información para que ejerzan su sexualidad libre y responsablemente, que los niños tengan acceso a los anticonceptivos, que se les enseñe a utilizar el condón y que puedan decidir abortar sin el consentimiento de sus padres. Después de todo -dicen- los infantes tienen también derecho al placer sexual.

La niña que me visitó en la parroquia seguramente asistió a clases de educación sexual en la escuela a la que asiste. El chico que la embarazó también. Ellos recibieron información sobre la sexualidad y decidieron experimentar tempranamente con el sexo. ¿Habrán reprobado el examen por tener un embarazo inesperado? ¿No pusieron en práctica la información que recibieron en clase? Fueron engañados por esos maestros. Les enseñaron que el placer físico es el principio de debe guiar el juicio sobre la moralidad de la conducta sexual.

Ahora la niña está pagando las consecuencias. Su madre también. Finalmente todos en la sociedad pagamos esas consecuencias: disparo alarmante de embarazos de adolescentes, proliferación de más enfermedades de transmisión sexual, suicidios de adolescentes y más abuelitos que tendrán que cuidar a sus nietos.

1 comentario:

  1. Lo triste de los embarazos adolescentes. El mejor invento de Dios se lo achacan al diablo. El placer sexual viene del conocimiento, aceptación, convivencia y compromiso. Ninguna persona podría decir que su primera relación es placentera. Menis unos niños. Lis aparatos que compramos vienen con un instructivo. La garantía no vale si no se usa según el instructivo. Igual en las personas. Dios inventó las relaciones sexuales para nuestro bien... de acuerdo a las reglas que puso. Castidad y abstinencia le dan su verdadera y profunda, maravillosa dimensión. Me atrevo a afirmar que esos jovencitos no han conocido la profunda alegría y plenitud que Dios dispuso para ellos. Por su edad y por no estar casados. .. o al menos no en un compromiso de largo plazo. Oremos por ellos, por el bebé y por los papás de estos niños-padres.

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